Anécdotas
Hípicas Venezolanas presenta | |
El
problema de la yegua primeriza | |
Editado
por Juan Macedo | |
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El
Doctor William McGee, ex
presidente de la American Association of Equine Practitioners y antiguo funcionario de la Grayson Fundation, publicó en 1958 un libro sobre el
problema de las yeguas que se inician en la reproducción. El calificado
investigador americano no agotó el tema, ya que 15 años después de la
publicación de aquel libro, siguió hondando en la maduración de sus
experiencias. | |
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El
rigor del entrenamiento en la pista, según McGee, impone al organismo de la
potranca, una respuesta adecuada, según la cual será una buena o mala
corredora. Si su sistema glandular, músculos, huesos, sangre, etcétera,
responden al esfuerzo de correr, todos sus sistemas están en función de la
potranca atleta. La yegua atletizada está dispuesta para serlo mientras se
lo permita su salud física y su capacidad mental. Pero cuando cesa su
respuesta a esa disciplina y se le impone la adaptación a otra o sea la
ociosidad vegetante, mejor dicho, la reproducción, se produce un quebranto
total que muchos no entienden o se niegan a entender. Nada cansa más a un
purasangre, especialmente a una potranca, que la vida prisionera en la
estabulación del hipódromo y la rutina de la pista. Al cabo de un periodo
de entrenamiento y esfuerzos en carrera, la yegua luce cansada y nerviosa,
probablemente estéril. Se precisa de un tiempo prudencial para que se
produzca un relax general y entre en la faz de yegua
paridora. |
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Muchos
criadores inexpertos creen que la preñez de la yegua se produce por
decreto de ellos. Que basta con enviar a la yegua un día cualquiera al
padrillo para que éste la salte y la preñe. No es así. El criador
inexperto envía la yegua, en pleno entrenamiento. Sin previo
acondicionamiento para la reproducción que es una tarea distinta a la de
correr. | |
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El
hípico antiguo necesitaba vocación y paciencia. El de hoy necesita
administración. Si un caballo no tiene futuro en la pista, se le trunca la
campaña antes del debut. Si a una yegua le ocurre lo mismo, se le envía a
la reproducción. Esta práctica tiene sus ventajas para quienes invierten
con sentido administrativo, pero también sin ambiciones compensatorias
inmediatas. | |
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Suele
echarse entonces al animal a la sabana para que recobre la libertad. Se le
quitan las herraduras y se le deja libre. Algunos reaccionan
favorablemente. Otros se arruinan perdiendo peso. Tal pasa porque el
sistema glandular es impotente para adaptarse al cambio
operado. | |
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El
cambio de temperatura trastorna a las potrancas. Les afecta mucho la
compañía de yeguas viejas y acostumbradas a parir. En tal situación, no se
produce la adaptación. Por el contrario, el animal se acompleja y no se
presenta el ciclo del estrógeno y la ovulación. Hay más: puede perder uno
o dos años. Y si la potranca resultara preñada en el primer intento, el
producto será una desilusión por el pobre tamaño y ausencia de
vigor. | |
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Un
criador consciente debe colocar a las potrancas novicias en un potrero
aparte, sola o entre ellas. Se le hacen los exámenes de rigor. Se las
trata y se las desparasita. Hay que reducir la alimentación de granos y
aumentar la de pasto verde. Hay que averiguar si le han hecho tratamientos
esteroideos en el entrenamiento para que el veterinario en el haras
contrarreste sus consecuencias. Hay una técnica que cualquier veterinario
elemental conoce para readaptar a la yegua a su función
procreadora. | |
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No
basta el sexo para procrear. A la yegua primeriza debe exigírsele
corrección anatómica. Si es posible normalizarlas con pequeñas cirugías,
debe hacérseles. La región genital de la yegua primeriza puede mantener su
infantilidad (subdesarrollo o
atraso total, mejor dicho, inmadurez) al salir del entrenamiento.
Ovarios y útero son duros y pequeños, a veces impalpables los primeros.
Otros trastornos colaterales pueden presentarse. La yegua parecerá
incurable a simple vista, pero con buen tacto del veterinario será de
alguna utilidad. | |
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El
himen imperforado o persistente, lo que comúnmente se llama virgo, no es
problema en la yegua primeriza. En la yegua, el himen normal es una
membrana delgada que cierra parcialmente la abertura de la vagina. Al
padrillo le resulta fácil romper el himen, aunque es algo doloroso para la
potranca. Afortunadamente se rompe al primer contacto sexual y no deja
secuela. | |
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Hay
casos en que la membrana es gruesa. El padrillo lucha por romperla y la
potranca reacciona con violencia y rechaza al padrillo, aunque la domine
el celo y la necesidad del caballo. Un desgarramiento puede arruinar a una
yegua, aunque la cirugía permite hacer correcciones
adecuadas. | |
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Hay
un proceso muy complejo en este aspecto que los veterinarios conocen. Los
que no están muy seguros de dominarlo y superarlo, deben asesorarse mucho
porque su inexperiencia le provocará la ruina definitiva de la
yegua. | |
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En
realidad, los problemas infecciosos son pocos en la yegua primeriza. No
pasan de cistitis o vaginitis, causadas por el entrenamiento en la pista.
El físico de la potranca puede ocasionar trastornos que los veterinarios
conocen muy bien y se corrigen frecuentemente con el procedimiento llamado
Caslick. | |
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Aunque
la potranca sea genitalmente normal, no es probable que resulte preñada al
primer contacto con el caballo. La preñez es cuestión de normalidad,
salud, pero también de madurez orgánica. La potranca inmadura presenta
problemas como ser inestrógena, estrogenoerrática o de ovulación irregular. A veces
hasta los tres años hay inmadurez procreadora en las potrancas. El
embarazo de yeguas inmaduras detiene su propio desarrollo y merma sus
fuerzas. | |
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Dando
por descontado que la potranca quedará preñada, sobrevendrán problemas en
el primer parto. Pueden resultar desgarradas, aunque no es una regla. El
veterinario debe ser cuidadoso en la reparación del daño causado en la
yegua primeriza. | |
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McGee
no se ha propuesto hacer una diferencia de la yegua primeriza y la yegua
veterana sino exponer algunos detalles muy importantes en el tratamiento
de dos sujetos destinados al mismo fin industrial como es el de la
reproducción del purasangre. | |
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Fuentes:
extraído de la Revista Gaceta Hípica 1974. | |
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Anécdotas
Hípicas Venezolanas,
viernes
31 de marzo de 2023 | |
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