Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Alfredo García Paduani

Por Gabriel N. Ramos

 

Alfredo José García Paduani nació el 29 agosto de 1970 en San Antonio de Irapa, estado Sucre. Viviendo en Caracas a los 17 años tuvo la inquietud por el deporte de los reyes, ya había escuchado de varias bocas: "tienes tamaño de jinete", pero en ese momento la venta de ropa era su sustento, hasta que Alfredo Naranjo, un amigo, le repitió la dichosa frase que tantas veces había oído, él respondió: "me gustaría ser jinete, pero no conozco a nadie en el hipódromo”, pero Alfredo Naranjo sí conocía a alguien: a Jesús León, quien permitió que Alfredo diera sus primeros pasos.

 

Fue al estado Bolívar, allá aprendió a montar gracias al apoyo de Giuseppe Nuccio y Luis Aray. En su debut logró su primer triunfo con Trompeta. Estuvo dos años entre el Hipódromo Municipal de Ciudad Bolívar y el pequeño Óvalo de Upata, regresó a Caracas para seguir labrando su sueño de convertirse en jinete de profesión. Llegó a la capital y comenzó a laborar como traqueador con el entrenador Julio Ayala Coronil, después de dos años y medio como galopador se presentó la oportunidad de aspirar a la matrícula y la obtuvo en 1995, año en que ganó su primera carrera en el Hipódromo La Rinconada (al igual que en Bolívar, en su primera actuación) sobre Seresere de la cuadra de quien había sido su principal apoyo profesional en el lapso anterior. Ese mismo año se anotó su primer clásico a bordo de Lucky Metal en el Jockey Club de Venezuela. Recordamos su victoria del 5 de Julio de 1996 con Demons Cloak llevándose el  Clásico Fuerzas Armadas.

 

 

En 1997 ya Alfredo García Paduani había ganado más de 100 veces y era reconocido por sus cualidades sobre los puros en un medio que enaltece con premura, pero que desplaza inclemencia en la primera pifia: el del hipismo venezolano. Cada victoria un brindis, cada triunfo una mujer, cada día una mala propuesta, hicieron mella en las aptitudes, en la mente y en el entorno. Son pasos que conducen por un solo camino: la derrota, el declive.

 

Drogas, alcohol y vida desordenada había acabado con la vida profesional de un hombre, en 1998 el que ganaba tantas carreras era tildado de loco. En una ocasión, en medio de la locura, Alfredo se tiró a la pista de La Rinconada  a parar a los competidores de una carrera con un trapo haciendo señas cuando venían en los 300 finales  y casi provocando una desgracia. Desplazado y despreciado, Alfredo García Paduani se dio cuenta que su vida no era más que "piltrafas" y se dio cuenta que no había hombre ni mujer de este mundo que pudiera cambiarle y comenzó a buscar hasta que encontró la solución, el camino que hoy lo mantiene firme y convencido.

 

En el año 2000 recibió el regalo más especial de su vida de manos del jinete Rigo Sarmiento: una Biblia. Y aquel hombre disminuido comenzó a conocer la verdad, encontró en ese libro las palabras que necesitaba para cambiar, tuvo sed de vida y clamó al cielo: "Señor, permíteme conocerte, quiero enamorarme de ti". Fue el 14 de noviembre de ese año, en medio de una célula de oración en la casa de Sarmiento, cuando conoció lo que hoy describe como: "mi única salida, mi fundamento, mi todo: Jesús".

 

La extraordinaria recuperación de Alfredo no es obra de la mera casualidad o suerte, sino de su renovada fe y del gran sacrificio y esfuerzo del día a día en la arena del Hipódromo La Rinconada. Aunque Alfredo García Paduani no tiene un estilo bonito al conducir un purasangre, debemos resaltar cualidades como que es un jinete de desempeño inteligente, jockey profesional, responsable y sobre todo un detalle importante: es muy confiable como jinete.

 

Se llevó en la Gala Hípica 2008 el Jockey Challenge en homenaje a Douglas Valiente. No figuraba en la lista de los jockeys que participarían, pero la ausencia del panameño Abdiel Jaén, le dio la oportunidad de competir y alzarse con la victoria al obtener siete puntos en las tres pruebas que conformaron el evento. Alfredo García Paduani no montó en la primera de las pruebas, Trofeo Douglas Valiente, por el retiro a última hora de Tito Express; pero consiguió dos puntos a bordo de Mi Tatica en el Trofeo Antonio José Utrera y cinco puntos por la victoria de Gran Chinita en el Trofeo José Luis Vargas, con lo cual se convirtió en el absoluto vencedor de lo que fue este campeonato en su cuarta edición.

 

El 29 de agosto de 2009 Alfredo García Paduani cayó aparatosamente de Gold Silver en la última carrera de la jornada. fracturándose la clavícula derecha y estuvo fuera de acción por espacio de 3 meses para regresar al ruedo capitalino a finales de ese año. En el mes de junio de 2010 Alfredo García Paduani participó en el Hipódromo Presidente Remón, en Panamá, como invitado especial, e incluso logró conseguir victoria con Wiseman Punch en distancia de 1000 metros. Y para el 2011 se consagró como jinete al sorprender con el atropellador Squezze Play en el Clásico Simón Bolívar.

 

 

A pesar que el año 2012 fue de antibajos y el 2013, cuando retomaba la senda del triunfo, se lesionó (fue operado del segundo metatarsiano del pie derecho en junio). Desde principios de 2015 se encontró probando suerte en Japón y luego de cumplir con esa pasantía regresó al ruedo capitalino donde continuó cosechando triunfos, en particular con¨Panzer Barcelona, al que llevó en el Clásico Presidente de la República de 2016. Esta corta pero profunda historia nos lleva a decir con orgullo: Alfredo, eres un ejemplo para la juventud. ¡Que Dios te bendiga!

 

Fuentes: Lic. Carlos Giardinella, Diario Meridiano, Diario Líder, Ing. Juan Macedo

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 26 de enero de 2012

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