Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Carlos Mancera Arroyal

Por Jorge Mancera G.

 

Carlos Eduardo Mancera Arroyal, mejor conocido como el popular “Cacho” Mancera, personaje respetado y apreciado en la sociedad caraqueña y en los predios hípicos nacionales e internacionales. Su pasión por los caballos, su carisma inigualable y su profundo conocimiento del turf lo convirtieron en una figura, tanto dentro como fuera de las pistas.

 

Carlos Mancera nació en la ciudad de Caracas el 24 de junio de 1936 en el seno de una familia de abolengo; hijo del Sr. Eduardo Guillermo Mancera Winckelmann y de María Teresa Arroyal Rodríguez. Se crio en un ambiente donde la pasión por los caballos era una tradición familiar siendo primo de Manuel Fonseca Arroyal, personaje de gran trayectoria hípica.

 

Los primeros pasos de “Cachito” Mancera en el mundo hípico los dio en el Hipódromo Nacional El Paraíso, donde acudía frecuentemente en compañía de familiares y amigos forjando una conexión especial con estos majestuosos animales, para luego incursionar en los Hipódromos de Nueva York, Florida y Sur América como un espectador más.

 

 

 

Fue en el año 1969 cuando Mancera incursionó de lleno en el hipismo, junto a su socio y amigo Gabriel Angarita Trujillo, adquiriendo al alazán irlandés hijo de Sound Track en Rosy Gleam, a quien darían por nombre Senador (uno de los tantos potros importados traídos a Venezuela por el gran turfman “Cocina” Edmundo Ruiz Almandoz), un caballo que marcaría un antes y un después en su carrera. Bajo la tutela del destacado entrenador Eduardo Azpúrua Sosa (quien en múltiples ocasiones ha manifestado que ha sido el mejor purasangre de carreras que haya entrenado, palabras mayores), Senador demostró ser un ejemplar excepcional, logrando hazañas sin precedentes como la victoria en el Clásico Simón Bolívar en 2400 metros y el Clásico de los Sprinters en 1200 metros en el mismo año.

 

 

 

La campaña de Senador vino a ser una de las más extraordinarias que importado alguno realizara en Venezuela, a pesar de todo no fue un ganador selectivo frecuente, pero suficiente para ser titulado como Caballo del Año y Campeón Importado en 1970. Completó una campaña en Venezuela de 12 primeros y 4 segundos en 16 actuaciones, acumulando Bs. 513.156,10 en premios y la participación en el Washington DC International para US$5,000.

 

 

A pesar de que Senador enfrentó diversos contratiempos a lo largo de su campaña, incluyendo una grave lesión en el ojo y un cólico que lo mantuvo alejado de las pistas por un tiempo, Mancera nunca perdió su pasión por el hipismo. Su determinación lo llevó a superar estos obstáculos y a seguir disfrutando de los frutos de su esfuerzo.

 

 

 

La influencia de Carlos Mancera en el mundo hípico venezolano se extendió más allá de Senador. Junto a sus socios Gabriel Angarita y Manuel Puyana fundó el Stud Lujoso, donde destacó la ganadora clásica Chantarella, una descendiente directa de Senador. Ahí va un breve recuento: Por los años 73 Edmundo Ruiz trajo a Venezuela un lote de ejemplares donde venía una hermana de Senador que fue adquirida por Angarita y Mancera; esa yegua tendría por nombre Serranía, que luego de corta campaña pasó a reproducción para ser servida por Lavandero, dando como resultado la yegua Cascabelera, la madre de Chantarella por Chateaubriand. De esa época es de grata recordación Oxford (Senador en Sabine) en sociedad con “PepeJosé Sahagún y Fibra de Oro (McKenna’s Gold en Pamtrice) del Stud Tamborazo.

 

 

Luego pasaron Rayo Láser (Campeón del Caribe) del Stud Tamborazo, La Borracha (Campeona dosañera) del Stud Los Almendros (en sociedad con Luigi Miglietti) y una lista larga de ejemplares como Principal, Dísono, Monseñor, Valiente, Super King, Zorionak, Bienteveo, Misil, Barón Láser, Brida, Shock y otros tantos en un período de 30 años vinculado al hipismo.

 

 

Además, fue Miembro del Jockey Club de Venezuela desde 1969 y ocupó cargos directivos en el Instituto Nacional de Hipódromos (INH) como representante del Ministerio de Agricultura y Cría durante los gobiernos de Jaime Lusinchi y Carlos Andrés Pérez. Fue parte de importantes iniciativas para promover el hipismo nacional, como la Subasta Blanca, tanto en la campaña de Jaime Lusinchi (1982), como en la de Carlos Andrés Pérez (1987).

 

 

Cacho” Mancera fue mucho más que un exitoso propietario de caballos, fue un personaje de aquellos que no son fáciles de olvidar. Fue un hombre de gran corazón, siempre dispuesto a ayudar a los demás, hombre de una sola cara siendo amigo sincero de sus amigos. Su honestidad, lealtad y carisma lo convirtieron en un amigo apreciado por todos aquellos que tuvieron la fortuna de conocerlo e imponía con huella indeleble donde hiciera presencia, con personalidad noble y pintoresca, por lo cual gozó del aprecio y respeto de su entorno, sobre todo en el ambiente hípico donde su popularidad se hizo presente cultivando numerosas amistades en todos los gremios hípicos.

 

 

Carlos Eduardo Mancera fue un hombre excepcional, un ícono del hipismo venezolano, un hípico de los de antes, un hípico de corazón; de aquellos que ponen primero el bienestar del caballo antes que otros intereses; y que tuvo la fortuna de sentir las mieles del éxito al primer intento con su caballo Senador; para luego seguir la senda del hípico entusiasta, creyente e identificado con el compromiso y bienestar de nuestro hipismo. Falleció en la ciudad de Caracas el 31 de marzo de 2014 a los 77 años.

 

 

Fuentes: Ing. Juan Macedo, Sr. Trino Pulido Báez, Sr. Javier Farache.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, sábado 30 de noviembre de 2024

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