Anécdotas Hípicas
Venezolanas presenta |
Pilot
Jack, el Asesino |
Por
Mario Cardozo |
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¿Quién
no conoce en la historia del crimen a Jack El
Destripador o al no menos célebre Landrú?
Se dice que determinan en su nombre su disposición al asesinato. El infra - yo. El animal instintivo que lleva cada ser.
Si se hiciera una historia de caballos asesinos, en ella tendría que ser
incluido el inglés Pilot Jack. |
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Aquiles
Paolillo fue el
importador de Pilot Jack. Una agencia británica había vendido a un
propietario venezolano de apellido Pereira, la yegua Eclipse, hija
del famoso Petition. Esta yegua fue
protestada por haber sido descubierta una fractura, anterior a la venta.
Ante tal situación, la agencia vendedora de caballos, para subsanar la
negociación de Eclipse, envió al caballo Pilot Jack.
Situación similar nos ocurrió recientemente, con la diferencia que nuestro
amigo de la infancia que nos vendió la yegua fracturada, jamás ofreció
compensación alguna. Nos dejó con el clavo en la mano. |
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Pilot
Jack fue uno de los buenos corredores
del antiguo Hipódromo Nacional El Paraíso. De gran estampa.
Descendiente del más fino pedigree inglés. Su padre Blue Peter, buen padrillo, hermano completo de nuestro
conocido Full Sail, padre del campeón
Caimán y otros destacados ejemplares que actuaron en nuestras
pistas. Junto al ejemplar llegó una carta llena de oscuros
presagios, que recomendaba tener mucho cuidado con el caballo, pues al
tomar condición, se convertía en asesino. Este informe fue recibido
por el entrenador Euclides
Villalobos. |
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Pilot
Jack era montado al principio por los
aprendices más inexpertos de esos años. Manso como una oveja, el
caballo se dejaba conducir por senderos y pista del hipódromo. El herrero
Juan Díaz, de grata recordación para los hípicos que pasan del
medio siglo de vida, le daba cachetadas y pequeños golpes sobre los
ijares, para que entregara en forma tranquila sus manos y patas. Algunas
veces dentro del entrenamiento, Euclides
Villalobos le hacía responder al son del rebenque, corrigiéndole defectos.
Humilde y tranquilo, se iba entregando Pilot Jack. |
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Hasta que
un día, sin previo aviso, rompió la paz con los aprendices que
regularmente lo galopaban. Era una mañana decembrina cuando un aprendiz italiano llegó a la
caballeriza de Euclides Villalobos, cantando una
sonata de su lejana tierra. Al pasar frente al box de Pilot Jack, el aprendiz
fue alzado en vilo por el caballo en forma inesperada. El animal lo
suspendió en repetido vaivén. Pilot Jack, desesperadamente, trataba de meter dentro de su
box al italianito. A los gritos de auxilio, se arremolinaron frente al
puesto, peones, capataces y el propio Villalobos. |
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Pilot Jack tenía los ojos desorbitados. Sus dientes no
aflojaban la chaqueta del italo, quien gritaba
cada vez en forma más desesperada. La situación se complicó cuando
el peón abrió el box del caballo. Enfurecido, el corcel salió a toda
carrera sin aflojar al aprendiz, quien al final de tantos esfuerzos, se
privó del conocimiento. Un mundo de personas corrió detrás de
Pilot Jack y su presa. Esta escena macabra duró más
de media hora. Hasta que el caballo, impulsado sexualmente por una yegua
en celo que caminaba por un picadero, dejó caer al suelo al
muchacho. |
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Así
comenzaron a llegar diferentes noticias de Pilot Jack. Se dijo
entonces que el inglés había matado a su peón en Londres. También se
señaló que excusándose con diferentes motivos, los traqueadores se negaban a trabajar al ejemplar.
Su propietario se vio obligado a venderlo por un precio irrisorio.
Desde aquel dia Pilot Jack adquirió
la condición para intervenir en carreras públicas. Su piel era más
brillante. Su conformación atlética deslumbrante. Dijo Euclides Villalobos: "Así comenzó mi vía crucis.
Ningún peón quería cuidar a Pilot Jack. Fue necesario que se contratara un caballerizo
por salario doble y con la condición de cuidar exclusivamente al
inglés". |
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La tarde
del 5 de junio de 1955 fue de gran sol hípico. Conducido por
Miguelito Moly, buen jinete venezolano
fallecido prematuramente, intervino Pilot Jack en una
carrera en distancia de |
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A su
regreso al recinto de ganadores, Pilot
Jack traía los ojos vidriosos. No
reconocía a peón ni entrenador. Miguelito Moly,
consciente de la fiera que montaba, tiró las bridas al aire. El momento
más dramático de la tarde. Todavía el público no se había recobrado de la
maravillosa hazaña de Pilot Jack, cuando por los aires, atado a la boca
del caballo, volaba el palafrenero Salvador González. Pese a los
esfuerzos del juez de paddock, José Maldonado
Michelena, por evitarlo. En su auxilio, un grupo entre quienes estaban
Pantaleón Soto, Luis Fernando
Camejo y Carlos Sabino González,
castigaban al purasangre, que intencional y criminalmente, trataba de
aplastar contra la pared el cuerpo del palafrenero, resistiéndose a
aflojar su presa. |
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Cada vez
que Pilot Jack subía al peón por los aires, éste, con
la mano libre, se agarraba de la jáquima, con lo cual impedía que el feroz
animal le arrancara el brazo. No fue la ayuda de ninguna persona, sino
el cansancio que sintió Pilot
Jack, lo que le obligó a soltar el
brazo del maltrecho palafrenero. Años después del accidente, vimos con
frecuencia en el hipódromo al palafrenero con el brazo
"seco" y sólo un dedo en su mano, manejando un
vehículo de La Rinconada. Realmente Pilot Jack era un asesino. |
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En su
siguiente carrera Pilot Jack fue conducido por Laffit "Chino" Pincay. La carrera fue muy emotiva. El
asesino fue vencido por el raudo Haedo, gran sprinter de la época. Era difícil bajar del animal sin
el riesgo de muerte que el caballo representaba. Pincay se lanzó del ejemplar antes que se
detuviera en el regreso al paddock. El peón
trató de agarrar a Pilot Jack y éste lo atacó. Pero él conocía al
caballo. Se le metió por debajo para neutralizarle las acometidas, que con
los dientes hacía el furioso purasangre. Esto fue todo para el inglés. El
comisariato prohibió que definitivamente interviniera en carreras
públicas. |
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En la
cuadra de Euclides Villalobos
ninguna persona quería trato con Pilot
Jack. El caballo se convirtió en el
enemigo número uno. Por su origen y estampa fue negociado al
Haras Monagas. Así sucedió una de las locuras más grandes que tuvo
nuestro campeón entrenador de siempre, Millard Ziadie. Como hemos narrado, Pilot Jack sólo era
peligroso por la parte delantera. No pateaba. Su parte más temible era la
boca. La prensa y los mirones del hipódromo El Paraíso, se dieron cita
para el momento del embarque del violento Pilot Jack. |
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Todo hacía
presumir que no iría para el Haras Monagas. Se negaba rotundamente
a montarse en el camión Pese a que era impulsado por sus remos
posteriores, Pilot Jack, firme, manifestaba que no se montaría
en el camión. Sus ojos comenzaron a verse vidriosos. Se le notaba la
respiración agitada. Euclides Villalobos
finalmente renunció a montarlo al camión. Lo mismo hicieron más de 30
personas que presenciaban la escena. Repentinamente un mirón dijo:
"Ustedes tienen para dejarme sólo, yo meterlo sin ayuda". Se fue
acercando al animal y le habló: "ven acá caballa". Y es así como
se enfrentó al asesino. En forma sorpresiva, descargó un puño sobre el
corazón del caballo, que más bien parecía un derechazo del mejor boxeador
peso pesado. Un veterinario allí presente, comentó: "Ese hombre conoce
de anatomía y sabe dónde está el corazón del caballo". |
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El golpe
dado por el mirón había sido exactamente sobre el corazón de Pilot Jack. De
inmediato el cuerpo del caballo se cubrió de sudor. Desde ese momento
miraba con terror a su adversario, quien tranquilamente le decía:
"ven acá caballa, ven acá". Ante el asombro de todos los
presentes, vino Pilot Jack y mansamente, se dejó tomar por la
jáquima. En un desplante de locura, aquel personaje, que era nada menos
que Millard Ziadie, condujo ante la cara a Pilot Jack, dándole
la espalda en forma indiferente, hasta introducirlo en el
camión. |
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Las
tentativas asesinas de Pilot
Jack continuaron en el campo. El
capataz del Haras Monagas, un hombre robusto, con fuertes derechazos,
trató de aplacar el genio del caballo, resultando otra de sus víctimas. A
pesar de su figura atlética y sus 100 kilos de peso, fue alzado por la
boca de Pilot Jack y aplastado contra la pared. Para su
recuperación necesitó un año de reclusión y tratamiento en el hospital de
Ocumare del Tuy. |
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Desde
luego, Pilot Jack, algún día ingresará en la historia de
los asesinos más célebres del mundo. Por el momento es una parte de la
hípica venezolana. |
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Anécdotas
Hípicas Venezolanas,
jueves 09 de mayo de 2001 |
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