Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Raúl López Quevedo

Por Gabriel N. Ramos

 

Estoy seguro que lo que pueda expresar aquí es poco para resaltar el perfil profesional del Dr. Raúl López Quevedo. Antes que nada, un hombre cabal y honesto. Como hípico: estudioso del caballo purasangre de carrera y del pedigree; exitoso veterinario, acertado asesor de haras, entrenador efectivo, criador y hasta comisario. Toda persona afecta al hipismo venezolano siempre le respetará y valorará su esfuerzo, su amor por hípica.

 

Tras lograr su título universitario como Médico Veterinario en la Universidad Central de Venezuela, se hizo conocer en el mundo del hipismo como tal, supo ganar la confianza de un gran número de propietarios que recurrían a él a pesar de su juventud, en especial del Dr. Alfredo Toledo Guerrero y de Manuel Azpúrua Sosa. Una de sus grandes satisfacciones fue haber sido el veterinario de los campeones Blackie, Socopó y Bethia.

 

El Dr. Raúl López Quevedo quiso saber más y se entusiasmó en el mundo del pedigree. Construyó una base de datos de pedigree a pulso, desde la mañana hasta la noche todos los días durante los años que estuvo laborando en el Studbook de Venezuela en paralelo con profesión de carrera, además de aquellas largas jornadas de investigación junto al "Pibe" Pereira; Conocida fue su lucha ante las importaciones fraudulentas de equinos, su defensa del buen hipismo.

 

Cuenta el Dr. Walter RahnCorrían los meses finales del año 1981 cuando llegó al Haras Ranco, una menuda yegua llamada Marahuaca (por Nagea, ganadora de una carrera a los cinco años) propiedad del doble colega (Veterinario y Entrenador de caballos) y amigo Dr. Raúl López Quevedo, quien me dijo en su típico hablar: "Pavo, deberías quedarte con esa yegua, tiene un excelente pedigree y estoy seguro que te puede dar algo bueno", como fueron muchos los días que compartimos en la biblioteca del Stud Book revisando y evaluando distintos pedigree, buscando el porqué de la superioridad de determinado caballo, se me hizo fácil interpretar sus palabras; hecha la revisión del pedigree de la yegua, y la consulta con mi entrañable amigo Miguel Morales (mejor conocido como “Nano”), procedimos hacer la negociación. Marahuaca resultó ser lo que dijo Raúl López Quevedo, entre 1983 y 1991 produjo ocho hijos todos ganadores, el primero de ellos fue por Regal Sir y se llamó Benemérito, con un excelente inbreeding 4x3x5 a Nasrullah”.

 

Nada era suficiente para el Dr. Raúl López Quevedo y a finales del año 1977 obtuvo la matrícula y se inició como Entrenador de Purasangres de Carrera, logrando 3 triunfos en esa temporada en el Hipódromo La Rinconada. Se mudó al Hipódromo de Valencia, que en ese entonces estaba en construcción, no había tribunas, solamente habían las caballerizas. En aquella recordada mini-temporada que contó con sólo diez reuniones, que inició el sábado 9 de diciembre de 1978 y cerró el 24 de febrero de 1979, Don Raúl fue el más destacado con 15 triunfos, anotándose el campeonato. El hipismo valenciano lo cuenta entre sus más antiguos y fervientes propulsores.

 

 

En la década de los 80’, el Dr. Raúl López Quevedo continuó como entrenador, ahora con matrícula en el Hipódromo La Rinconada. El 5 de mayo de 1984, por la vía oficial, obtuvo su primer triunfo selectivo, la Copa El Corsario, con el caballo Salpetre. A los dos meses con el mismo caballo cruzó la raya en ganancia en la Copa Germán Rodríguez Roye. Pero su más resonante éxito fue la yegua Llamarada en el año 1988. Con esta sensacional yegua (que también era de su propiedad) ganó los Clásicos Congreso de La República y Cavepro, y estuvo muy cerca de ganar el Gran Premio Simón Bolívar. Se mantuvo en la difícil profesión del entrenamiento de purasangres de carrera hasta el año 1994, donde decidió retirarse, totalizando un poco más 190 triunfos.

 

 

La promoción de entrenadores de 1992 llevó el nombre de Raúl López Quevedo (quien también fue uno de sus maestros) conformada por Reynolds Betancourt, Daniel Ettedgui, José Rafael Rojas, Enrique Del Giudice, Fred Giraud y Carlos Bolívar, entre otros. Don Raúl tuvo como Capataz a Santos Mario Domínguez, al que le brindó sus conocimientos. También transmitió su amor al deporte de los reyes a su familia, especialmente a su hermano Gustavo López Quevedo y su sobrino Bernardo López (exitoso entrenador de purasangres de carreras en el Hipódromo de Valencia).

 

El 16 de mayo de 1998 fue nombrado Comisario en el óvalo de Coche junto los Dres. Heraclio Ghersi y Enrique Graffe, el Coronel (r) Servio Tulio Salges Pérez y el Sr. Gilberto López; función en la que se desempeñó con gran esfuerzo, en una dura batalla ante la enfermedad que padecía desde ya algún tiempo.

 

Fue una tarde dominical, la del 20 de septiembre de 1999, cuando falleció el Dr. Raúl López Quevedo. A la semana siguiente se realizó en el Hipódromo La Rinconada un minuto de silencio en reconocimiento a su trayectoria. El hipismo perdió a un hombre valioso, apasionado, protagonista, que entregó su vida al mundo del turf.

 

Fuentes: Revista Hipódromo, Revista Gaceta Hípica, Dr. Walter Rahn, Sr. Jaime Casas A., Ing. Juan Macedo

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 25 de octubre de 2012

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