Anécdotas Hípicas
Venezolanas presenta | ||
Derby de Epsom del año 1934 | ||
Por John Welcome | ||
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Como tantas cosas en aquella época todo empezó
con Steve Donoghue. Encantador, irreflexivo, irresponsable
hasta más allá de la insensatez en cuanto a sus obligaciones con
propietarios y entrenadores, y probablemente el mejor jinete que se haya
sentado jamás en una silla de carreras. Había ido dejando tras él un
rastro de contratos rotos y compromisos incumplidos junto con un puñado de
propietarios contrariados y furiosos, algunos de ellos los más importantes
de Inglaterra. Por doquier había abandonado montas comprometidas y
usurpado las de otros jockeys. |
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En 1921 se evadió de la retención de Lord Derby para montar a Humorist,
sobre el que realizó la quizá mejor monta de sus seis victorias en el
Derby, pero eso le hizo perder la retención del Lord y con ello las montas
de Sansovino e Hyperion,
dos futuros ganadores de la carrera. En 1922 convenció a Lord Woolavington para quitar a otro jockey la monta de
Captain Cuttle
sobre el que ganó la carrera, para el año siguiente renunciar a su
compromiso con el poderoso propietario a fin de subirse en el favorito
Papyrus y ganar su tercer
Derby consecutivo. | ||
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Pero todas esas maniobras nunca le quitaron el
favor del público. El grito de ¡¡¡Come on
Steve!!! resonaba en todos los hipódromos
ingleses. Era una celebridad pública y sabía que lo era y que podía
permitirse ciertas libertades. Cuando en 1921 vino a España para montar
sin éxito en el Hipódromo de
Lasarte declaró que no le gustaba ni ese hipódromo, ni las corridas de
toros. Más famosa fue la respuesta que dicen que dio al Rey Jorge V cuando le solicitó
sus servicios: "me gustaría montar
para Su Majestad, pero me temo que sus caballos no son lo suficientemente
buenos". | ||
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Todo ello tuvo que ver con lo que iba a suceder
en 1934. Para entonces Steve tenía ya cincuenta años, su retirada se
aproximaba y estaba desesperadamente ansioso por rehabilitarse montando a
otro ganador del Derby antes de colgar las botas. Durante 1933 se dio
cuenta de que tenía una oportunidad muy buena para lograrlo. Se trataba de
un caballo llamado Colombo,
propiedad de Lord Glaney, un millonario industrial de origen humilde
que había recibido el título por sus méritos durante la primera guerra
mundial. | ||
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A pesar de la fortuna que Lord Glaney invertía en la compra de yearlings, Colombo, hijo de Manna (sobre el que Donoghue
había ganado el Derby en 1925) y de Lady Nairne,
una yegua no muy brillante, sólo costó 510 guineas. El potro tenía un
difícil temperamento y el capitán Hogg, entrenador privado de Lord Glaney, sabiendo que Donoghue no pasaba una buena racha pero seguía siendo
un maravilloso jinete, le pidió que montara a Colombo en sus primeros galopes.
Steve se hizo enseguida con el potro que le causó una gran impresión. Sin
embargo fue Gordon Richards
quien montó a Colombo en la
mayoría de sus carreras a dos años, pero como el jockey de más éxito en
aquellos años tenía múltiples compromisos, Donoghue le montó cuando ganó el Richmond Stakes en Goodwood y su
última carrera a dos años, el Imperial Produce en Kempton. Colombo acabó la temporada
invicto y a la cabeza del hándicap libre entre los dosañeros de su
generación. | ||
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Steve Donoghue
podía presentir cuando se subía a un ganador del Derby como ningún otro
jockey, salvo quizá Archer y Piggot, y estaba
convencido que Colombo no sólo
ganaría el Derby sino la Triple Corona. Como Richards estaría obligado con
sus contratos, se persuadió a si mismo que la monta del Derby sería para
él. Tan seguro estaba de ello que no hizo ninguna sugerencia directa a Lord Glaney y en su típico estilo "de
irresponsabilidad" se marchó de vacaciones a Suramérica al finalizar la
temporada, sin dejar una sola dirección para localizarle.
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Aunque tenía sus dudas, Lord Glaney intentó contactar con Steve a fin de hacer
planes para la temporada siguiente, encontrándose con que nadie sabía
donde estaba, ni se había oído hablar de él desde que dejó Inglaterra. Y
la primera noticia que llegó no complació precisamente a Lord Glaney cuando supo por la prensa la respuesta que
Donoghue había dado por su cuenta y riesgo a un
periodista suramericano que le preguntó por el ganador del próximo Derby:
"Colombo conmigo encima".
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Pudo ser esa osada declaración o pudo ser otro
motivo, pero el caso es que por esas fechas Lord Glaney se puso a buscar otro jockey para la monta
y aquí entra en escena el otro protagonista de esta historia, William Raphael (Rae) Johnstone, un australiano que montaba en Francia.
Johnstone había llegado tiempo atrás para montar
en Inglaterra, pensando que se iba a comer el mundo, pero quizá por un
cierto pasado de infracciones en Australia, los comisarios se negaron a
darle una licencia con el pretexto de que no se concedían en esos meses.
Mientras esperaba, Johnstone trabó amistad con
Steve Donoghue, quedando cautivado por su famoso
encanto, y le acompañaba con frecuencia a los hipódromos para conocerlos y
verle montar. Fue precisamente cuando ambos estaban en Paris, donde Steve
montaba en el Grand Prix, cuando Johnstone
recibió la oferta para montar en Francia. | ||
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Johnstone era de hecho un magnífico jockey, famoso por
su sangre fría en las montas de espera. El público francés le había
apodado "Le Cocodril" porque aparecía en el
último momento comiéndose a los demás caballos, pero esa impasibilidad no
le serviría de mucho en los sucesos que hicieron recordar por mucho tiempo
el Derby de 1934. Cuando Lord
Glaney le ofreció la retención para montar
sus caballos en Inglaterra la siguiente temporada, incluyendo a Colombo, aceptó sin dudarlo.
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Al enterarse a su regreso a Inglaterra, Steve
montó en cólera. Había esperado con toda confianza que tendría las montas
de Colombo y ahora Lord Glaney no sólo se las ofrecía a otro a sus
espaldas - así lo creyó y lo dijo - sino que ese otro era un australiano
recién llegado, sin experiencia en las pistas inglesas y lo que era peor
en Epsom. El resentimiento de Steve no estaba
justificado, porque no podía reclamar ningún derecho de preferencia a Lord Glaney ni tenía ningún contrato con él, pero en lo
tocante a sus montas siempre se había portado como un niño malcriado
creyendo que todo lo que quería le correspondía por derecho.
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La temporada empezó triunfalmente para el
jockey australiano Johnstone y Colombo que ganó el Craven Stakes
con el estilo de un campeón, aunque los aguafiestas de turno comentaron
que no había batido a nadie. Sin embargo nadie dudó del resultado de las
Dos Mil Guineas donde Colombo partió como el favorito
de cotización más baja desde 1896. Colombo volvió a dar muestras de
temperamento, sudando en el paddock y
remoloneando a cuatrocientos metros de la meta. Johnstone tuvo que enseñarle la fusta y entonces Colombo reaccionó batiendo al
caballo francés Easton por un
cuello. A pesar de ello, Johnstone manifestó que
el caballo había ganado gracias a que tenía distancia, un comentario algo
extraño en vista de lo que luego iba a pasar en el Derby.
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La poderosa preparación del gran Fred Darling en Beckhampton también estaba barajando sus opciones al
Derby. Darling pensaba que su mejor baza, Mediaeval Knight, no tenía la suficiente
calidad para ganar y compró para Lord Woolavington a Easton, el caballo que Colombo acababa de batir por
estrecho margen en las Guineas, por una apreciable suma. La monta sería
para Gordon Richards como
primer jockey de la preparación. | ||
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Pero Darling quería correr también a Mediaeval Kinght
y no tenía un jockey para él. Al enterarse que Steve Donoghue estaba libre le ofreció la monta. A Steve
mientras tanto se le había pasado la rabieta, al menos aparentemente.
Continuaba frecuentando la compañía de Rae Johnstone, aunque incapaz de resistirse a sus
usuales manejos, había puesto en juego a sus espaldas toda la seductora
simpatía de siempre para convencer a Lord Glaney de que le quitara la monta de Colombo y se la diera a él.
Cuando vio que no iba a conseguirlo, aceptó la oferta de Fred Darling y por segundo año
consecutivo el jockey que más veces había ganado el Derby (hasta que llegó
Lester Piggott) vio su papel en la carrera reducido al de
la humilde monta de un pacemaker.
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Mientras tanto en Lambourn un joven entrenador llamado Marcus Marsh ponía a punto para el Derby a Windsor Lad, un potro que había comprado de yearling por 1.300 Guineas para el Maharajá de Rajpipla. Su origen era netamente clásico, por
Blandford y Resplendent que había ganado las Mil Guineas y los Oaks irlandeses y fue segunda en
los Oaks de Epsom. Windsor Lad ganó la Chester Vase y
el Newmarket Stakes sus dos únicas salidas antes del Derby. En
esa última carrera fue montado por Charlie Smirke que acababa de terminar una sanción que le
puso a pié por nada menos que cinco años, si bien considerada por muchos
como injusta. Su confianza en el potro que también iba a montar en el
Derby era grande y así se lo avisó a Johnstone
el día que se encontraron en el meeting de Chester. Johnstone bromeó
diciéndole que fuera por delante en Epsom para
enseñarle el camino. "De acuerdo
Rae - le contestó Smirke - iré
por delante, pero hasta la misma meta" |
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Al llegar el gran día la confianza en Colombo no había disminuido y se
cotizó | ||
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La presión sobre Johnstone era inmensa. Montaba al gran favorito y
corrían de boca en boca chismes sobre el resentimiento de los jockeys
ingleses que no iban a dejarle ganar; El caso es que Johnstone necesitaba realmente alguna experiencia en
la difícil pista de Epsom y muchos piensan que
recurrió a su amistad con Steve
Donoghue para que le señalase la mejor
táctica durante la carrera. "tu
sígueme justo detrás y te pondré en el sitio bueno" dicen que debió
decirle. | ||
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Colombo se había tranquilizado para cuando llegó a la
salida. Las operaciones no se demoraron y en cuanto se levantaron las
cintas Steve Donoghue llevó a Mediaeval Knight a la cabeza del lote
junto a los palos, con Johnstone siguiéndole
justo detrás. A continuación, pero más hacia el centro de la pista, se
colocaron Smirke sobre Windsor Lad
y Richards con Easton. En
Tattenham Corner el orden era casi el mismo,
pero como a menudo sucede en el Derby, las cosas empezaron a cambiar de
repente. Mediaeval Knight empezó a mostrar señales
de ir incómodo. Smirke cuyas reacciones para
anticiparse a los acontecimientos eran instantáneas, vio su oportunidad y
la aprovechó. En un momento pidió una aceleración a Windsor Lad para pasar a Mediaeval Kinight por la derecha, seguido por Richards con
Easton.
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Johnstone que se dio cuenta de lo que pasaba una
fracción de segundo tarde, se encontró encerrado en un grupo de caballos.
No podía hacer nada salvo sufrir y esperar hasta tener un sitio para
rematar por fuera. En cuanto pudo así lo hizo y Colombo respondió con enorme
valor. Llegó hasta la altura de Easton y empezó a adelantarle
pero la meta se acercaba y Windsor
Lad estaba aún más delante. Era demasiado
tarde; Windsor Lad pasó el poste un cuerpo delante de Easton que a su vez sacó un
pescuezo a Colombo. | ||
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Nada más volver a balanzas empezó las
recriminaciones. Enseguida se comentó que los jockeys ingleses se habían
confabulado contra el australiano Johnstone pero
él mismo declaró que eso eran tonterías. Lo que si opinaron con fundamento
los críticos, y siguió comentándose muchos años, es que Johnstone había hecho una monta deplorable dejándose
encerrar por seguir a Steve Donoghue, y en seguida se extendieron en el
mundillo del turf comentarios más retorcidos sobre el papel que había
tenido éste en lo sucedido. "Si me
hubiese dicho que le dejara pasar cuando me di cuenta que mi caballo
estaba batido, le habría dejado hueco" dijo Donoghue después. Pero Quinny Gilbey
el popular periodista hípico que conocía bien a todos los actores del
drama respondió con un ácido comentario: "y un cuerno le habría
dejado" | ||
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No había desde luego ninguna obligación por
parte de Steve de facilitar el paso al favorito y el mismo Gilbey expreso la opinión controvertida de que el
estar encerrado incluso favoreció a Colombo porque no tenía la
distancia y así tuvo el respiro que le permitió su remate final. Eso no
estaba nada claro y el mismo Johnstone había
declarado que Colombo ganó las
Guineas como un stayer. Pero entonces sorprende
que no le montara con más decisión aguantando tanto tiempo detrás de Steve Donoghue. | ||
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En cuanto a Steve sería injusto achacarle un
plan preconcebido para vengarse de Lord Glaney. Aún con su atrevido estilo de
comportamiento, no era hombre que recurriese a esas jugadas, aunque desde
luego el no montar a Colombo en un momento en que su estrella se apagaba y
en que, como gran gastador, pasaba incluso dificultades económicas, le
había sentado como un tiro, convencido de que le habían arrebatado
injustamente la oportunidad de coronar su carrera. Cuatro años después
escribió en su libro de memorias "si yo le hubiera montado (a Colombo) habría ganado en mano por varios
cuerpos" | ||
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Lord
Glaney achacó simplemente al australiano Rae Johnstone la pérdida de
la carrera y sus relaciones se estropearon hasta el punto que poco después
rescindieron el contrato y el jockey volvió a Francia. El siempre pasional
mundo del turf aprovechó para repetir que Johnstone nunca sería un jockey ganador del Derby.
Todos estaban equivocados. Después de la segunda guerra mundial, el
australiano Rae Johnstone ganó tres Derbys entre 1948 y 1956 y estuvo a punto de vencer en
un cuarto, y además ganó tres Oaks sobre la pista de Epsom, mientras que el gran Gordon Richards, segundo con Easton en 1934, tuvo que esperar
hasta 1953 para ganar su primer y único Derby. Sin embargo es
significativo que en todas esas victorias Johnstone jamás volvió a colocarse en cerca de la
baranda y corrió siempre más cerca del centro de la pista. La dura lección
de 1934 había hecho su efecto. | ||
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Fuentes: Articulo publicado en la página http://foro.agalopar.com
por el usuario “Sansovino”, editado por el Sr.
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Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 26 de agosto de 2010 | ||
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