Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Breso

(Arg, 1965, Brenero en Cholola por Cocles)

Por Juan Macedo

 

El mundo hípico es exigente, si se quiere. Será la misma exigencia de todos los pequeños mundos del deporte. En el caso particular de las carreras de caballos, un futuro campeón en su ascenso al estrellato siempre encontrará las oposiciones escépticas. Allí estará, poniéndose a prueba, la grandeza del espectáculo hípico. Esta pequeña introducción aplica para un alazán argentino llamado Breso, que nació el 22 de septiembre de 1965, propiedad del Stud Inca del Sr. Uccio Zecchini, entrenado durante su campaña pistera por Don Carlos Muñoz Candia. Más que un ídolo, Breso  era una atracción y espectáculo cada vez que corría, por la velocidad que imprimía en cada una de sus presentaciones.

 

 

Contaban las "malas lenguas" que Breso fue un producto indeseado. Su madre Cholola fue una yegua madre destacada y en el año 1964 estaba destinada para ser servida por un semental que habían elegido para ella, pero por descuido la yegua tuvo un "romance furtivo" con Brenero (un caballo del cual no tenian proyectado llevar a la cría). Al quedar preñada, era de esperarse el descontento de su dueño y cuando nació el potro alazán, busco deshacerse de él lo más rápido posible, con la suerte de llegar a nuestro país. Desde sus inicios en La Rinconada fue una sensación, fue el 1 de diciembre de 1968 cuando debutó triunfalmente con la monta de "Brazo de Oro" Walter Carrión, metiendo su soberano galope de !14 cuerpos! a Polly The First y dejando registro de 78"4 para los 1300 metros. Seis días después con la conducción de "El Pájaro" Héctor Revello derrotó a Tramperlane con ventaja de 5 cuerpos y crono de 73"1 para los seis furlones. Cerró ese año invicto, superando a Zote con dos cuerpos de ventaja, recorriendo los 1200 metros en 73"4.

 

El 12 de enero de 1969 regresó a su cabalgadura Walter Carrión, quien efectivamente lo mantuvo en la ruta ganadora, derrotando a Laborioso con ventaja de ¡10 cuerpos! y parando los cronómetros en 73" exactos para los seis furlones. Dos semanas después, mostrando como era costumbre su endemoniada velocidad, cruzó la meta en ganancia con ventaja de 4 cuerpos sobre Próspero, recorriendo los 1200 metros en 73"1. Continuó su seguidilla de triunfos al pasar la meta con ventaja de 5 cuerpos sobre Necker y crono de 78"4 para los 1300 metros. 

 

Ganando una y otra vez (un invicto de 6 carreras) para llegar a su máximo reto, el Clásico de los Sprinters. Así fue como el 23 de febrero Breso rebasó otro obstáculo en su carrera hacia la consagración y ganó manteniendo su invicto en siete actuaciones, agenciando 71”4 para los 1200 metros, conducido por el ecuatoriano Walter Carrión. Derrotó cómodamente a Viquingo y Eneas II. Regresó a la 6° Serie para anotarse su octavo triunfo en fila superando nuevamente a Viquingo con ventaja de 4 cuerpos agenciando 83"4 para los siete furlones.

 

Pero todo invicto tiene su final y Breso no estaba exento de esa regla, fue el 20 de abril cuando perdió su invicto ante el uruguayo Gallardo. No se esperaba esta derrota, pero el potro no las tuvo todas consigo y debió renunciar a un triunfo que parecía capaz de conquistar. Se justifica su derrota con la mala partida que tuvo y el alto handicap (ya que le cedía 5 kg al ganador). Un invicto como lo fue Breso, siempre significará una motivación especial para quienes tienen relación inmediata con él: preparador, jinete, propietario; para ellos cada actuación de Breso no será una carrera más, sino una responsabilidad.

 

Tras corto descanso, reapareció triunfante el 25 de mayo en una carrera común sobre Viquingo, dejando 76”3 para los 1300 metros, a cuatro quintos del record de Drake’s Shanty. Veintiún días después se anotó en los libros de records del hipismo venezolano al destrozar el record de pista de Anambé para los 1200 metros (70”2) pero bajándolo de la barrera de los 70 segundos, agenciando 69”4, con parciales de 22”1 y 45”, rematando en 24”4 los últimos 200 metros. Esa carrera fue particularmente emocionante ya que Rajador, en la recta final, dominó a Breso dando la impresión de que le iba a ganar, pero nuestro campeón reaccionó y lo superó por medio cuerpo, con la enérgica monta de su jockey oficial, Walter Carrión.

 

Hay un axioma hípico que indica que cada vez que un purasangre implanta un record de pista, en su siguiente carrera cae derrotado. De esa manera Breso cayó derrotado por segunda ocasión el 27 de julio en su actuación doce, ante el inglés Goabundle que lo derrotó de punta a punta el 1400 metros, en carrera de la cuarta serie. El 10 de agosto obtendría su triunfo número once al reverendo galope sobre el uruguayo Vivo en 1300 metros y agenciando 77”4. Lo que nadie se imaginaba era que ese iba a ser su último triunfo.

 

 

Luego de figurar tercero a menos de un cuerpo de Vivo en 1700 metros, el 7 de septiembre participó como gran favorito en el Clásico Internacional de las Américas en 2000 metros, fue aplastantemente superado (apenas llegó noveno lejos) por el criollo Canelo. A partir de ese momento cayó en una serie de malas rachas acompañadas de lesiones que mermaron su capacidad locomotiva y truncaron su campaña. Apenas fue capaz de participar como cuatroañero en tres carreras más, sin deslucir del todo pero sin saborear la victoria.

 

Ya a los 5 años, disminuido como estaba debido a las lesiones se mantuvo en campaña reapareciendo el 13 de septiembre de 1970 donde figuró tercero a dos cuerpos de Trovador, viéndose muy bien y dando la impresión que estaba recuperándose, dos semanas despues figuró quinto del argentino Paraje, pero en el 31 de octubre, en una carrera ganada por Macabí, nuestro campeón “se fue” de sus patas traseras haciendo rodar aparatosamente a su jinete Walter Carrión. La grúa equina lo recogió y tuvo que ser sacrificado, perdiéndose las posibilidades de un futuro padrillo para el elevage nacional. De esa manera tan lamentable cerró la campaña de uno de los purasangres más rápidos que haya pisado el óvalo de Coche, donde solo participó en 21 carreras para 11 triunfos, 2 segundos, 2 terceros, un cuarto, un quinto, acumulando para sus dueños la cantidad de Bs. 271.708,80

 

Fuentes: www.anecdotashipicas.com, Ing. Juan Macedo (apuntes personales), Revista Gaceta Hípica, Diario El Nacional.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 13 de abril de 2006

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