Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

José Vignieri

Por José G. Hernández Vignieri y Juan Macedo

 

Don José Vignieri D'Onofrio, un hom­bre honesto, sincero, franco, que todo lo dio a cambio de nada en especial que no sea la satisfacción por ha­cer el bien a los demás, fue conocido por su humildad hecho con el pago de sacrificio, luchador entusiasta y con grandes dotes en el difícil arte del pronóstico, siempre con un consejo oportuno para sus seme­jantes dentro de este duro medio que es el hípico. Nació en Caracas, Venezuela, en pleno centro de la Capital, de Municipal a San Pablo el 23 de abril del año 1928. De padres italianos, Don Luis Vignieri y Doña Ana D'Onofrio, conformó una familia de cinco hermanos, todos venezolanos. Con la demolición del casco central de la ciudad para dar paso al Silencio, prosiguió su infancia en Bella Vista, para luego volver a las vecindades del centro, de Carmen a Mamey.

 

Realizó estudios de primaria en el Colegio San Ignacio de Loyola y cuando se disponía a continuar su educación media en un Liceo Municipal, no pudo pasar mis allá del primer año porque la situación económi­ca de su padre obligó al joven José a tomar el camino del trabajo prontamente, en busca de ayudarlo en el soste­nimiento de la numerosa familia.

 

Es así como el entonces jo­ven comienza trabajando de ayudante en la Sastrería de Juan Borges, uno de los mejores sastres de la época y de quien aprendió todos los secretos del oficio convirtiéndolo en un verdadero artista del corte. Aprovechando los conocimientos adquiridos prestó sus servicios en las mejores sastrerías de Caracas, entre otras las de Félix Morreo, Can­damo, Armando Felizola, etc.

 

El fervor hípico que siempre llevó por dentro le permitió ingresar en el medio durante el año 1944, pero es solo en los 50 cuando comenzó su incursión en el campo radial por las ondas sonoras de Radiodifusora Venezuela, entusiasmado por Gerónimo Méndez Rojas. Tomó una media hora, aprovechando que el hipódromo daba una cuña de Bs. 400 a 500, sin importarle el costo del espacio, solo por el deseo de salir a tra­vés de los micrófonos y ver sus anhelos cumplidos, pero no pudo sostenerla mucho tiempo por producirle pérdidas.

 

De ahí pasó a Radio Tropical, donde Gustavo Pa­drón Reverón tenía un programa todas las noches de lunes a sábado. Ante la enfermedad de éste, José Vignieri quedó encargado del espacio. Cuando Luis Placido Pisarello salió a unas vacaciones a la Argentina, le hizo la suplencia ­en las transmisiones televisadas que Mister Chips hacía de las carreras todos los sábados y domingos, simultáneamente se encargó de una charla que tenía el propio Pisarello en La Voz de la Patria, ambas labores las realiza de forma loable durante meses.

 

En esa dura época, José Vignieri denunció en su programa radial que se estaban "metiendo cuadros", es decir, que después de finalizada las carreras se elaboraban los cuadros de 5 y 6 en fraude de todos los apostadores. La Cámara de Radio en una clara actitud de autocensura suspendió el programa de Vignieri. Sin embargo, el gobierno investigó el asunto y destituyó al Comandante General de la Guardia Nacional que se encontraba implicado en los hechos

 

Esta experiencia radial y televisiva le valió para hacerse conocer en el medio, ya su nombre empezaba a sonar. Ingresó a la Revista La Fusta el año 60 contratado por Avilán que junto a Chiquitín eran los dueños de esta publicación. Chiquitín ­le pide a José que tratase de llegarle lo más cerca posible a la Revista Gaceta Hípica la cual era su rival y la respuesta de José fue "No te preocupes Chiquitín, que a mi la Gaceta no me va a ganar, lo hará cualquiera menos esa revista" y así fue en los tres años que estuvo en plan de pronosticador de La Fusta llegó en cada uno de ellos de segundo, siendo superado en esas ocasiones por otras publicaciones, menos por su archirival. Entre esos duelos, José recordó uno cuan­do el Diario El Nacional con López Mussa dando los favoritos lo derrotó en buena lid; este caballero era también tomador de tiempo, he aquí el detalle donde le tomaba ventaja.

 

 

Se retiró de la Revista La Fusta ya que no podían complacerlo con mejoras en el suel­do, es cuando los hermanos Martín se lo llevan a la Revista Ga­ceta Hípica como corrector de retrospectos, su salario sufrió un incremento importante. Después de su grata experiencia por la Gaceta, regresaría nuevamente a su oficio verdadero con un sema­nario propiedad de Mister Chips llamado El Crack, donde se consagraría definitivamente. El periódico tenía poca circulación, pero a raíz de los continuos aciertos de José quien llegó a dar la línea durante ¡trece sema­nas! consecutivas estableciendo un record para ese mo­mento, llegó a tener una circulación de 55.000 ejemplares. Cuando El Crack pasó a ser revista y al no estar de acuerdo José con tal operación, se retira de la misma.

 

No obstante ya José Vignieri contaba con un público que lo seguía, de ahí que empieza a ser llamado por di­ferentes emisoras para la ayuda respectiva. De estos episodios uno en particular es donde Edgar Granes, que dirigió La Voz de la Patria, lo llamó para que diera los favoritos de la emisora. Cuando José ingresó a dar los pronósticos, dicha estación estaba en el último lugar en el concurso de favoritos y en cosa de meses tomó el primer lugar, ganando esa etapa, algo sin igual que confirmaba su clase. Por algo es que le llamaban "El Brujo" Vignieri.

 

De esa forma transcurrieron aquellos años, ayudando a unos y otros, hasta que Jóvito Torres, el cual buscaba a alguien que le hiciera el quite como comentarista, lo llamó pensando que le serviría de mucha ayuda. De esta manera pasó a formar un gran panel, junto al antes mencionado, Gustavo Ríos y la incorporación de una joven promesa llamada Héctor Alonso. El programa sale a la luz por Radio Mundial con el nombre de Stud 55, transmisión que impactó desde el primer día, donde por vez primera en una tarde salieron al aire un grueso número de entrevistas, cosa que gustó a lo sumo, tanto que no le quedó otro remedio a la competencia de copiar algunas de esas innovaciones.

 

Luego de permanecer en el aire por varios años el programa desaparecería, pasando José Vignieri a Radio Con­tinente y luego a Radio Impacto siempre con programas en ­vivo desde el hipódromo. A tiempo de esas actividades, es llamado por el Director de Diario Meridiano y lo encargaron de sus páginas hípicas. El Bloque De Armas lo incorporó después de algunos años en Me­ridiano y La Fusta (de reciente adquisición por parte de ellos) en carácter de pronosticador.

 

A la vez que se desempeñó exitosamente en ambas publicaciones, tiene un programa propio desde el año 1973 llamado Dato Impacto donde José se dirigió a su público en lenguaje sencillo, poniendo ante todo seriedad y honestidad, sin guar­darse nada para si, como no ser la satisfacción del de­ber cumplido.

 

En una ocasión durante los años setenta, Don José se encontraba muy preocupado por cuanto no había acertado la línea en el Suplemento de Meridiano en las últimas seis semanas. Durante los traqueos matinales de los miércoles, hablando con su amigo el entrenador Raúl Payares, le manifestó su intención de renunciar a Meridiano, porque (aunque nadie lo estaba presionando) le daba pena que no estaba acertando la línea. Payares le contestó: "Usted no renuncia nada y vas a dar como línea a mi caballo". El ejemplar en cuestión era poco cotizado y llevaba la monta de un jinete-traqueador que ganaba muy pocas carreras: Carlos Orcial. Don José le hizo caso y el caballo ganó galopando, para luego iniciar una racha de ochos semanas consecutivas indicando la línea en Meridiano

 

En la madrugada del lunes 12 de octubre de 1979, Don José se encontraba trabajando para hacer los pronósticos de la Revista La Fusta, en Guarenas donde se encontraban ubicadas en ese momento las oficinas del Bloque de Armas, es avisado de un infarto sufrido por su madre que se encontraba bastante enferma. Con su gran sentido de la responsabilidad, culminan los pronósticos, que para esa época se hacían prácticamente de memoria, por cuanto no existían computadores y mucho menos internet. Pero luego se percata que se había equivocado en el pronóstico de una carrera selectiva de potras, en lugar de dar como primera favorita a Ciboulette que era la vedette del momento, indicó a otra yegua de la misma cuadra que simplemente venía de ganar la prueba de perdedoras: Gelinotte. Esa fue la primera de las mucha victorias clásicas de la hija de Never Bend...

 

Durante el año 1984, se cambió a Radio 1300 en donde va a culminar su larga experiencia radial junto a otros dos expertos comentaristas hípicos que le acompañaban en sus programas: Félix Gustavo Correa y José Machek. Don José desarrolló una gran producción radial, manteniendo cuatro espacios a la semana: Línea con Santa Rita (los miércoles); En la Recta Final (Los viernes para Valencia); La Gaceta de la Suerte (los sábados) y Dato 1300 (los domingos). Por cierto, en enero de 1985, su sobrino José Gregorio Hernández comenzó de su mano a incursionar en el mundo del turf.

 

En 1987, Don José es nombrado pronosticador de la Revista Gaceta Hípica, lo que sin lugar a dudas representó la culminación de su larga carrera como pronosticador de revistas hípicas. Fueron cuatro años al frente de dicha revista y los aciertos fueron muchos. En dos ocasiones acertó los seis primeros favoritos (en la primera recomendación) en el cinco y seis tanto para La Rinconada como para el Hipódromo de Valencia. En 1991 decidió retirarse de los pronósticos en el medio impreso y renunció a su trabajo en el Boque de Armas. En 1992 se retiró de la Radio y deja encargado a su sobrino José Gregorio para continuar al frente de la producción de dichos espacios. En 1995 regresó a los espacios radiales, para retirarse definitivamente en 1996.

 

Fue un personaje hípico que se le estimó profundamen­te y todo esto no se consigue sino poniendo por de­lante un género de cualidades propias en un ser como el, que mantuvo un equilibrio entre sus conocimientos y las informaciones que recibía, para entregarle al público aficionado una información veraz, la genialidad de sus comentarios, sus críticas, en fin todo un maestro en esto de dar opiniones, un experto en la materia que convenció a los más escépticos. Sus colegas lo reconocen así, además de ser una figura muy estimada en los medios. Cuando empezó en esta actividad hace más de 60 años nunca pensó que alcan­zaría la meta deseada. Don José se sintió contento con la labor realizada.

 

Pasó el resto de su vida mostrando siempre una asombrosa memoria y lucidez, tomando en cuenta su longevidad. Estuvo pendiente del hipismo, de los pronósticos de su sobrino y constantemente le aconsejaba. Pero lamentó la absurda prohibición de la transmisión radial de las carreras de caballos. Don José Vignieri falleció el 26 de agosto de 2016 en la ciudad de Caracas, a los 88 años.

 

Fuentes: Semanario El Crack, Revista Gaceta Hípica, Revista La Fusta, Revista Hipódromo, Diario Meridiano, Libro “La Rinconada, Cinco Lustros”.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 25 de febrero de 2010

Copyright 2000, Anécdotas Hípicas Venezolanas C.A. Todos los derechos reservados