Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Beigler Bey, el que pudo ser

Por Juan Macedo

 

A mediados de la década de los sesenta era común leer en la prensa especializada noticias sobre las ventas de productos purasangres de carreras en otros países y la presencia de intereses venezolanos en las mismas. En varias ocasiones señalaban las altas sumas con la que compraban descendientes del francés Beigler Bey. Para el lector desaprensivo, esa fue una información más de las que a diario nos ofrecían nuestros rotativos. Pero para aquellos que seguían de cerca el movimiento hípico en todas sus fases, la noticia les dejaba un ingrato sabor. Una vez más buscábamos afuera, lo que, con un poco de visión, hubiéramos podido tener en casa.

 

Brevemente hago un extracto de lo que escribió el Dr. Mauricio Azar en su prestigioso Foro Hípico “El Príncipe Aly Khan, tan fugaz como fue su vida de criador, así fue su incursión en la cría venezolana. Fundó el Haras Arenales en Tocorón, Municipio San Francisco de Asís, estado Aragua entre los años 1955 y 1957.  Amigo o conocido del entonces Ministro de Agricultura y Cría Dr. Armando Tamayo Suárez, atendió una invitación que este le hiciera para motivar su incorporación a la cría venezolana.  Sin pensarlo dos veces, el Príncipe compró en 1955 una finca de 263 hectáreas en Tocorón, construyendo rápidamente los galpones para caballerizas de yeguas madres, potrillos y padrillera; además de una maternidad y un hospital equino. Recuerdo la bella casa colonial con su puerta principal de madera labrada y sus amplios corredores. Tenía ese moderno haras 8 potreros de 15 hectáreas cada uno, sembrados de bermuda y pangola. Cinco pozos profundos que alimentaban dos sistemas de riego por aspersión, cayendo el agua en forma natural y 2000 metros de acueducto. El primer semental que trajo al país, fue Beigler Bey (Francia, 1951, Bey en Malekeh), siendo sus primeras 20 yeguas madres hijas de sementales muy importantes en Europa, como Bois Roussel, Hyperion, Caracalla, Sayani, Owen Tudor, Abernant, Vatellor, Norseman, My Love, Bozzetto y Teheran, entre otros. La vida de este haras, que pudo haberle dado gran impulso a una cría de gran calidad, fue tan fugaz como la vida de su fundador.  En 1957 ya tenía 26 productos entre potros destetados y yearlings. Pero en 1958, luego de la caída de la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, ese embrión de la cría moderna, fue arruinado por una poblada destructora. Las caballerizas fueron convertidas en gallineros, cochineras, dormitorios y, por supuesto, los potreros en conucos. Inmediatamente vino el dispersal”.

 

Beigler Bey fue un zaino nacido en Francia en 1951. Corrió solamente a los dos y tres años, participando en 9 carreras. A los dos años ganó el Prix Cabourg, el Prix d’Aumale y el Prix de Saint Roman. A los tres, se impuso en el Prix de Guiche (derrotando entre otros a Sica Boy, Prince Rouge, etc.). Fue retirado de las pistas cuando se preparaba para intervenir en el Gran Prix de Paris. Es hermano materno de The Scoundrel, que figuró tercero en el Kentucky Derby de 1964 (conocido en Venezuela por su hijo El Diablito, padre a su vez de Naviero).

 

Bey, su padre, por Deiri en Bourgogne por Blandford, fue un destacado pistero y semental (Deiri también produjo a Tantieme y Majano, otros dos sementales de renombre en Europa). Ganó varias carreras y fue tercero en el Arco de Triunfo y en el Grand Prix de Paris.

 

Su madre, Malekeh, por Stardust en Majideh por Mahmoud, no corrió, siendo hermana materna de Masaka (ganadora de las Mil Guineas, Oaks, Queen Mary y July Stakes), Teherany (madre de Land O’Peace), Gallant Man (ganador de 14 carreras, incluyendo el Belmont Stakes, Jockey Club Gold Cup, entre otros, además de notable semental, recordado en Venezuela por los reproductores Gentleman’s Word, Gallardo II y Harmonizer), Monkeyaires (madre de Grand Premiere y Dapper Delegate).

 

Beigler Bey dejó buenos corredores en Venezuela como Guanabara, New York, La Coneja, Implacable, Kivu, Pampatar, Iliria, Aceptada, Galilea, Beiglerina, Jamaica, entre otros. Lo trajo el Príncipe Aly Khan, un profundo conocedor de la materia, para producir buenos caballos en nuestro medio. Sin embargo, aquí no se entendió así. Al solo anuncio de la dispersión del criadero, a raíz de su muerte, se dieron cita en Venezuela calificados criadores del sur, que vinieron en busca de lo que consideraron magnificas corrientes sanguíneas y no encontraron oposición. Se llevaron lo que creyeron conveniente.

 

Los argentinos se quedaron con Beigler Bey. De su primera producción nos vendieron a Calcas, excelente corredor. Luego llegaron otros buenos corredores como Elenco. Aun en pleno siglo XXI, se puede ver la presencia de Beigler Bey en la corriente sanguínea de los purasangres argentinos. Para nosotros, simplemente fue el que pudo ser.

 

Fuentes: Dr. Mauricio Azar Semane (Foro Hípico), Revista Turf.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, martes 30 de noviembre de 2021

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