Anécdotas
Hípicas Venezolanas presenta | ||
El Chama:
| ||
Cuando ganó el
Washington International | ||
Por Oscar
Escalona Oliver | ||
| ||
Todos
recordamos aquel triunfo de El
Chama, suerte de increíble mezcla donde
actuaron como ingredientes a la fe y la constancia de sus propietarios, la
calidad de un caballo, la pericia de su jinete y la veteranía de un preparador, no faltando por supuesto,
los elementos teatrales de un gran mundo hípico y celoso además de su
tradición que veía primero con indiferencia al invasor y después con
estupor al derrumbarse todos sus cálculos. Se trata del Clásico Internacional Washington
D.C. ganado el 11 de noviembre de 1955 por
El Chama
conducido por Raúl
Bustamante, seguido de Préndase, otro representante
venezolano con Ángel Gutiérrez a bordo. Social Outcast, a 3 cuerpos,
hacía el tercero y muy atrás, Panaslippler, Traffic Judge, Mister Gus, entre
otros. |
| |
| ||
Esta
aventura hípica que según los entendidos del patio no tenía ni pies ni
cabeza encontró igual eco en los corrillos hípicos norteamericanos. Poco o
ningún chance asignaban los cronistas asiduos de Laurel Park a los representantes
venezolanos, llegados de un largo viaje, bajo un frío severo
y casi a última hora. | ||
| ||
Un
experto que dos días antes de la carrera vio un ejercicio de El Chama sobre mil metros, cronometrando
| ||
| ||
El
21 de agosto de 1955 se corría en el viejo Hipódromo de El Paraíso el Clásico Gobernador del Distrito
Federal, prueba que dio esperanzas a El Chama para candidatearse
al Washington lnternational.
Efectivamente, el 20 de septiembre llegaba la carta del Laurel Race
Course sugiriendo la
posible participación del animal, a lo que Vogeler
Rincones contestó que sí. Pero aún faltaba trecho que correr. Ese trecho
era la prueba del Clásico Simón
Bolívar, en octubre, que al ser ganada por Préndase se hacía acreedor al
título de invitado oficial por Venezuela. |
| |
| ||
Nueva
correspondencia sobre el caso hasta que al fin se llegó a un acuerdo donde
el orgullo del propietario entraba en juego. El Chama asistiría a Washington pagando todos sus
gastos de viaje e inscripción. | ||
| ||
En
la trastienda hípica influía la decisión del preparador Jack La Belle, quien convencido
de las excelencias del caballo, asedió durante una semana a Vogeler Rincones para el
envío del ejemplar. Cuando se decidió todo el 5 de noviembre, había que
salir el 7. Dos días para arreglar los papeles del jockey, el caballericero, el propietario, el animal. Pero al fin
correteó el avión por la pista de Maiquetía llevándose hacia el Norte. De
un tiro se llegó a New York. Por una razón u
otra se había olvidado un papel de las autoridades sanitarias en Caracas y
las de la Metrópoli se mostraron severas. Sin papel no bajaba el caballo.
Fue aquí cuando Adolfo Alvariza, preparador
de Préndase, viajando en el
mismo avión dijo que si no bajaba El Chama tampoco lo haría él, gesto que hizo que todo
se solucionara. | ||
| ||
De
New York a Baltimore hubo
otra jornada aérea. En esta última ciudad los caballos venezolanos
llegaron en un mediodía claro, pero muy frío. Préndase quedó bien abrigado pero
El Chama estaba en pelo. Sacarlo en aquellas
condiciones era exponerse a cualquier cosa y otra vez surgió una
ayuda oportuna, esta vez del piloto del avión que prestó varias mantas con
las que se cubren los pasajeros, proporcionando así suficiente calor al
animal trasladado inmediato al hipódromo. | ||
| ||
La
llegada no pudo ser más deprimente. El Chama, cubierto con aquellas mantas marrones
oscuras apenas provocó la mirada de los enjaezados animales que hacían un
recorrido por la grama bajo la mirada escrutadora da sus propietarios,
algunos de ellos con coronas reales. | ||
| ||
Me
sentí abochornado
narraba Carlos Vogeler Rincones. Y no
quedó otro camino al propietario venezolano que pensar en la aventura
comenzada y que tendría que finalizar de algún modo.
| ||
| ||
Llegó
la tarde. Comenzó la noche. El
Chama no quiso comer nada acosado por el
frío, cansado por los viajes. Al amanecer del día siguiente Vogeler Rincones se fue
pronto a la cuadra y le pareció ver aún más pequeño su caballo, encorvado
por la baja temperatura. Pasaron algunas horas más y a eso de las nueve se
le puso a caminar. La Belle sugirió el cambio inmediato de los casquillos
lisos por herraduras con garras. | ||
| ||
El
trote hizo bien al animal pero aún no convencía. Veinticuatro horas
después el comando venezolano aprobaba un trabajo fuerte para El Chama, surgiendo entonces aquellos mil metros con
los 400 finales fuertes. Cuando el caballo se detuvo, Raúl Bustamante traía en el
rostro un gesto que Vogeler Rincones no
olvidará: “Patroncito, este animal
está fenómeno” Fue la primera señal de optimismo.
| ||
| ||
Por
la noche, víspera del gran acontecimiento, ocurrió el Baile Internacional
auspiciado por Laurel Racing Association en
beneficio del Hogar de Niños Convalecientes de Washington D.C. con asistencia de celebridades oficiales,
diplomáticas, hípicas, deportivas. Una fiesta, de acuerdo con la reseña de
María McNair, capaz de opacar
con sus colores hípicos, la organización y finalidad del evento, a
cualquier noche de Hollywood. | ||
| ||
Y
llegó el momento de la carrera. En el paddock
venezolano las cosas habían cambiado un poco. El optimismo había subido.
Ya El Chama lucía mejor vestido, Se le notaba brioso.
Pero mientras los demás animales tenían legión de hinchas, con el ejemplar
venezolano estaban sólo La Belle, Vogeler, Leopoldo Azpúrua y Nicolás de las
Casas. Al llegar el instante de entrar en la pista, Bustamante no pudo
menos que confiar sus nervios a Vogeler
con una cruda frase. Vogeler le apretó la
diestra: “Por Venezuela y por
Chile” Y se fue a las tribunas donde le esperaba el último
trance. | ||
| ||
Porque
hubo una partida falsa provocada precisamente por El Chama que se adelantó al banderazo. En el segundo
intento ya todo fue mejor. La prueba consistía en vuelta y media a la
pista, lanzándose El Chama y Préndase en búsqueda de los
primeros puestos. Media milla y Prefect
comandaba el grupo seguido por Ataturk, Préndase, Aeschylus, Mister Gus y El
Chama. Al pasar frente a las tribunas Prefect y Préndase
luchaban por el liderato, seguidos por Aeschylus, Mister Gus,
Ataturk y El Chama. Entrando a la curva frontal,
Préndase punteaba seguido de Prefect, Mister Gus y
El Chama. Pasando por el sitio de partida, Préndase
seguía de líder con dos largos sobre Mister Gus, mientras El Chama y Prefect
se movían a la vanguardia. Entrando a la recta final El Chama y Préndase se apareaban
entablándose entre ellos el duelo final que paró al público de sus
asientos, corriendo así hasta la raya seguidos por Social Outcast, Panaslipper y Traffic Judge.
| ||
| ||
| ||
| ||
Aquel
emocionante cuanto inesperado final hizo que Vogeler
Rincones se lanzara desde un balcón de tres metros a la pista. Ya en ella
se detuvo. Las notas del Himno de
Venezuela ponían por segunda vez de pie a la concurrencia mientras el
pabellón patrio ondeaba izado en sitio de honor. Las agencias noticiosas
esparcieron la noticia y el mismo día, de Venezuela, llegaron
cientos de cables. | ||
| ||
Final
apropiado para aquella historia hípica de caballos famosos, de jinetes
estrellas, de refinado ambiente social internacional. Merecería
ciertamente otro reportaje la versión, las intimidades del Clásico, las
confidencias de los periodistas y la colección de fotos
cariñosamente guardadas por Carlos
Vogeler Rincones en un
álbum dedicado a El Chama, donde está en lugar especial la oferta de
US$250.000 rechazada por Vogeler Rincones a raíz
del triunfo. | ||
| ||
Fuentes: Publicado en la Revista Turf año 1963, Ing. Juan Macedo, Sr. Gustavo Sansón (foto retrospecto) | ||
| ||
Anécdotas
Hípicas Venezolanas,
viernes 30 de octubre de 2015 | ||
Copyright 2000, Anécdotas Hípicas Venezolanas C.A. Todos los derechos reservados | ||