Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

José Luis Vargas

Por Agustín Pérez y Trino Pulido

 

Don José Luis Vargas Ruiz, grande entre los grandes, demostró en su vida laboral extraordinarias aptitudes en la difícil profesión de jinete, que lo colocaron entre los mejores y más solicitados del Hipódromo La Rinconada. Natural de la ciudad de Caracas, Parroquia San Juan, nació en la Maternidad Concepción Palacios el 6 de junio de 1949, hijo de María Ana Josefa de Vargas y Eustaquio Vargas. Hermano de Zulay, Raiza, Nerio y Armando Vargas, los dos últimos fueron entrenadores de purasangres de carreras.

 

Llegó al Hipódromo La Rinconada de la mano de ese gran jockey como lo fue Gustavo Ávila a la cuadra de Millard Ziadie con miras de cumplir su sueño de ser jinete. Pero fue en el Hipódromo La Limpia, Maracaibo, lejos de su natal Caracas donde José Luis Vargas con 14 años comenzó sus primeros pasos.

 

En la escuela de jinetes del Hipódromo La Limpia tuvo como el profesor (a quien le debe todo lo que sabe como jockey) al Sr. Carlos Torres (quien era chileno y corrió en el Hipódromo El Paraíso y La Rinconada), esa promoción llevó el nombre de un gran hípico como lo fue el Sr. Néstor Mena. Comenzó como jockey a finales de 1964, su primera monta fue con el ejemplar Feliz Año y terminó segundo (es de hacer notar que fue el ultimo en ser inscrito, casi se quedó sin debutar José Luis). Su primer triunfo fue con el ejemplar Urgel, logrando dos victorias en ese mismo año. “Varguitas” como se le conocía en esos tiempos no tardó en destacar cumpliendo un ascenso en la capital zuliana en los años 1965 y 1966 logrando 34 victorias, 34 segundos y 27 terceros en 230 actuaciones, incluyendo triunfos importantes con el campeón Fair Kill.

 

 

 

Aunque se dice “nadie es profeta en su tierra”, no ocurrió esto con José Luis que debutó en La Rinconada el 2 de febrero de 1967 con una destacada actuación un jueves nocturno a bordo de Bulpret llegando tercero a la meta y posteriormente subido al segundo lugar en la pizarra. Logró su primera victoria entre nosotros cuando cumplía su vigésimo quinto compromiso con la yegua Lujosa el 11 de marzo de ese año y muchas otras que lo colocaron rápidamente a la élite de los jinetes en La Rinconada. Su primer triunfo clásico ese mismo año fue con Kerflax en el Clásico Internacional Organización Sudamericana de Fomento del Purasangre de Carreras, culminando con broche de oro la temporada al triunfar en el Clásico Comparación con La Menor y obtener el título de Jinete Aprendiz de Año con 45 triunfos, figurando octavo en la estadística general de jinetes.

 

En tan solo un año y dos meses logró su victoria 60 para graduarse como profesional, esto ocurrió el sábado  6 de abril del año 1968 con el ejemplar Baygorria, el día siguiente como profesional logró una destacada victoria con Rapid Fire. Siguió escalando posiciones vertiginosamente aprovechando su mayor experiencia, gran energía y la cantidad de recursos fue como gozó de la confianza de entrenadores de la talla de Eduardo Azpúrua, Domingo Noguera Mora, Millard Ziadie, Raúl Payares, Abigaíl Colmenares, etc., logrando destacadas victorias entre las cuales de esos años destacamos el Clásico Cría Nacional de 1968 a bordo de Canelo y el Clásico Nuestra Señora de Chiquinquirá de 1969 con Xicungo en el Hipódromo La Limpia.

 

 

El año 1970 sería el de consagración definitiva de José Luis Vargas al ganar la Estadística de Jinetes de jinetes con 90 triunfos después de un dramático final protagonizado con Don Balsamino Moreira, al que terminó imponiéndose con ventaja de dos triunfos. Fueron grandes las victorias de “Varguitas” ese año entre las cuales destacamos la doble corona de El Peñón (que a punto estuvo de ser el segundo triple coronado, fracasando debido a que era un caballo débil de manos para la distancia de los 2400 metros del Clásico República de Venezuela). También en ese año recordamos que era jinete oficial de Senador con el cual logró importantes victorias entre las cuales destacamos el Clásico de los Sprinters y el Clásico Simón Bolívar que empató con Paunero y ha sido una de las carreras más emotivas y electrizantes de toda la historia del hipismo venezolano, según la opinión de muchos analistas; el Clásico Asociación Hípica de Propietarios con el argentino Gliss en gran carrera sobre Cinnamon; además de buenas victorias selectivas con Rainha de Saba y La Nora.

 

 

En las temporadas de la década de los setenta José Luis Vargas no dejó de figurar en los 10 mejores,  manteniendo un ritmo de victorias que lo colocó durante estos años como uno de los mejores jinetes de La Rinconada. Muy recordadas son sus dos victorias en la triple corona de El Corsario y otros triunfos selectivos con Chatiment, Inteligente, Acapulco,  Antilia,  Rocker II,  Señorial, Tessa, Gatopardo, Jeremy, Soroa, Señorona, Transilvania, Miss Alejandra, Bold Brigadier, Ruta G, Lariella, Massara, Aristócrata, entre otros. Por cierto, a finales de 1975, por intermedio de Sortija, alcanzó las 500 victorias en el Hipódromo La Rinconada.

 

 

Se le presentó la oportunidad de participar y ganar el Clásico Presidente de la República de Panamá en el año 1976 con el ejemplar argentino Viste. Ya para el último trimestre de 1976 y parte de 1977 José Luis Vargas estuvo en Norteamérica, inicialmente Nueva York y luego en California, donde llegó a ganar  en total 31 carreras y tuvo la oportunidad de conocer a los mejores jockeys del mundo. Una de las carreras más emocionantes de José Luis fue el Yerba Buena Handicap que ganó con Star Ball el 30 de mayo de 1977 en tiempo record.

 

De regreso a Venezuela a finales de 1977, tuvo la oportunidad de comprar un potro que se llamó Justo B, el cual cumplió una rendidora campaña al ganar 5 carreras y buenas figuraciones. Fue su única presencia como propietario.

 

 

Durante la década de los ochenta, José Luis Vargas se mantuvo logrando victorias importantes como el Clásico Antonio José de Sucre de 1981 con Tintoreto y otros importantes clásicos con Tajoreal, además de otros triunfos selectivos con La Chachi, Totuma y Room Mate. Pero es con su hermano, el entrenador Nerio Vargas, con los que forma una dupla muy ganadora de la cual recordamos ejemplares clásicos como Copada, Irish Dawn, Almendares, El de Charly, Great Neige, Silent War y Lady Gusta. Su última victoria clásica fue en el Hipódromo de Valencia en el Clásico Socopó a bordo de Súper Sergio en el año 1989. En ese año fue objeto de un merecido reconocimiento por parte de la Asamblea Legislativa del estado Miranda, donde le fue conferida la Orden Mérito al Trabajo en su 1° clase Leonidas Monasterio, como parte del programa correspondiente al 1 de mayo, día del trabajador

 

 

Fue en el año 1991 cuando decidió colgar las botas, cerrando esa temporada con 15 victorias en 105 partidas, para un excelente average de 7. Logró en su vida profesional en el Hipódromo La Rinconada un total de 843 laureles en 5358 actuaciones.

 

 

 

Luego de su retiro como jinete, ha trabajado en el Hipódromo La Rinconada como Comisario e incluso tuvo la matrícula para entrenar pero nunca lo hizo. Su sueño es tener una Academia para Jockeys con un proyecto que tiene elaborado, ojala que se le presente la oportunidad. Sirva esta reseña como un humilde homenaje a este gran jinete venezolano.

 

Fuentes: Entrevista realizada a Sr. José Luis Vargas, Sr. Lope Rodríguez, Revista Gaceta Hípica, Sr. Carlos Bujanda, Revista Sport Gráfico, Sr. Jaime Casas A., Sr. Fernando Gil L., Ing. Juan Macedo

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 27 de octubre de 2011

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