Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Suzana Davis fue un agradable espectáculo

Por Armando Pacheco Martínez

 

Suzana Davis era un mundo de contradicciones. De agradables contradicciones. Uno piensa que no es posible su belleza, su cándida feminidad y su destreza para conducir ejemplares de carrera y hacerlo con la maestría que en un momento se pensó estaba reservada a los jinetes masculinos. Por eso Suzana era contradictoria.

 

Ella era graciosamente pequeña, de modales refinados, tez blanca y muy tersa, de hablar pausado y femenino. Tenía siempre dibujada una sonrisa en sus delgados labios y desborda una recia personalidad de mujer interesante. Y en medio de todos estos atributos que la convertían en una “catirita” agradable, Suzana era una jocketta excepcional. De sus habilidades sobre los caballos de carrera han sabido los principales hipódromos de Brasil, Uruguay, Argentina y Perú. Y en todas partes el comentario es el mismo. La impactante figura de la graciosa brasileña acapara con prontitud la atención de quienes están cerca suyo. Con su estilo hizo explotar de emoción las tribunas y nadie se atrevería, ni en el uso de una injustificada mezquindad, a regalarle lo que por derecho propio se ha ganado ante diferentes públicos: su capacidad profesional.

 

De Suzana Davis escribió el periodista hípico de El País, de Uruguay, así:

 

Se ganó por su personalidad, desbordante simpatía y excepcionales aptitudes, un recuerdo que será inolvidable en nuestra afición. La reunión de ayer en Maroñas, transcurrió bajo el influjo de la persona de Suzana Davis, y su clima de Internacional tuvo en ella, su única causa”.

 

A Suzana Davis hay que analizarla, en primer término, como persona. Y ahí, surgió la primera sorpresa. Uno se hace la idea de que una mujer actuando en la recia y riesgosa profesión de jockey, tendría un físico y un temperamento masculinizado. Nada, sin embargo, resultó más femenino que esa agradable y pequeña figura que es Suzana Davis. Al verla, uno pensó, y creemos que así fue también para todos, que si bien como mujer es algo maravilloso como jinete no podría tener aptitudes. Además, Suzana irradia de su personita, una extraordinaria simpatía. Pero si en ese rubro había impactado a la afición, ya en su primera actuación sobre las cruces de Nopat, insinuó que para ella no había secretos en su profesión

 

 

Suzana Davis quería venir a Venezuela. En su “periplo” profesional soñaba con el Hipódromo La Rinconada; con su gente; autoridades, profesionales, colegas, periodistas, aficionados. A ella le había hablado de Caracas y soñó con ganarse algún día esa hermosa capital suramericana. Los directivos de la Corporación Venezolana de Propietarios de Caballos Purasangre de Carrera (COPROCA), al frente de la cual se encontraba el dinámico Dr. Jaime Pérez, recogieron los sueños de Suzana y diligenciaron por ante el directorio del Instituto Nacional de Hipódromos las posibilidades de que a la bella brasileñita se le convirtieran en realidad esos sueños. Y así fue. Suzana fue huésped del hipismo venezolano y el directorio que presidió el Dr. Rafael Rodríguez Navarro quedó satisfecho.

 

El aficionado hípico venezolano fue el más afortunado del mundo, pues ha tenido ocasión de ver en actividad a los jinetes de mayor fama, independientemente de que hayan ganado o no, o de que posean un estilo u otro, la verdad es que, por distintas invitaciones cursadas por los dirigentes de nuestra hípica, La Rinconada ha servido de escenario para la fama de Irineo Leguisamo, Lester Piggott, Yves St. Martin, Braulio Baeza, Manuel Ycaza, Laffit Pincay Jr., Jorge Velásquez, etc., toda una constelación de brillantes estrellas del látigo. Y también recibió con explicable indulgencia a las jockettas norteamericanas Bárbara Jo Rubin, Dianne Crump, Robyn Smith y Mary Beacon.

 

No hay, pues, mucho con que asombrar al aficionado hípico venezolano. Sin embargo, se asombró con Suzana Davis porque ella fue algo fuera de serie. Algo digno de verse, de contemplarse.

 

Desde su llegada a Venezuela Suzana Davis se adueñó de todos los venezolanos y ella misma lo vino comprobando a cada minuto: en cada contacto con el público, a cada momento. Pero donde finalmente pudo apreciarlo en toda su extensión fue cuando salió por primera vez a la pista el domingo 18 de marzo de 1973 conduciendo a Early Times y cuando regresó derrotada, pues el público la aplaudió con cariño como para que supiera que nadie esperaba mucho de la yegua.

 

Igual sucedió en sus siguientes presentaciones. Siempre había la misma emoción. Tal parecía que cada vez era la primera que el público la veía y no cesaba de hacerle demostraciones de cariño. Aquello eras un espectáculo conmovedor que recordaremos por mucho tiempo.

 

Sirikit era la última esperanza de Suzana en Venezuela ese día. Minutos antes había dicho que no todo estaba saliendo como ella deseaba, pero que esperaba poder responder con Sirikit.

 

 

Por eso, cuando Suzana salió a cumplir su cuarto compromiso conduciendo a la potranca Sirikit, había una gran tensión en el medio y todos esperaban la revelación de un triunfo. La propia Suzana lo puso “todo” conduciendo a Sirikit. Corrió en la punta luchando con Donoso; contuvo en los 400 y entró fácil en la recta final, reservando las energías de su conducida para los momentos decisivos.

 

 

Yo quería ganar y atendí lo que me dijeron, así que contuve hasta la entrada del derecho y después, cuando sentí que por fuera uno avanzaba contra la mía, la exigí al máximo. Después tú viste el resultado. Logré ganar y lloré… pero lloré de emoción. Tú pensarás que para una persona que ha ganado 103 carreras, una victoria más o menos no tiene que ser nada especial. Pero en este caso era diferente. Los venezolanos me quieren mucho y tenía que ganar para todos ustedes”.

 

 

Suzana pasó victoriosa por la meta. De regreso se sacó el casco, se soltó la rubia cabellera y lloró agitando su brazo derecho para saludar al público que aplaudía frenéticamente.

 

La Unión de Jinetes de Venezuela, presidida por Silvio Miranda, agasajó a Suzana con una comida típica en un conocido restaurante del Este. Allí todo fue cordialidad y Suzana recibió como obsequio un prendedor con el emblema de la Unión. Ella lo agradeció con palabras emotivas: “Me siento muy bien entre mis colegas venezolanos, todos son muy buenos muchachos y los quiero mucho”.

 

No sólo Suzana quiere mucho a sus colegas venezolanos, sino que todos la quieren a ella. Y también el público que concurrió a La Rinconada masivamente, impactados por la presencia de la hermosa “niña jockey”. Por Suzana indudablemente aumentó el monto del 5y6 y se estableció record de jugada para tres días de carreras. Además, lo apostado el domingo en un programa de sólo 10 carreras, fue una cifra poco común.

 

Pero, además, Suzana Davis hizo más cálida la tarde de marzo; más hermoso el espectáculo de las carreras y terminó siendo un ídolo de los venezolanos como lo fue ya de los brasileños, uruguayos, argentinos y peruanos.

 

Fuentes: Revista Gaceta Hípica marzo 1973.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, viernes 20 de diciembre de 2024

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