Anécdotas
Hípicas Venezolanas
presenta | ||
Bobby
Permane, maestro de la silla | ||
Editado
por Juan Macedo | ||
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Cuando los
turistas pasan por la ruta 41 de la Florida, ven en los aledaños del
pueblo de Palmetto, un letrero que dice “Carlyn Estates
para Casas Móviles Modernas”. Ahí vivió Bobby Permane, una vez maestro de la silla sobre un
caballo de carreras. | ||
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Cuando era
aprendiz, Permane cumplió la hazaña de conducir
a 15 ganadores en tres días. Siempre fue el jinete de Stymie, el
primer líder del dinero que registró la historia hípica
norteamericana. |
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Bobby Permane fue
desahuciado por los médicos una vez que rodó de la yegua Clair Dauber y ésta le cayó encima. Como no murió en el
tiempo previsto, le dijeron que no caminaría más. Y como volvió a caminar,
le dijeron que jamás podría montarse en un caballo de
carreras. | ||
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Permane si montó de
nuevo y reapareció en Belmont, después de un año de hospital. La afición,
conmovida con la historia del astro en desgracia, se puso de pies y le
tributó una ovación. El recompensó a su gente con un final espectacular.
Llevó a la victoria al animal que pagó 24-1 y que dio la impresión de
haber llegado tercero, pero al que el fotofinish, más preciso que el ojo humano, le dio la
victoria. La enfermera de Bobby
Permane se emocionó con la conducta de su
enfermo de todo un año. Al verlo ganar y al verlo batir uno a uno los
pronósticos nefastos de los médicos, lo agarró y se casó con
él | ||
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En 1944 Permane quedó segundo en la estadística norteamericana
de jinetes con 223 ganadores. En 1946 ganó la Santa Anita Derby con Knockdown
y la Hollywood Gold Cup de
1947 con Cover Up. Duró 14 años como jinete
estrella. | ||
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Cuando las
carreras fueron transferidas de Nueva York a Saratoga, Permane tenía fama de ser una estatua sobre un caballo
purasangre. Era todo estilo, perfección y
ritmo. | ||
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Cuando colgó
las botas, Permane dijo: “He saboreado la gloria y la amargura.
Llegué a la cúspide y no tuve más remedio que bajar y ceder el puesto. Los
gastos de un jinete son cuantiosos. Cuando uno no es grande como ha sido
antes, lo mejor es decir adiós y quedar como ciudadano
común”. | ||
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Permane y su mujer
vieron cómo derrochan los jinetes el dinero que ganan. Por eso decidieron
establecer un negocio más estable que el de glorioso ex jinete de caballos
de carrera. Pusieron el parque de trailers y se
sienten seguros de su futuro. | ||
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La única pena
que conserva Permane hoy cuando está retirado de
la profesión es no haber ganado el Kentucky Derby “No es una gloria especial pero todo
jinete sueña con ganar esa carrera. Tengo la seguridad de que es lo más
terrible del mundo para un jockey”. | ||
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El corrió el
Derby perdiendo. Le basta eso. Otros no han podido salir al desfile, que
es una emoción compensatoria. Todos quieren ganar el Derby. Propietarios,
criadores, preparadores y jinetes, darían algo por ganar el Derby. Es una
debilidad cuyo disfrute le toca una vez al año a un predestinado. “Maravillosos colegas míos como George
Woolf, Johnny Adams y Ted Atkinson, no pudieron
ganar el Derby. Otros grandes jinetes ni siquiera pudieron firmar una
monta para esa carrera”. | ||
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Bobby Permane recuerda que
hasta los grandes caballos se vieron privados de la gloria del Derby. Si
les fuera permitido razonar, llorarían su fracaso en la gran carrera.
Nashua, Brevity, Native Dancer y Upset, salieron sin poder deshojar la rosa de la
victoria. | ||
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Permane lamenta más
que nadie no haber ganado el Derby. Él lo siente por todos, hombres y
caballos. De lo contrario no tendría una visión tan sentimental como la
tiene de dicha carrera. | ||
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El Derby es una
carrera corriente, con un premio corriente, con caballos corrientes y todo
lo común que hay en la generación de los tres años, pero nadie puede
evitar que sobre sí ejerza una influencia especial, El país entero se
conmueve durante los dos minutos que dura el Derby. Saber el nombre del
ganador es tan importante como saber qué candidato ganó la Presidencia de
la República. | ||
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Todo jockey
tiene su monta preferida. Stymie fue la de Permane. Si hubiera entrado en el Derby, lo habría
ganado. No hubo -según Permane- mejor caballo que Stymie. | ||
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Pero él no
demostró nada a los tres
años y no despertó ambiciones. Se convirtió en estrella cuando era viejo.
Y el Derby no es para viejos, sino para potros de 3 años.
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De las 33 veces
que ganó Stymie, Permane lo condujo en 13 siendo diez de ellas en
clásicos ¿Por qué no tuvo que
servir para el Derby? | ||
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Stymie ganó en 1945
el Grey Lag Handicap, el Brooklyn Handicap, la Buttler Handicap, el Continental Handicap, el Westchester Handicap, el Riggs Handicap y el Pimlico Handicap. Todas con Permane sobre la silla. Lo que hubiera sido Stymie si
corre el Derby. | ||
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Permane fue un hombre
emotivo, proclive a la sensiblería. Nadie más cercano a la evocación
gimiente. Recuerda y recita lo que dijo de Stymie la prensa hípica
cuando el caballo salió a la pista para despedirse de la afición en 1950.
Stymie apareció en la
pista con la cola adornada con los colores rosa y salmón de su
propietaria. El público lo aplaudió como a un héroe. La Sra. Ethel
Jacobs lo tenía de la brida. Hizo una
reverencia frente a las tribunas y luego le dio una palmadita al caballo
en señal de despedida. Después lo soltó. La multitud aplaudía y muchos
lloraron emocionadamente. Fue una rara ceremonia. Rara, por lo
sentimental, en los anales del turf. Permane
recuerda esa reseña y contiene las lágrimas. |
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En medio de su
trabajo, Bobby Permane recuerda al héroe equino Stymie.
Todos sus pensamientos son para él. Siente placer evocando sus grandes
días sobre el campeón. Pero lo siente también con su trabajo de alquilar
trailers, casas móviles, lanchas y cañas de
pescar. | ||
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Fuentes:
extraído de la Revista Turf | ||
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Anécdotas
Hípicas Venezolanas,
sábado 25 de febrero de 2017 | ||
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