Anécdotas
Hípicas Venezolanas presenta | ||
Juan
Vargas | ||
Por
Juan Macedo | ||
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“Queda prohibido no sonreír a los
problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no
convertir en realidad tus sueños” frase de Pablo Neruda que asocio a
la perfección con un paisano suyo, conocido en el medio hípico como “El Cangrejo”, Juan Vargas, chileno, de
excelente escuela y buen desempeño en la profesión del látigo en su país
de origen. |
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Vino contratado a Venezuela por
“El Turco” Don Alfredo Abilahoud, llevó victorioso en innumerables
oportunidades los colores blanco y negro que defendieron los ejemplares
del recordado propietario. Hizo su debut en el año de 1945, alcanzó ganar
su primera carrera esa misma temporada con el caballo argentino Incauto. | ||
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Hizo vibrar las tribunas del Hipódromo Nacional El Paraíso con
su fino estilo de montar y enérgicas muñecas, que combinaba al final de
cada carrera en las que intervenía para lograr triunfos emocionantes o
destacadas figuraciones en los primeros puestos, algo que lo consagró como
jockey. Junto con “El Maestro”
Juan Araya y “Mano e’ Tigre” Raúl Bustamante de los mejores
jinetes de la época. | ||
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Fue el jinete clásico de Haedo, con
“La Bala Rubia” ganó en los Clásicos Hipódromo Nacional de
1946 y el Gobernador del Distrito
Federal de 1948, mientras que de la flota de “El Turco” Abilahoud destacó con el argentino Camaleón, con el que consiguió
resonantes triunfos, incluyendo el Clásico Gobernador del Distrito
Federal de 1947. “El
Cangrejo”, como lo llamó toda la afición, dio muestras de un estupendo
estilo, el cual le permitió conquistar numerosas victorias. Además de
haber sido siempre un gran látigo, supo en todo momento granjearse la
simpatía de la afición hípica venezolana, por su trato jovial y
bonachón. | ||
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Se fue a México en el año 1959 y
al poco tiempo de estar en el país azteca, gracias a la valiosa ayuda que
le prestó el entrenador chileno José Bravo y la Sra. Consuelo Pane (propietaria y criadora) comenzó a
trabajar en el Hipódromo de Las
Américas, donde realizó una amplia campaña que le mereció los mejores
elogios de la prensa hípica de ese país. “Juanito” Vargas, como le llaman en
la “Ciudad de los Palacios”, se
constituyó en un látigo muy cotizado. El aficionado hípico de Tijuana
también lo vio como estrella invitada para correr grandes premios, en los
que logró buenas clasificaciones y el aplauso del público que le tributó
con frecuencia, pues de igual forma iba a ese hipódromo para actuar en
competencias comunes. |
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Lo sorprendente de Juan Vargas era el poco peso que
estuvo haciendo mientras se mantuvo activo en México, lograba sin mucho
esfuerzo mantenerse en forma. | ||
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Tras una ausencia de 17 años, Juan Vargas regresó a nuestro
país en el mes de abril de 1976 a quedarse entre nosotros como jinete,
pues consideraba que sus facultades profesionales están aún intactas y era
mucho lo que puede rendir. Desde el mismo momento de su regreso comenzó a
hacer las gestiones necesarias para incorporarse como jinete activo a
nuestro medio. Lamentablemente, por razones que no valen la pena
mencionar, no pudo completar ese anhelo. | ||
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Eso no decepcionó a Juan Vargas, que se mantuvo
cercano a la actividad por ser una persona muy querida en el medio. Su
experiencia y don de gente le permitió (desde los inicios de la actividad en
el Hipódromo Nacional de Valencia) desempeñarse con mucho éxito como
Juez de Partida, actividad que
también cumplió a cabalidad en el Hipódromo La Rinconada donde hizo
la suplencia en tan delicadas funciones. Juan Vargas fue el vivo ejemplo
de que “quien sabe lo que siembra,
no teme a lo que cosecha”. | ||
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Fuentes:
Ing. Juan Macedo (apuntes personales), Revista Gaceta Hípica. | ||
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Anécdotas
Hípicas Venezolanas,
sábado 30 de noviembre de 2024 | ||
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