Anécdotas
Hípicas Venezolanas presenta | ||
George
Tompkins, herrero de
campeones | ||
Editado
por Juan Macedo | ||
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Allá
en Lexington, Kentucky, se retiró George Tompkins, herrero de los campeones. Paso medio
siglo en esa profesión, desde 1913 hasta 1963. Tenía 13 años cuando
comenzó su profesión y terminó con un expediente de haber herrado al mayor
número de campeones que pasara por manos de otro herrero de su país. En la
lista de Tompkins aparecen como clientes A. B. Hancock padre e hijo, Joseph Widener, Samuel Riddley, August Belmont, Leslie y Lucas Combs, Coronel Phil Chinn, John Madden y Coronel E. R.
Bradley. |
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Tompkins
nació en 1900. A los diez años entró como peón de caballerizas en Fairgrounds. A esa edad sólo espantaba las moscas que
fastidiaban a los caballos mientras los herraban. Luego atendía al fuego
de la fraguas. Comenzó herrando caballos de tiro, un gran negocio en esa
época en que el caballo y el carretón eran grandes medios de transporte.
El primer caballo que herrara Tompkins fue un
pony en 1913. Posteriormente
herró caballos de silla. Luego vinieron los
purasangres. | ||
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Siendo
un muchacho, Tompkins recibió su primer trabajo
con un purasangre. Era un potrillo que se llamaba Man O’War.
Estando en el Nursery Stud
del Mayor Belmont, Tompkins recuerda que dijo,
cuando herró al caballo que aún no había corrido “es grandote y tiene buena
pata”. | ||
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Pasada
la campaña del caballo, durante la cual lo herró siempre Tompkins, regresó a la finca para la reproducción.
Siempre fue herrado por su mismo herrero. | ||
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Tompkins
recuerda, cuando el caballo regresó al campo, que le puso herraduras
planas y cómodas, aunque más pesadas y duraderas. Man O’War
galopaba todos los días, aun siendo padrillo, para mantenerlo en buenas
condiciones físicas. Tompkins tuvo suerte porque
las herraduras del caballo se cotizaban a buen precio. Todo el mundo las
pedía como un talismán y un souvenir. Cuenta
este herrero que Man O’War
tenía la mano derecha más grande que la izquierda. Por eso a él le
resultaba fácil saber a qué mano o a que pata correspondía determinada
herradura de dicho caballo. Tompkins dice que
todos los hijos de Man O’War
tuvieron excelentes patas. Sin defectos eran, por ejemplo, American Flag, Mars, By Himself, Crusader, Broadside y Clyde Van Dusen. |
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Entre
otros campeones herrados por Tompkins, él
recuerda a Morvich (ganador del Derby de 1922), Bubbling Over
(ganador del Derby de 1926) y
Brokers Tip
(ganador del Derby de 1933).
Estos dos últimos corrieron para el Coronel Bradley, para quien Tompkins herró también a Blue Larkspur y Black Servant. | ||
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La
tarea de Tompkins era delicada y plena de
responsabilidad. En el preparado de los caballos entraban muchas
circunstancias. Cuando se consideraban listos los caballos, se los
entregaban a Tompkins para el herrado. Todo el
mundo pensaba con terror en el momento del herraje. De él dependía el
triunfo o el fracaso de un gran caballo. | ||
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Tompkins
nunca cometió errores según dice él y según lo confirman sus clientes. Era
un genio en su profesión. | ||
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Según
Tompkins, el problema está en que ningún caballo
tiene los pies ni las manos iguales a otro. La medida del herraje es muy
relativa. Hay que someterla después al tipo de casco. De lo contrario se
corre peligro de arruinar al caballo. | ||
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Cuenta
Tompkins que con Brokers Tip
tenía que hacer dos viajes a Louisville. A todo caballo se le recortan los
cascos y se le adapta la herradura. Pero a Brokers Tip sólo
se le podía reducir hasta un límite. Tenía un pie pequeño y no podía
rebajársele mucho. Había que hacer milagros para herrar bien a ese
caballo. | ||
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Dada
su fama desde los primeros tiempos, Tompkins se
convirtió en un herrero ambulante. Iba de una ciudad a otra en un camión
transporte convertido en herrería viajera. Era el primer transporte de ese
tipo que se conocía. En el camión cargaba Tompkins un fuelle, una fragua, un yunque, un taladro
de carpintero y las demás herramientas comunes en un taller. También
cargaba clavos, suplementos, almohadillas, empacaduras, soportes y otras
cosas. | ||
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Eso
fue en 1929. La razón de tanto viajar es que las caballerizas preparaban
en sus pistas particulares. En esa época Tompkins y su camión recorrieron hasta dos mil
kilómetros por semanas. | ||
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George
Tompkins
herró, como se ha dicho, a los campeones del medio sigo. Herró trotones y
caballos de silla. Era el genio de las patas del caballo. No solo sabía
herrar. Sabía curar patas. Sabía tanto o más que un
veterinario. | ||
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Fuentes:
extraído de la Revista Turf de octubre de
1964. | ||
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Anécdotas Hípicas
Venezolanas, lunes
31 de agosto de 2020 | ||
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