Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Gallant Fox

Aristócrata y Campeón

Editado por Juan Macedo

 

Dentro de los purasangres legítimos, hay unos que son considerados como de pobre origen. Otros son verdaderos aristócratas. De humilde origen fueron Alsab y Stymie. Pero Gallant Fox procedía de padre y madre notables, tanto por sus orígenes como por sus campañas pisteras suyas y de sus parientes. Gallant Fox fue un gran caballo.

 

Su padre fue el francés Sir Gallahad III. Corría tiros de velocidad e intermedios. Pero sus hijos heredaron una consistencia que no se le conoció a él. La madre fue Marguerite. Ella era hija de Celt, por Comander, por Domino. La madre era Fairy Ray, una inmortal de la pista. Ella dio a Peter Wrack, ganador de US$100,000 cuando el dólar valía un dólar y los premios eran infinitamente pequeños. Cuando la cruzaron con Sir Gallahad III, parió a Gallant Fox, que había de ser el mejor caballo de sus días. En otros cruzamientos con Sir Gallahad III tuvo a Fighting Fox y Foxborough, éste último tuvo éxito en Estados Unidos y en Inglaterra, donde clasificó como el mejor dos años de su tiempo. No se recuerdan otros casos de hermanos completos tan buenos como Gallant Fox, Fighting Fox y Foxborough.

 

La caballeriza consideró desde el primer momento que Gallant Fox era notable. Alto, sin velocidad en la salida, iba lográndola paulatinamente a medida que entraba en acción. Tenía una rara curiosidad por todo. Si un avión sobrevolaba el campo de carreras, Gallant Fox poníase a mirarlo, así estuviese en el aparato de partidas. Todo objeto extraño, fijo o movedizo, despertaba su curiosidad. Los pájaros llamaban poderosamente su atención y perdía tiempo mirándolos. Y si el jinete acudía a la fusta para llamarlo a compromiso, dejaba ver su mal genio y  entonces si que era peligroso.

 

Gallant Fox tenía otra particularidad. Era sociable. Cariñoso, amable y juguetón con las personas, gozaba mucho en las carreras, manteniéndose al lado de otros caballos que corrieran. Si lo ponían adelante, gustaba esperar a los demás.

 

El no fue como Count Fleet ni Man O’War, que aumentaban las ventajas a medida que se acercaban a la raya. Buscaba una leve ventaja y la mantenía jugándose con los que intentaban acercársele. El pudo haber ganado muchas carreras por amplio margen. Pero no le gustaba sentirse solo. Ese hábito mismo le hizo perder  algunas carreras.

 

Gallant Fox nació el 23 de marzo de 1927 en el Claiborne Farm. Comenzó a correr en 1929 y lo entrenaba “SunnyJim Fitzsimons. No logró muchos triunfos a los dos años. Fitzsimons comprendió de inmediato que tanta un buen caballo de carreras. El dijo siempre: “ningún caballo precoz es bueno”. Corriendo en Flash Stakes en Saratoga, el público tuvo la intuición del gran caballo. Lo miró salir desde muy atrás y fue pasando poderosamente a los veloces de su generación, tales como Surazen II, Hi-Jack y Caruso, ganándoles por bastante ventaja.

 

Falló en el United States Stakes. Y en el Futurity se conformó con un segundo tras de Poligamous. La última vez que corrió en la temporada fue en el Junior Champion en 1600 metros. Ganó como quiso, en 98 segundos, en la pista de Belmont, muy pesada para esa época.

 

Pese a la reputación lograda por Whi­chone y Boojum, Gallant Fox fue seleccionado como favorito para el Derby. Embelleció mientras invernaba en Aque­duct. Así que cuando fue al Wood Memorial, carrera de ensayo para el Derby, Gallant Fox hizo un paseo para ganarla.

 

En la Preakness Stakes debió sortear cierto tropiezo. Pero tomando la larga parte exterior, salió victorioso. En esa época, la Preakness se corría antes del Derby,  Alcibiades, una linda yegua, tomó la delantera hasta la recta, pero no pudo resistir la embestida de Gallant Fox.

 

En la Belmont Stakes no pudo hacer walkover. Whichone era veloz y lo consideraban con chance. Y Questionaire estaba decidido a impedir el ascenso de Gallant Fox a la triple corona, Whichone impresionó tan bien que saliera favorito contra Gallant Fox. Pero antes de correrse la cuarta parte de la competencia, el público se dio cuenta de que estuvo mal orientado. La chaqueta puntirrojeada de Belair volaba en la delantera, lle­vada por Gallant Fox. Entrando a la recta, ponía tres cuerpos sobre Whichone y tres cuerpos mas atras Iba el famoso ambicioso Questionaire. No hubo nada que hacer, Gallant Fox ganaba la triple corona.

 

En la Dwyer concedió ventajas, pero ganó con facilidad. Iguales ventajas concedió en Chicago. A pesar que Gallant Knight corría la mejor carrera de su vida, apenas le ganó por pescuezo a Gallant Fox. De haber sido mas larga la carrera, nuestro héroe no la habría perdido.

 

Lo llevaron al Oeste y lo descansaron hasta tanto comenzaron las carreras en Saratoga. Mientras descansaba Gallant Fox, Whichone ganó tres carreras clásicas. Sus hinchas pensaron que descosería a Gallant Fox cuando éste reapareciese.

 

Los dos campeones iban a encontrarse, pues, en la Travers Handicap. Ese día cayó un tremendo aguacero y la pista se volvió un lodazal. Tanto Gallant Fox como Whichone perdieron. Pero he aquí la historia contada por Jim Fitzsimons: "Tengo la convicción de que ambos caballos fracasaron por la rivalidad personal de los dos jinetes: Earl Sande y Sonny Workman. Por temor al lodo o por vanidad íntima de ambos, salieron a romperse desde la partida, extremando hasta lo imposible los esfuerzos de los dos caballos. Si hubieran ganado, se habrían llenado de gloria. Pero no ganaron y perdieron la cabeza encima de perder la carrera. Cuando entraron en el codo, Jim Dandy se metió por un terreno más firme y puso en la cúspide su escasa cotización de cien a uno, ganándoles fácilmente”.

 

Whichone se golpeó y fue retirado ese mismo año. Mientras tanto, Gallant Fox se vengó la derrota en la Saratoga Cup, ganando como quiso. En el Lawrence Realization, Gallant Fox perdió con Questionaire. Estaba éste en su mejor condición y pese a que Gallant Fox peleó cabeza a cabeza, perdió la carrera. Hagamos constar que era el Lawrence más rápido que se corría después de que Man O’War había establecido record.

 

En la Jockey Club, en 3200 metros, ratificó su predilección por las distancias largas. Ganó la carrera y decidieron retirarlo de la cancha. Gallant Fox había acabado con los mejores enemigos de su tiempo. El era de muy buena sangre y sobre todo un campeón de la pista, Su sitio, pues, estaba en la reproducción. Su campaña definitiva fue de 17 actuaciones para 11 victorias, 3 segundos y 2 terceros, acumulando en premios US$572,417.

 

No tardó mucho, Gallant Fox, en probar su importancia como padrote. Cruzado con la yegua Flambino, dio un potro patilargo y cara blanca. Lo llamaron Omaha, que probó ser más veloz y mejor que su padre. Omaha fue líder del dinero en la temporada de 1935          y ganó la Triple Corona, además del Arlington Classic, la Dwyer, el Victor Wild Stakes y el Queen Anne's Plate.

 

Omaha fue enviado a Inglaterra el siguiente año, siendo predilecto del público. Pero perdió los 4000 metros de la Ascot Gold Cup, por una nariz, cuando su jinete largó el foete en la carrera.

 

Luego Gallant Fox produjo a Granville, otro de los grandes campeones de siempre. Ganó la Belmont y llegó segundo en la Preakness. En el Derby tropezó y derribó al jinete. Con algo de buena suerte, el Belair Stud habría tenido su tercer triple coronado en una misma línea sanguínea.

 

Después vino Flares, hermano comple­to de Omaha, que fue a vengar la derrota de su hermano en Inglaterra, ganan­do los 4000 metros de la Ascot Gold Cup.

 

Desde el haras, Gallant Fox seguía siendo el mismo campeón que había sido en la cuna y en las pistas.

 

Un gran caballo, desde luego, no es siempre el gran caballo de carreras. Y a la inversa, un gran caballo de carreras no es necesariamente un gran padrote. Pero cuando los hijos de un gran patriarca equino igualan y duplican en la pista las hazañas de su padre, puede tenerse la seguridad de que aquél era una suma de grandeza. Gallant Fox murió el 13 de noviembre de 1953 y enterrado en el Claiborne Farm. Fue incorporado al Salón de la Fama del Hipismo Norteamericano en el año 1957.

 

Sunny Jim Fitzsimons, poniéndose sensiblero después de ver a los hijos de su campeón Gallant Fox, decía: “Una gran estrella puede aparecer de la nada, por encanto. Pero si otras estrellas siguen a la primera, eso no es milagro, es herencia".

 

Fuentes: Basado en un trabajo publicado en 1960 en la Revista Gaceta Hípica, www.wikipedia.com, www.pedigreequery.com.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 27 de octubre de 2011

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