Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Alberto Abilahoud

Por Juan Macedo

 

Un hombre bueno, generoso, bondadoso y de sonrisa franca. Ese era “El TurcoAlberto Abilahoud Bunima, que nació en la ciudad de Caracas el 29 de agosto de 1926, hijo de Don Baduy Abilahoud y Doña Zaida Bunima de Abilahoud. Desde muy joven sintió gran afición por el espectáculo de las carreras de caballos, incorporándose tempranamente al apasionante mundo del hipismo.

 

Nacido y criado en el mundo de los negocios, “El TurcoAbilahoud se dio a ellos con afán y devoción, alcanzando total realización como comerciante e industrial, además de los éxitos logrados como propietario hípico.

 

Alberto Abilahoud, vinculado al hipismo desde la época dorada al lado de su hermano mayor Alfredo Abilahoud, vivió eternamente agradecido al mundo de los caballos y su espectáculo.

 

Festejó los triunfos de uno de los colores más populares de todos los tiempos del hipismo venezolano, la famosa e impecable chaquetilla blanca con bandas cruzadas negras (que curiosamente son iguales a los del Príncipe Aly Khan), que llegó a ser la más ganadora de clásicos en nuestro país y que defendiera el inmortal argentino Caimán, además de grandes corredores como Camaleón, Porvenir, Coloso, Genium, Son Of The Sea, Banco, Campeón, Refijo, Salambo, Callejero, Le Trayás, Cartero, Arc En Ciel, Cocodrilo, Clásico, Nevazón y muchos más. Estos colores eran símbolo de la carrera clásica, era una divisa inconfundible, que no era común en las carreras del montón y no hacía falta binóculos para distinguirla con las demás.

 

A pesar que su hermano Alfredo se retiró del hipismo, “El Turco” se mantuvo cercano al hipismo, acompañado de Virgilio Decán, Miguel Otero Silva, Pedro Juliac, Oscar Guaramato, Francisco “Paco” Andrade, Luis Pastori y Heberto Castro Pimentel, sin olvidar a quienes siempre le acompañaban en la Asociación Hípica de Propietarios y en el Jockey Club de Venezuela, incluidos los hermanos Abdala, los Benacerraf, los Azpúrua Sosa, los Fonseca Kolster, los Larrazábal, los Rodríguez, los Sucre Vegas, los Vegas Benedetti, los Monagas, los Ledezma, los Parra Díaz. Como era él a la hora de sorprender a su gente e íntimos, con quienes disfrutaba y celebraba cualquier asunto social, aunque fuera de índole efímero.

 

 

Su gran caballo fue Torrejón, en sociedad con Federico Carmona y Moisés Benacerraf, que todos conocemos su historia como corredor. Otro gran corredor que tuvo, años después, fue el veloz Trampolín.

 

Por eso, cuando ganó Trampolín el 23 de octubre de 1994, en una primera válida para el 5y6 conducido por Douglas Valiente, “El TurcoAbilahoud no pudo asistir al Paddock y en cambio sí lo hicieron sus amigos, entre otros Federico Carmona, Orlando Aoun y Enrique Baumeister, lo que causó preocupación en el mundo hípico. Unos días después, el 1 de noviembre de 1994, se marchó sin decir adiós, partió en silencio hacia el hipismo celestial, a acompañar a su hermano. Seguramente muchos no olvidaran a “El TurcoAbilahoud dentro del hipismo venezolano.

 

Fuentes: www.anecdotashipicas.com, Revista Gaceta Hípica.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, lunes 30 de septiembre de 2024

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