Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Las Primeras Divisas

Por Mauricio Azar Semane

 

Los primeros colores vestidos por los jinetes se registraron oficialmente en el Jockey Club inglés en 1762. Fueron diez y siete camisas o sedas de color que identificaban al stud propietario. A excepción de una sola, todas eran unicolores.

 

En una pequeña obra titulada A History of Racing Silks, el autor Gayle Herbert, presenta una apretada síntesis histórica del origen y evolución de los colores que tradicionalmente adornan y les dan excitante vida a las carreras de caballos.  En este Foro tratamos de resumir los más importantes aspectos de la obra, por no conocer otra que haya investigado el mismo objetivo.

 

Los colores constituyen poderosos elementos para expresar emociones artísticas, traslucir el ego, simbolizar, identificar instituciones. Las 196 repúblicas miembros de las Naciones Unidas, tienen banderas cuyos diseños y colores las identifican.  Dentro de cada república los estados y, hasta municipios y ciudades también registran escudos y banderas propias.

 

Los colores han permitido la unión y también la división de pueblos y comunidades, como es el caso de los partidos políticos, o bandos en conflicto.  Así la historia destaca la “Guerra de las Rosas” ocurrida en Inglaterra (1450-1490), cuando las casas reales de Lancaster y de los Tudor (York) –todos descendientes de la misma dinastía (Eduardo III)- se identificaban con la estampa de una rosa roja en el pecho versus una rosa blanca.

 

Aterrizando en nuestro emocionante y colorido mundo de las competencias de caballos, los primeros antecedentes se remontan al año 624 antes de Cristo con las Olimpiadas que realizaban los griegos en la ciudad de Olimpia por motivación religiosa.  Todas las ceremonias y competencias tenían lugar en honor al Dios Zeus y a Pélope, rey mítico de Olimpia, famoso por sus legendarias carreras de carruajes.  Estas centraban atención como competencias principales, junto a las carreras a pie y la lucha.  Gradualmente se incorporaron el lanzamiento de la jabalina y el disco.

 

Los conductores de los carruajes vestían capas de distintos colores, manteniendo en sus cabezas bandas color oro, plata y azul; con el propósito de que el público no los confundiese.

 

Los emperadores romanos también destacaban sus propios colores para las carreras de carruajes.  Tanto Nerón como Calígula utilizaron el color verde para sus respectivas cuadras, llegando a colorear las arenas del Coliseo con verde polvillo de óxido de cobre. También asistían a las gradas con togas verdes el día de la competencia.

 

En 1669 ya se usaban sedas de colores planos (sin dibujos extra) en Newmarket, con gorras de terciopelo negro.

 

En la medida que el deporte iba floreciendo, aumentaba el número de propietarios que, por ausencia de regulación alguna, competían con colores parecidos que confundían al público y a los jueces, gozando, además, de la libertad de cambiarlos con frecuencia.  Por supuesto que esa situación, se prestaba a muchos miriñaques.

 

El Jockey Club inglés, tomó cartas en el asunto el 4 de octubre de 1762, publicando una resolución que ordenaba el registro de los colores por parte de los propietarios.  En la medida que el número de propietarios aumentó el Jockey Club hizo varias modificaciones, eliminando la gorra de terciopelo negro, para sustituirla por otra que formara parte integral de los colores.

 

También se estandarizaron los diseños, resumiendo a 27 modelos de camisas, 12 tipos de mangas y 10 diseños de gorra. Los propietarios estaban en libertad de seleccionar los modelos de su agrado.

 

Fuentes: forohipicoven.wordpress.com

 

Anécdotas Hípicas Venezolanassábado 31 de diciembre de 2022

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