Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Mister Ed

El caballo que habla

Por Fernando J. Gil L.

 

El caballo es inspiración en cualquier área de la sociedad y una muestra de ello lo fue Míster Ed the talking horse, una serie de televisión y comedia de fantasía, creada en Estados Unidos por Walter R. Brooks, que se emitió en su país de origen a través de la cadena CBS entre 1961 y 1966, y que tuvo en su momento trascendencia en la pantalla de muchos países, aunque no tengo evidencia que haya sido transmitida en Venezuela, pero lo que he investigado y que comparto con ustedes demuestra lo dicho.

 

El programa, de media hora de duración, comenzaba con la cabeza del caballo saliendo sobre la puerta de su establo y diciendo a cámara con voz grave y moviendo su blanca cola: “¡Hola, yo soy Míster Ed!”, y al instante se escuchaba una canción interpretada por un cantante que informaba: “¡Caballos con voz no hay dos, no hay dos, solo Míster Ed tiene bella voz; feliz de aquel que escucha al sabio Míster Ed, es toda una fuente del saber, para él no hay problema sin solución, ustedes lo verán, el gran Míster Ed es un campeón!”, mientras corrían los títulos del elenco, productores y director.

 

 

Trata sobre Wilbur Post (Alan Young), quien es un arquitecto exitoso (pero un poco atolondrado) con una hermosa mujer por esposa Carol Post (Connie Hines) que compraron una hermosa casa los cuales tienen a los Addison (interpretados por Larry Keating y Edna Skinner) como vecinos. Compró un caballo verdaderamente hermoso, pero se dio cuenta que el caballo era capaz de hablar (la voz del actor Allan Lane), pero solo se comunicaba con él pues odiaba a los incrédulos que no creían sobre si un caballo pudiera hablar, llevando el nombre de Míster Ed. Cuando Wilbur acudía a Míster Ed por consejo y era correspondido de maneras muy peculiares y con humor que metían a Wilbur en problemas, no pudiendo nunca explicar a nadie que las mismas provenían de su excéntrica mascota. En otras, le brindaba la solución a su conflicto. Al final la amistad entre ambos es grande pero siempre mete a Wilbur en dificultades. La serie consta de seis temporadas que contienen 144 episodios; cada episodio dura alrededor de treinta minutos. La serie fue exitosa por la comicidad de los personajes y su variedad. La vigencia, y el hecho de que todavía hoy su humor funcione, tiene relación directa con el enfoque que Arthur Lubin le dio al personaje. La clave del programa no era que se trataba de un caballo que hablaba, sino de las cosas que decía. En las réplicas a Wilbur, casi siempre irónicas y ácidas, estaba el secreto del éxito del show. Esta misma fórmula fue recreada años después y con similar suceso en Alf.

 

Pero cuesta creer que alguien alguna vez entró a una productora y dijo: "Tengo una idea tan buena para un programa de televisión que no van a poder rechazarla: las aventuras de un caballo que habla". Y literalmente fue así.

 

Arthur Lubin (reconocido por haber colaborado con éxitos televisivos como Maverick, Bonanza y 77 Sunset Strip entre otros, además de dirigir más de cincuenta películas, entre ellas éxitos como El fantasma de la ópera, Black Friday, varias de la saga de Abbot & Costello y seis largometrajes basados en el personaje literario de la mula Francis, un animal parlante) no terminaba de redondear la idea de un nuevo programa de televisión. Fue su asistente Sonia Chernus que le hizo notar que otro de los personajes del mismo autor de los cuentos infantiles de la mula (el escritor Walter R. Brooks) era un caballo, se llamaba Míster Ed y también hablaba. Fueron cuestión de semanas para que Lubin comprara los libros, redondeara la idea y preparara un piloto. Aunque al principio, como es lógico, le costó instalar su idea, luego de varias reuniones consiguió convencer a la productora Filmways de acompañarlo.

 

La desconfianza por el programa fue palpable desde el primer día. Como ninguna de las grandes cadenas se disputaron su emisión, el primer episodio -estrenado el 5 de enero de 1961- no se lanzó a nivel nacional, sino para cerca de un centenar de canales locales. Y así siguió durante algunos meses, hasta que la sorpresa de los televidentes transformada en éxito llamó la atención de la CBS, que lo abrazó y no lo soltó más.

 

Con un humor familiar, solo trastocado por el sarcasmo de Míster Ed, la serie tenía todo lo que la audiencia podía pedir. Situaciones absurdas que fascinaban a los más chicos, y chistes en boca del animal que disfrutaban los adultos. Míster Ed no solo fue una de las primeras propuestas televisivas en las que hablaba un animal, sino que también se destacó por haber mantenido a lo largo de los años un nivel de calidad muy parejo en los guiones.

 

Además de la inspiración en los guiones, también quedaron en la historia del programa algunos momentos únicos, como la aparición de un joven Clint Eastwood haciendo de él mismo, justo cuando ganaba terreno como protagonista gracias a la serie de televisión Cuero crudo (1959) y se preparaba para dar su salto definitivo al western cinematográfico con Por un puñado de dólares (1964). El capítulo, penúltimo de la segunda temporada, se llamó Clint Eastwood conoce a Míster Ed, y nació de la amistad entre el actor y el creador de la serie. Lubin le había dado a Clint su primera oportunidad en el cine en una de las películas de la mula Francis y desde entonces quedó entre ellos un vínculo incondicional. Lo que comenzó como un paso de comedia entre colegas, terminó siendo un momento legendario en la historia de la televisión.

 

El actor que hacía la voz del animal se llamaba Allan Lane y había aceptado el papel por el dinero que le pagaban. Como no era un desafío profesional que lo enorgulleciera mucho que digamos, Lane pidió que no pusieran su nombre en los créditos. De ahí que nadie supiera de su existencia. Claro que a medida que el programa se transformó en un éxito, el actor se arrepintió y pidió ser agregado a partir de la segunda temporada, pero Lubin se negó rotundamente. Y así durante muchos años no se supo de quién era esa voz tan particular.

 

Desde su inicio se creó una incógnita que desvelaba a la audiencia y al periodismo: ¿cómo hacían para que el caballo hablara?

 

El animal que interpretó a Míster Ed se llamaba Bamboo Harvester. Era un caballo palomino rubio de cabello blanco, de la raza saddlebred americano, mezclado con caballo árabe nacido en California. Aunque parecía mucho más joven, cuando se transformó en una estrella de la televisión ya tenía doce años. Su entrenador, Lester Hilton, aprovechó la docilidad y la inteligencia del animal para enseñarle toda clase de trucos escénicos, que serían más adelante aprovechados en la serie. Hay varias versiones sobre cómo logró que Míster Ed moviera la boca en ciertas ocasiones (no existían los efectos especiales de ahora), pero la gracia de los libretos lo convirtió en el caballo más famoso y querido de la televisión. Durante mucho tiempo se tejieron múltiples teorías acerca de cómo lo lograban, pero el actor Alan Young, años después, reveló la verdad: "Ed era tan inteligente que realmente aprendió a mover sus labios en el momento justo, cuando el entrenador tocaba su casco".

 

Terminada la serie en 1966, poco y nada se supo de Bamboo Harvester, solo que seguía a cuidado de Lester Hilton y alejado de las cámaras debido a su edad. Pero en 1979, muchos medios se hicieron eco de una triste noticia: Míster Ed había muerto en Oklahoma. Sin embargo, la información no era totalmente cierta, en realidad el que había fallecido era su "doble", un caballo idéntico que se usó a lo largo de las temporadas para sesiones de fotos, presentaciones ocasionales y notas periodísticas llamado Pumpkin.

 

Bamboo Harvester, el verdadero Míster Ed, el amigo de Wilbur, el ídolo infantil, había muerto en el olvido casi diez años antes. Según se supo después, en el año 1968, dos años después de terminada la serie, el caballo comenzó a experimentar complicaciones en su salud, tenía problemas renales y sufría de artritis. Una primera versión indica que la situación se volvió irreversible y Hilton decidió sacrificarlo, pero consciente de su fama y del efecto que podía provocar esto en la audiencia infantil ocultó el hecho a la prensa y lo enterró en secreto en los fondos de una granja de Tahlequah, Oklahoma. Una segunda versión, avalada por los responsables de la serie, indica que, estando su cuidador de viaje, un asistente que había quedado a su cargo encontró al caballo arrastrándose en el suelo, lidiando con su peso y con sus problemas articulares para levantarse. El hombre malinterpretó la situación y, asumiendo que el animal sufría de convulsiones, le inyectó un calmante tan fuerte que su corazón no lo pudo resistir. Cuando Lester Hilton volvió al establo encontró muerto a Míster Ed.

 

La fama de la serie dio para todo, incluso para teorías conspiranoicas. En una época en que a la gente le gustaba andar escuchando los discos al revés en busca de mensajes satánicos y como el que busca encuentra, un pastor de Ohio hizo circular el rumor de que al pasar la intro del programa (compuesta por Jay Livingston) al revés se escuchaban claramente dos frases dedicadas al Maligno: "Canta esta canción por Satán" y "Satán es el cantante". Muchos de sus fieles esparcieron la teoría, y hasta se llegaron a hacer quemas públicas de discos. Créase o no.

 

La serie no fue solo una de las más queribles en la historia de la televisión, sino que también abrió el camino televisivo para que se crearan historias con un componente fantástico. Este concepto tuvo otros picos de éxito en propuestas como Hechizada, Mi marciano favorito o Mi bella genio, todas posteriores a Míster Ed.

 

Fuentes: www.laprensa.com.ar, doblaje.fandom.com, www.lanacion.com.ar, tn.com.ar.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 29 de febrero de 2024

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