Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Arthur Froehlich

Por José Luis Colmenares

 

Arthur Froehlich nació, en Los Ángeles, California, Estados Unidos de América, el 17 de mayo de 1909; hijo de un ganadero y productor de leche. Su temprano interés en la Arquitectura -según sus propias palabras- resultó del hecho de que vivía cerca de uno de los mayores contratistas de la ciudad; quien le mostraba algunos de sus proyectos, despertándole curiosidad y atención.

 

Eventualmente Froehlich comenzó sus estudios de Arquitectura en la Universidad de California en Berkeley, donde permanecerá tan solo por un par de años (1928-1930), sin llegar a concluir su carrera -probablemente debido a su afán por incorporarse al “apetitoso” mercado de trabajo en aquél momento-.

 

Arthur Froehlich se desempeñó como dibujante para el Arquitecto Milton M. Friedman, de Los Ángeles, entre 1927-1930; luego para el Ingeniero, Paul Jeffers -en la misma ciudad- de 1930 a 1932 y, posteriormente, en 1934. En 1933, alcanza la posición de Diseñador Principal y Jefe de la Sala de Dibujo en la firma de Gordon B. Kaufman, participando activamente en el proyecto del legendario Hipódromo de Santa Anita Park (sobre todo en consonancia con los ingenieros estructurales), en Arcadia -el más antiguo del sur de California, concluido en 1934- y que, históricamente, ha llegado a atribuírsele al propio Froehlich. También laborará para Marshal Wilkinson, de 1935 a 1937, antes de finalmente fundar su propia firma, Arthur Froehlich & Associates (Beverly Hills-CA) en 1938.

 

Prontamente Froehlich habrá de especializarse -aunque no dedicado exclusivamente a ese tipo de proyectos- en el diseño de instalaciones deportivas, pero, de manera enfática, en hipódromos; particularmente después de la Segunda Guerra Mundial. Una bien ganada reputación como Arquitecto de hipódromos, le valió muchas comisiones dentro de los Estados Unidos y en el resto del mundo.

 

Su prestigio comienza con Hollywood Park (Inglewood-CA), a finales de los 30’s e inicios de los 40’s y Garden State Park (1942, Cherry Hill-NJ). Internacionalmente realizaría hipódromos en Canadá, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Venezuela, Perú, Trinidad y Tobago, Panamá y Francia.

 

En determinado momento el exponencial aumento de proyectos hípicos en el este de los Estados Unidos y Suramérica, forzó a Froehlich a abrir una oficina en Philadelphia. Entre sus más destacados, en Norteamérica, se cuentan los Hipódromo de Bay Meadows (1938, San Mateo-CA), Arlington Park (1940, Arlington Heights-IL) –refaccionado después de un destructivo incendio acontecido en 1985-, Golden Gate Fields (1941 Berkeley-CA), Oaklawn Park (1945, Hot Springs-AR), Atlantic City (1946, Atlantic City-NJ), Monmouth (1946, Oceanport-NJ), Woodbine (1963, Toronto-ON), Meadowlands (1976, East Rutherford-NJ) y el de Aqueduct (1959, Ozone Park-NY). Esta última encomienda lo involucra en una serie de luchas políticas internas, entre miembros de la New York Racing Association (NYRA), con respecto a la reconstrucción del Hipódromo de Belmont Park (que había sido clausurado por “anacrónico”, en 1962). El Capitán Harry M. Guggenheim (miembro influyente de la acaudalada familia Guggenheim, que en 1959 había construido el celebérrimo museo en Nueva York y muy poderoso en la NYRA), propietario de uno de los establos más grandes del país, demandaba instalaciones con capacidad de 100.000 espectadores y “quasi” exigía la contratación de Frank Lloyd Wright para encargarse del proyecto.

 

A riesgo de perder el contrato de Aqueduct, Froehlich insistió en que "la tradición y el espíritu” del viejo “Belmont Park” (Elmont-NY) debía mantenerse” cosa que Wright, con toda probabilidad, difícilmente hubiera asumido. John Galbreath, un gran criador y, además, muy vinculado a la industria de la construcción, cabildeó a favor de Arthur Froehlich y finalmente consiguió que a este se le asignara el proyecto del nuevo Hipódromo de Belmont Park. Los trabajos fueron concluidos después de dos años de planificación y cinco años de construcción (1964-68) a un costo de US$32 millones. La pista principal de 1 ½ milla de Belmont es la más grande en los Estados Unidos. "Al final, incluso el Capitán Guggenheim quedó satisfecho" Froehlich dijo en una entrevista "Lo vi en Saratoga después de inaugurado “Belmont Park” y me dijo que estaba feliz con el resultado y el hecho de que las obras se mantuvieron bajo presupuesto".

 

Por una razón especial, Froehlich insistía que su mejor, más “espectacular”, bien concebida y ejecutada obra –y de la que siempre se enorgulleció- era el Hipódromo La Rinconada de Caracas, Venezuela; inaugurado el 5 de julio de 1959. Acá Froehlich diseñó una pista de arena de 1.600 metros de óvalo (ampliada a 1.800 a inicios de los 70’s) y una de grama (que nunca fue utilizada y fue trasformada en una de arena, para entrenamientos, a finales de los 60’s), cinco tribunas (después reducidas a tres), un fascinante y extraordinariamente bien planificado hospital veterinario, establos para casi mil caballos y todo tipo de estructuras suplementarias y de apoyo.

 

En su momento -y quizás todavía hoy, a pesar del “imperdonable” estado de desidia y abandono en que se encuentra (como sucede con la actividad hípica en el país)- bien pudiera considerársele como uno de los mejores, o quizás como el mejor hipódromo del mundo.

 

El costo de construcción del Hipódromo La Rinconada fue el de la asombrosa suma de US$80 millones (a finales de los 50’s) –no es de extrañar dado sus lujosos acabados y sofisticadas estructuras- con capacidad para 60.000 espectadores; en contraste con Belmont Park (ultimado en 1968) que sirve a 100.000 asistentes y cuyo costo fue de US$32 millones.

 

Froehlich tenía una foto en la pared de su oficina que lo mostraba a él, el entonces Presidente venezolano Marcos Pérez Jiménez y varios hombres recorriendo los terrenos baldíos que iban a ser el sitio de la pista de La Rinconada, y apuntaba: "Echen una mirada cercana a todos los demás en esa foto… el Presidente y yo somos los únicos que no llevan ametralladoras". (¿?).

 

Indiscutiblemente Arthur Froelich ha pasado a la historia como el más destacado Arquitecto de Hipódromos del mundo; no solo por el importante número de ellos que llegó a proyectar, sino por su impecable planificación y arquitectura; sobre todo excepcional en La Rinconada. Es importante destacar en este último proyecto su vínculo obvio con la “modernidad”, su fascinante adaptación al clima y las características de la región donde se enclava, el espectacular manejo de “quiebra soles” (muy a la manera de Le Corbusier), sin ningún tipo de “reparos” y el desinhibido -por demás “tropicalísimo”- empleo del color; así como el uso de audaces estructuras de concreto armado (cáscaras, paraboloides hiperbólicos, etc.) en muchas de los componentes del conjunto -incluyendo las tribunas-. Pero Froelich, como talentoso y creativo Arquitecto, se “paseó” por diversas corrientes estilísticas con gran éxito; desde el Art-Decó (caso de Hollywood Park), la “Modernidad” temprana (Hipódromo de Atlantic City), Neo-vernacularismo (Belmont Park) y otros.

 

Arthur Froelich falleció en Malibu, California, a la edad de 76 años, el 3 de octubre de 1985. Al momento de su muerte trabajaba en una expansión de US$9 millones y un programa de remodelación en Keeneland (Lexington-KY), cuyo hipódromo había intervenido en 1955. Su firma aún subsiste como Froehlich & Kow. Mario Kow fue su socio desde 1978.

 

Foto: Revista Life

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, lunes 31 de julio de 2017

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