Anécdotas
Hípicas Venezolanas presenta | |||
Enrique
Lander Alvarado | |||
Por
Juan Macedo | |||
| |||
Don Enrique de San José Lander
Alvarado
fue uno de los grandes hípicos nacionales, como no los hay hoy en día,
entregado y apasionado al turf. Nació el
11 de diciembre de 1903, en Caracas, Distrito Federal, hijo de Don Manuel Vicente
Lander Gallegos y Doña Mercedes Alvarado. Heredó de su padre Don Manuel
ese amor a los caballos (hay que
recordar que fue de los fundadores del Hipódromo El Paraíso, cuya
caballeriza en 1920 se ubicaba de Bárcenas a Río y cuyo mejor caballo
posiblemente haya sido Curly Locks), quien le inculcó el amor por la raza
caballar. A los 7 años de edad ya sentía amor por la hípica: “En 1908 mi padre era el Tesorero del
Jockey Club de Venezuela, en esa época las iniciales del Jockey Club se
veían en las tejas de la antigua tribuna del hipódromo y cuando los socios
del Jockey Club decidieron entregarle al gobierno las instalaciones por
motivo de su pasivo, esa tarde cuando estaban efectuando la entrega,
mientras esperaban la llegada del General Gómez, yo le di la vuelta a la
pista, que entonces tenía 1100 metros, montado en un purasangre, desde
entonces comienza mi afición de jinete”. |
| ||
| |||
En el primer match que
hubo en nuestro país, Curly Locks
enfrentó a Pluma de Garza,
propiedad del General Manuel Corao, por un pote de Bs. 100.000, una cantidad
millonaria para la época (año
1910), dinero que consiguió su padre con ayuda de varios amigos. El
entonces niño Enrique tenía 7 años y el popular “Chingo” Juan también era un
zagaletón le dijo momentos antes de la carrera que le diera un poco de
agua al caballo (Curly Locks)
pues se veía que tenía sed. Por supuesto Pluma de Garza ganó por una
cuadra y Don Manuel no se explicaba la derrota. La historia no termina
ahí, ya que al poco tiempo hicieron otro match por Bs. 50.000 y Don Manuel
fue solo, pues los amigos viendo la derrota anterior no confiaron en Curly Locks,
el resultado no hace falta mencionarlo, la cuadra de ventaja fue a favor
de los Lander. Pasaron muchos años para que el ya adulto Enrique le
contara lo sucedido y Don Manuel solo dijo “ahora sé por qué
perdió”. | |||
| |||
El entonces joven Enrique Lander se inició en estas
jornadas como peón (pese a ser hijo
de un señor pudiente para la época) y llegó a ocupar casi todos los
cargos en el desaparecido y recordado óvalo de El Paraíso, que sin temor a
ofender a las personas que se desempeñan en esa labor, fue de todo menos
portero (porque de seguro no se le
brindó la oportunidad). Además de su honda preocupación por el hipismo
local, es hombre dedicado a las actividades comerciales, siempre se le
encuentra atareado y no es para menos. | |||
| |||
Como jinete tuvo la
matrícula de jinete aficionado que le fue otorgada a solicitud del Coronel Gonzalo Gómez, el cual
estaba interesado en que le montara sus caballos, destacadas actuaciones
brindó como “Gentleman Rider”, compitiendo contra los mejores jinetes
profesionales allá por el año 1933, al lado de Pedro Emilio Yumar y de Rómulo Francisco Méndez, el
popular “Cuminaco”. En esa época
fundó la Escuela de Equitación del Caracas Country Club. Asistía a las
carreras vestido de frac, ya que así lo requerían las circunstancias; hoy
por hoy, la asistencia del fanático al hipódromo es corriente y visten
como mejor le placen. | |||
| |||
Cuando el hipismo nacional
vivió una de las peores crisis, Don Enrique supo aportar para que el
espectáculo no se viniera abajo. En los años 1936 y 1937 desempeñó la
delicada función de Comisario.
En 1937 hasta 1940 actuó como Juez
de Salida, el que supo desempeñar con singular acierto. Enrique Lander formó parte de la
Directiva en varias ocasiones, en particular cuando la presidencia del Coronel José María Márquez
Iragorry, eso aconteció por el año 1940; ocupó el cargo de Secretario
de la Junta y a la postre, actuó con una equidad y justicia que le valió
las felicitaciones, tanto de directivos como de personas extrañas a la
misma. Fue quien trajo el Starting Gate o aparato de partidas, que hasta los momentos
funciona en La Rinconada, solo le agregaron otras gateras. Partió en dos
la historia del hipismo nacional para dar inicio a la época de oro del
movimiento turfistico nacional. De ellos arranca
la etapa moderna que vivimos. | |||
| |||
Y en realidad las carreras
sólo le gustaban por los caballos, incluso no recordó haber presenciado
carreras de ninguna otra clase, pero donde corría un caballo y podía
asistir, seguro que asistía. Don
Enrique Lander estimaba que cuando uno se compenetra con los caballos,
es difícil no sentir la carrera tanto como la siente el jinete que lo
monta, y precisamente por su experiencia podía decir que muchas veces la
pérdida de una carrera tiene relación directa en que el caballo no esté
acoplado con el jinete que lo monta “No se me olvida nunca que yo tenía una
yegua que también preparaba, que no quería trabajar más de una vuelta y
cada vez que el traqueador Guillermo González le
iba a ensillar, la yegua trataba de morderlo, patearlo o hacerle algo
hasta que por fin se montaba y se quedaba tranquila, pero yo le había
dicho que en lo que pasara la primera vuelta le diera 3 ó 4 fustazos, para que no tratara de pararse en los
800 metros, estábamos en La Quebradita de manera que los 800 metros
quedaban justo a la entrada de las caballerizas, viendo que no hacía lo
que yo le dije, decidí cambiarle la monta y llamé a un muchacho panameño y
le di las mismas instrucciones, y al día siguiente cuando era la hora de
ensillarla para el trabajo, cuando vio a Guillermo en vez de tirarle
coces, mordiscos y arrugar las orejas, relinchaba pidiendo que la llevara
a ensillar el” mencionó en una ocasión. |
| ||
| |||
Es increíble, pero es la
verdad, de manera que efectivamente los caballos saben lo que van a hacer
y Don Enrique Lander consideró
que uno de los éxitos de un preparador está en conseguir que la pista no
se transforme en un centro de suplicio para el caballo. Como preparador
aficionado y posteriormente como profesional fue una sensación, incluso en
la temporada de 1946-1947 fue campeón entrenador con más o menos 40
victorias. También finalizó en el segundo lugar en la estadística que ganó
el argentino Antonio Algarbe.
Eso sí, preparaba sus caballos, algo que estaba permitido para esos
tiempos. En ese rol triunfó en el Clásico Gobernador del Distrito Federal
(Trocanter), Clásico
Ministerio de Agricultura y Cría (Artillero) y Clásico Inauguración
(Burlón), entre
otros. | |||
| |||
Don Enrique Lander fue parte importante del
desarrollo de la crianza del Caballo de Carreras en Venezuela, muy dentro
de las posibilidades, pero sin escatimar gastos ni esfuerzos. Uno de los
pioneros de la cría nacional con el Haras La Rinconada. La aplicación de
mejores técnicas y la puesta en práctica de sus observaciones en otras
latitudes, dieron al traste con un purasangre nativo de mejor calidad,
capaz de enfrentar y vencer al importado. | |||
| |||
Comenzó como criador en
1938, su primera fase que fue la cría de media sangres, y su primera
camada criada por Don Enrique, allá por 1939 en los predios de la hacienda
de 542 hectáreas, que en el año 1920 fueron adquiridos por Don Manuel,
cuya única finalidad en ese entonces era la de producir pasto para la
caballeriza familiar. Su primer padrillo importante en esta fase inicial
fue el peruano Travieso. Sinforosa
fue el nombre del primer producto nacido y criado en el haras de Don Enrique. Luego vinieron Manaure, Bicoca, Veneno II, Cometa, Jau Jau,
fueron ejemplares muy útiles y frecuentes ganadores. Eran criollos más
resistentes que los importados, todos nacidos en la Hacienda La Rinconada. Cometa y Veneno II formaron una
llave muy popular y ganadora, portando los más altos pesos, no tenían
competidores. | |||
| |||
La siguiente fase fue la
cría de purasangres de carrera, que comenzó cuando adquirió para la cría
una yegua de nombre Simpatía,
en 1942, que compró a su amigo “Chingo” Juan por la cantidad de
Bs. 1.100 y a cuotas. Luego a Don
Rafael Ruggero le compró Caldereta y a Don Manuel Fonseca le compró Burlería. Ya contaba en la padrillera con Travieso y rescató a Burlesco, gracias a la diligencia
de Don Alex Agostini, que
estaba “hospedado” en el
Country Club. Como criador el señor Lander ha obtenido los más sonados
triunfos y es precisamente del Haras La Rinconada donde han salido
los primeros grandes exponentes del “elevage nacional” y que les han reportado
a sus dueños muchas utilidades, contando con Burlesco como su mayor pilar.
Ejemplares muy buenos como El Brujo, Burlador, Nubarrón, Artillero,
Burlón, Cedrón, Trigoverde, Amorcito, Alborada,
El Quebrado, Tragaleguas, Miss Victory,
Faramallero, Marismita, Salvajuela, Vencedora, Tinajuela, Princesalegre, Volador y otros que se nos escapan de
la memoria. Igualmente, el señor Lander contó al sensacional inglés Eros (hijo de Hyperion), Cassava, Canchero, Imparcial y Trocanter.
| |||
| |||
Don Enrique Lander
Alvarado
fue un notable propietario, mantuvo la tradicional chaquetilla de la
familia (rayas rojas y negras)
del Stud La Rinconada, dignificada como
ninguna por la inolvidable importada inglesa Red Peak (que
ostentó el record para los 1600 metros en el Hipódromo El Paraíso).
Casi todos los clásicos exclusivos para criollos han sido ganados por los
defensores del Stud La Rinconada. Muchos de los
productos mencionados del Haras La Rinconada corrían para sus
colores. Además, fue propietario del crack criollo Burlesco, el ya mencionado Trocanter,
Cambur (argentino que lució los colores del Stud Surima, ganador del
Clásico Simón Bolívar) y el media sangre Gold Button. El Gobierno del General Marcos Pérez
Jiménez se fijó en sus tierras, entraron en negocios y vendió el Haras La Rinconada. En sus terrenos
construyeron el monumental Hipódromo La Rinconada. Luego
continuó en la cría con los terrenos de Tazón, que denominó Haras Tazón de
Cúa. |
| ||
| |||
La actuación de Don Enrique Lander para el
fomento del elevage nacional fue motivo de
elogiosos comentarios y, es por ello que la directiva del Hipódromo
Nacional, procedió en forma justa y consona
acordando la creación de una Copa en su honor. | |||
| |||
También formó parte del
primer Directorio del Instituto Nacional de Hipódromos,
creado el 3 de septiembre de 1958, Dr. Germán Stelling, Dr. Agustín Hernández, Coronel José María
Márquez Iragorry, Sr. Gustavo Márquez y nuestro homenajeado fueron los
encargados de sentar las bases del Instituto Nacional de
Hipódromos. | |||
| |||
Posiblemente lo único que
le quedó por hacer a Enrique
Lander en relación al Hipódromo es jugar al 5y6 lo cual nunca hizo,
según sus propias palabras “Reconozco que en toda mi vida hípica
solamente he jugado y ganado dos veces en Hipódromos, una vez en Paris que
jugué 10 francos y gané 19.000 y otra en La Rinconada donde Alberto Winckelmann me pregunto qué ejemplares me gustaban en
una carrera y como yo nunca juego le dije ¿qué ejemplares corrían?, me
dijo los diferentes nombres y entonces le contesté que me gustaba fulano y
fulano, a lo cual insistió que porque no me gustaban los otros que él
creía buenos, simplemente le repetí los mismos que seguían gustándome,
cuando me dijo ¿Por qué no los juegas? Le dije, no suelo jugar y además no
tenía sencillo, en eso se me ocurre sacar un billete del bolsillo que era
de Bs. 100, el cual tenía un sello que decía ayuda a tu prójimo, le pedí a
Neptalí Sánchez que estaba conmigo, que me
hiciera el favor de comprar con ese billete 20 mutuales de los ejemplares
que me gustaban y cobre Bs. 4.000”. |
| ||
| |||
Una última anécdota, que
refleja su sentido del humor, fue en los comienzos de Luis Plácido Pisarello como narrador de carreras en Caracas.
Don Enrique había mencionado entre amigos “que él hacia ladrar a ese
narrador”. Sus amigos se asombraron y se preguntaban cómo haría Don
Enrique para lograr su propósito. La espera para conocer el plan fue
pronto descubierta. En esos días Don Enrique inscribió una yegua con el
nombre de Jau Jau.
No obstante, Pisarello no ladró pues éste cuando
narraba no dijo jamás “Jau Jau”,
sino que nombraba a la yegua por el número de la
gualdrapa. | |||
| |||
Fue un ser humano que
sobresalía por su cordialidad y sencillez. Pero no obstante haber
contribuido con su esfuerzo del hipismo en Venezuela, el nombre y la
figura de Don Enrique Lander
son poco conocidas por las nuevas generaciones de hípicos. Lo anterior
tiene su razón de ser. Al contrario de otras personas a quienes les gusta
proyectarse y darse a conocer de cualquier manera, Don Enrique prefería
pasar inadvertido y no divulgar las realizaciones con las cuales ha
contribuido al engrandecimiento de la hípica venezolana. Nuestra tarea es
no dejar en el olvido lo importante que fue Don Enrique Lander Alvarado para
el hipismo. | |||
| |||
Fuentes:
Revista Gaceta Hípica, Revista Jockey Club de Venezuela, Revista La Fusta,
Diario Meridiano. | |||
| |||
Anécdotas Hípicas
Venezolanas, lunes
30 de noviembre de 2020 | |||
Copyright 2000,
Anécdotas Hípicas Venezolanas C.A. Todos los derechos
reservados | |||