Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

El Internacional Clásico Simón Bolívar

Editado por Juan Macedo

 

Desde la fecha misma de su establecimiento, el Clásico Simón Bolívar trazó para nuestro hipismo un nuevo sendero. En 1946, cuando se instituyó con premio de Bs. 25.000 al ganador, constituyó el mayor atractivo pistero de su tiempo. Posteriormente, el premio fue aumentado a Bs. 30.000 en 1947, Bs. 40.000 en 1949, Bs. 100.000 en 1952, Bs. 120.000 en 1956, Bs. 150.000 en 1958 y Bs. 200.000 en 1961 precisamente cuando adquirió categoría de Clásico Internacional.

 

Por una causa o por otra el Simón Bolívar se convirtió en la máxima carrera nacional. No tenía tradición. Era una condicional cualquiera en distancia de 2.000 metros, con participación de ejemplares de tres y cuatro años con 50 y 55 kilos, respectivamente. Como carrera selectiva valía poco. Pero se fue convirtiendo en la mejor carrera nacional. La más ambicionada y para la cual se importaban los mejores ejemplares. Quizá fue el nombre del héroe nacional lo que le dio ámbito y sonoridad a dicho clásico.

 

El hipódromo fue sensible a esa acogida y progresivamente fue aumentando el premio y haciendo más ambicionada su conquista. Cuando Venezuela entró en el círculo hípico suramericano y fue invitada oficialmente como país miembro de organizaciones tradicionales, contrajo el delicado compromiso de hacer un internacional o dos.

 

El Directorio del Hipódromo, presidido por el Doctor Francisco Flamerich, contrajo la trascendente obligación. Se creó un internacional idéntico al de los demás países (Organización Sudamericana de Fomento de la Cría del Purasangre de Carreras) y se cambió la condición del Simón Bolívar, haciéndolo internacional con premio de Bs. 200.000.

 

La experiencia demostró que la empresa era onerosa. Venezuela, en ocasión del primer internacional, hizo alarde de su proverbial hospitalidad, generosidad y desprendimiento con los invitados. Argentina, Brasil, Colombia, Perú, Panamá y Uruguay atendieron a las invitaciones de los primeros internacionales. En los segundos, solo asistieron Perú y Colombia. Ya para 1963 o sea para los terceros internacionales, no será invitado ningún caballo extranjero. La onerosidad de dichos clásicos ha hecho inaplazable tal decisión.

 

El hipódromo tomó las dos decisiones tanto la de crear los internacionales, como la de suprimirlos tácitamente, con cierto deportivo desenfado. Veremos por qué. Ha debido hacerse una planificación previa y no se hizo. Los internacionalistas se dejaron arrastrar por la emoción. Han debido calcular los pro y los contra de un viaje de los sureños, norteños y europeos a Caracas. Han debido considerar los factores de pista, altura, clima y atracción del premio. Por ser todo ello negativo, en el segundo mitin internacional fuimos desairados elegantemente.

 

Para evitar un nuevo desaire en 1963, se acordó cambiar las fechas de los internacionales, estimándose que en esa forma, regresarían a Caracas los invitados sureños. Se decidió, un poco apresuradamente, crear un nuevo internacional llamado de Las Américas, y se le devolvía al Simón Bolívar su condición local.

 

Ese fue un error. El Simón Bolívar tenía ámbito mundial antes de que se le diera disputa internacional. Laurel Park había considerado como invitado automático al Washington International, al ganador del Simón Bolívar. Posteriormente, llegó a más. Estados Unidos, al mismo tiempo, Europa acogía los frondosos y generosos reportajes que sobre el Simón Bolívar, sobre el hipismo venezolano y sobre el suramericano en general, hacía el reputado periodista británico David P. Hedges, del Sporting Life de Londres, quien fuera invitado especial en el mitin de 1962.

 

Y cuando el “The International Racing Book of 1962”, avalado por trece organizaciones internacionales, elabora su calendario de carreras, cierra con el cuadro que divide a dicho calendario en tres grupos a saber: Uno especial con el Washington lnternational de Laurel Park en USA y el The lrish Sweeps Derby de Irlanda. Otro con los internacionales del circuito europeo. Y un tercer grupo con los internacionales del circuito suramericano. En este último, destacado, reconocido mundialmente, está el Simón Bolívar.

 

¿Qué dirán ahora de nuestra volubilidad las organizaciones extranjeras? Desenfadadamente tiramos el ámbito internacional que logró el Simón Bolívar y en cierto modo nos exponemos a que se nos retire la confianza por ausencia de respeto a la tradición y a los compromisos contraídos.

 

Fuentes: extraídos de la Revista Turf

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, viernes 29 de julio de 2016

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