Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta:

Ana Julia Jiménez

Por Erick Pignoloni

 

Ana Julia Jiménez es una aficionada químicamente pura. Adora el espectáculo hípico, ese que se presenta semanalmente en nuestros hipódromos y produce tantos beneficios a la sociedad.

 

Aprecia el esfuerzo de jinetes y purasangres para darlo todo por el triunfo, los sacrificios de propietarios, pudientes o no, quienes están pendientes de la salud y alimentación de sus caballitos, apoyándolos, en la cancha y en la pista, porque es un disfrute para la familia. Realmente gratificante resulta el deslinde entre la batalla fogosa de los caballos en la pista y la inigualable satisfacción de ver a sus propietarios gritando y saltando, en ese salón, repartiendo abrazos y apretones de mano, corriendo apresuradamente hacia el ascensor, para llegar rápidamente al recinto de ganadores, con la adrenalina fluyendo al máximo, para finalmente retratarse con su caballo, conexiones, familiares y amigos. Inigualable, imborrable y eterna recompensa.

 

 

Al poco tiempo de iniciar mis estudios en la Universidad Central de Venezuela, me enteré que estaban buscando una encargada de oficina en el hipódromo. Como vivía en Coche, resultaba cómodo trasladarme hasta las oficinas de ACRICA, donde empecé a trabajar, a las órdenes de la gerente Ana Mary Navarro, desde 1982.

 

Ana Julia se graduó como Administradora en 1986.

 

El trabajo con los criadores consistía en coordinar las fechas de las subastas de yearlings, el cupo máximo de potros por haras por cada día de ventas, las cuales se celebraban en el puesto de monta de La Rinconada, registrar todas las bajadas de martillo, identificar a los compradores y elaborar los giros in situ, para poder realizar las cobranzas.

 

En 1988, se fusionaron ACRICA, SOVECRÍA y FEDEHARAS, en un nuevo ente llamado UNICRÍA, donde formó equipo junto a un gran hípico, mejor persona y exitoso propietario, llamado Ely Ollarves, dueño de Burana, Rojo y Recluta.

 

Nos relata con emoción una anécdota de aquella época: “En una de las subastas de 1982, un conocido propietario, alzó la mano con insistencia y ganó la puja, adjudicándosele un hermoso y robusto potrillo alazán, importado en vientre, criado por el Dr. Federico Tovar Segovia, en su pequeño, pero funcional Haras Varsego, ubicado en Santa Cruz de Aragua. El Dr Tovar era muy serio en todos sus asuntos y al transcurrir más de un mes, y ver que no cumplía el comprador, me dijo: Ana Julia, no llames más a ese tipo. Ese caballo si va a correr. Indudablemente que mi caballo es bueno y me lo quedo”. Ese yearling fue conocido como Indudable, el campeón de 3 años y doble coronado de 1984.

 

Una nueva etapa en su vida, se inició en 1996, cuando ingresó al Jockey Club de Venezuela, primero ejerciendo una suplencia como gerente de tribuna, luego como titular y actualmente, desarrolla encomiable labor, como su Gerente General.

 

La sede del Jockey Club de Venezuela, ubicada en la tribuna “C”, del hipódromo La Rinconada, heredó todo el esplendor, el glamour y la aristocrática atmósfera que compartieron los asociados, desde el Hipódromo de El Paraíso. Ana Julia ha sabido desenvolverse entre turfmen con variadas personalidades, ambiciones y exquisiteces, manteniendo un clima de armonía y excelencia. Todos los presidentes de esa Institución, han contado y agradecido la actuación de una aliada con personalidad, carácter, temple y autoridad, que siente muy suyo, este ambiente y el lugar de brega diaria, preservándolo celosamente, como un icono del hipismo venezolano.

 

Yo amo mi trabajo, me encanta el ambiente del club, todos han sido muy cordiales y respetuosos

 

Ana Julia: mujer perseverante y de compromiso. Es un paradigma a seguir por su honestidad, eficiencia y responsabilidad. Felicidades.

 

Fuentes: extraído de la revista Gala Hípica 2015

                                                                                    

Anécdotas Hípicas Venezolanas, viernes 25 de septiembre de 2015

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