Anécdotas Hípicas
Venezolanas presenta | |
Origen
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Editado por Juan
Macedo | |
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La
cría purasangre de carrera organizada, es de reciente data en Venezuela (comparándola con otros países),
aun cuando calificándola como distracción deportiva o ya por afición a la
raza caballar, podamos decir se remonta a principio de siglo,
naturalmente, con largas intermitencias. De ahí que los caballos españoles
que trajeron los conquistadores a diversos puntos de América Central y
Sur, entra ellos al Río de | |
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Sin
embargo, en lo que atañe a
nuestro territorio una vez que fundábase pueblos y se constituían las
provincias, fue aumentando considerablemente la ganadería, que vivió
muchos de sus mejores años en la época de la colonia y principio de la
independencia, Y, aun en el pasado siglo, consecuencia de las Guerras
Civiles, que dificultaron su resurgimiento, hubo suficientes cabezas de
ganado caballar que sirvieron para la base que ya en los presentes días
tiene una firmeza que seguramente será mas sólida en el
futuro. | |
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Y, al interesarse los “pioneros” del hipismo
criollo por el mejor desarrollo y amplitud de la fiesta, era natural que
entre los fines perseguidos estaba, precisamente, la selección del caballo
nativo. Así tenemos que a pesar de la larga transición habida del Hipódromo de Sabana Grande al Nacional de El Paraíso, ya
numerosos "sportmen", aunque de manera
aislada, procuraban en sus hatos y haciendas "cogerle" cría a los animales de
carrera, A esos brotes de entusiasmo por la reproducción equina, debemos
la presencia en los circos arriba mencionados de nutridos conjuntos de
criollos y mestizos o como técnicamente argumentábase otrora: "un cuarto de sangre", "media sangre", "siete octavos”, "tres cuartos de sangre" y "purasangre nacido en el país",
como se nombra hoy a los ejemplares de carrera.
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Desde el General Joaquín Crespo, protector
del turf nacional, hasta los mismos allegados, iniciaron esos cruces en
sus fundos. Y huelgan nombres de connotados personajes de la última década
del siglo XIX, que se preocuparon por mejorar la selección de sus
animales, tales como Don Gustavo
Sanabria, propietario del Sindicato Venezuela, en cuyo
criadero se produjo el notable Cacique, ganador con mas de 80 kilos; General J. González Bravo, Jorge Uzlar, John Boulton, Francisco L. Becerra.
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Posteriormente en las temporadas de 1910 al 13,
los caballos importados sirvieron en escala mínima a la satisfacción de
esos alardes favorables a cría. Y, así surgen a la pista algunos elementos
oriundos de diversas regiones cercanas a la capital. Pueden citarse los
criaderos del Doctor J. Gil Fortoul, General Félix Galavis, Celestino Martínez, Manuel Lander Gallegos, Herman Stelling. General J. V. Gómez, Eloy M. Pérez, Alfonso S. Acero y algunos otros.
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Y los nombres de esos rucios y alazanes, moros
y tordillos, negros, zainos y castaños iban a prestar su contingente para
la distracción favorita del público caraqueño. Así van desfilando por el
Hipódromo: Vencedor, Inca,
Tribilín, Gladiador, Espectro, Ma Cherie, Helena, Whisky,
Mi Nena, El Corneta, Tacarigua III, Crillón,
Bohemio, Fox Trot, Muchachito, Urama, Vedrines II, Palenque, Mácaro, Cucarachón,
Banderilla. | |
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Allí
hay amalgama de sangres
desconocidas, pero indudablemente ya la raza destaca y una que otra
carrera demuestra superioridad sobre adversarios que determinan serie de
victorias. Cada uno en su época ratifica ese concepto: Vencedor (1896-97),
Cacique (1909-11), Vedrines II y Diecinueve
(1922-25). Y, posiblemente, purasangres importados por propietarios
venezolanos, caballos como Pluma de Garza, Paso Doble, Vedrines, Maracay, fueron los gestores de tal
descendencia. | |
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A
partir de lo que podemos llamar, en puridad de verdad, tercera etapa del
hipismo nacional, o sea de 1932 hasta la década de los 50, la cría cobra
mayor empuje. Va delineándose su organización, marginándose los ensayos,
procurándose un proceso más efectivo y practico. Comienza al calor del
entusiasmo hípico, ahora más afianzado, a una gradación tal que dentro de
tiempo más o menos prudencial estará en plena ebullición en el crisol
internacional de los grandes cotejos de
fuerzas. | |
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Y surgen los primeros productos del Haras Mamoncito, que han de
iniciar la fuerte estructura del establecimiento aragüeño en los primeros
años: Aviador, Burlesco, Arrollador, Alas, | |
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En su hato, se interesa por la cría José Rosario Gómez. Y de allí
procede Yacumama. Naturalmente ocupa también puesto de honor en esas
temporadas de 1933-40 el Haras | |
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Sucesivamente advinieron a la vida turfística magníficos Haras que por sus instalaciones
modernas para aquel entonces, valioso plantel de yeguas madres y buenos
padrotes realizaron una gradual superación en sus producciones. Basta
nombrar rápidamente: a | |
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El resto de la historia es harta conocida por
ustedes y a pesar que los avances no han sido los esperados por la afición turfística de Venezuela, los éxitos obtenidos en
las pruebas correspondientes a | |
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Fuente: Trabajo realizado por el Sr.
Alfonso Toledo para la revista Gaceta Hípica (año
1959). | |
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Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 24 de febrero de 2011 | |
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