Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Matteo Camarda

Por Fernando J. Gil

Matteo Camarda Bologna nació el 1 de enero de 1947 en el poblado de Balestrate, ubicado en la región de Sicilia, Italia. Hijo de Don Vitto Camarda y Rosalía Bologna, quienes migraron a Venezuela siendo Matteo un niño de 8 años de edad. Esa pasión por los caballos debe venir en los genes, su abuela materna tenía caballos de trabajo en el campo, al igual que sus abuelos paternos.

Desde la época del Hipódromo Nacional El Paraíso, Don Vitto tuvo un negocio de venta y reparación de cauchos y se hizo de varios clientes que fueron entrenadores de caballos. El joven Matteo comenzó a indagar y preguntar cómo podía hacer para trabajar y hacerme entrenador, hasta que un día Domingo Noguera Mora le dijo que se fuera a su cuadra como aprendiz; pero su padre cambió el negocio al ramo del plástico y siguió con él, abandonando temporalmente su sueño.

En el año 1975 ingresó en la escuela de entrenadores, pero ya tenía dos años en el Hipódromo La Rinconada. Inició con Víctor Muñoz Glade, luego lo recibió Carlos Muñoz Candia; pasó ocho meses en la cuadra de Marcelo Oirdobro y de allí pasó año y medio con Julio Ayala Coronil, finalmente con José “Yeyo” Núñez. Se graduó en la promoción Luis Monasterios del año 1977, junto a 32 egresados de los que cuentan Agustín Bezara y Jorge Luján.

En el año 1978 unos propietarios que conoció en la cuadra de Marcelo Oirdobro le brindaron la oportunidad con la yegua Suspiro, venía de cinco fuera de carrera y en las manos de Matteo figuró varias veces. Luego, el Dr. José Antonio Díaz le entregó un caballo llamado Diestro, bastante exprimido por otras cuadras y logró sacarle varias figuraciones. Pero fue un inicio muy duro, sin oportunidades, agarraba lo que fuese, eran caballos viejos y lesionados, por lo general, desahuciados por otros entrenadores, se los ofrecían y los agarraba. Fue en el año 1980 cuando saboreó las mieles del triunfo con Neroné.

Matteo Camarda fue creando una fama de “recuperador de caballos”, esos purasangres desahuciados fueron sus mejores maestros, sobre la marcha fue aprendiendo el arte del entrenamiento de caballos purasangres de carrera. De a poquito fueron llegando los triunfos. Palpitante, Yatail, Sir, Molon Labé, Emperor’s Gold, Barbitúrico, Mija, Piel de Luna, Directora y en especial Otro Camino “fue desahuciado por dos buenos entrenadores, pero al mejor cazador se le va una liebre, no quiero yo decir que es fácil, lo llevé a los mejores lotes, pero lamentablemente en su buen momento se lastimó en su puesto por un fuerte ruido y se dio un golpe fuerte, hasta allí llegó” dijo en una entrevista.

Estos purasangres remendados tienen más de un cuento en su haber. Por ejemplo, el dueño de El Negro Pío y el Sr. José Garófalo eran amigos y le decían que ese caballo no ganaba ni en bajada, y Matteo les decía que iba a ganar. Total, la semana que corrió hubo una apuesta de un almuerzo para 12 personas y el caballo ganó, pero no hubo almuerzo ni cena.

Le Depart del Sr. Juan García (que tenía el Haras Los Robles), muy flaca y pelúa, para nada vistosa, pero corría duro. Matteo la iba a debutar en 1500 metros y ese hombre peleó toda la semana para que le retirara a la yegua. Llegó el domingo por la mañana y le reclamó ¿por qué no habían retirado a la yegua, yo me voy para la playa? A que Matteo le dijo “no la pusieron en la lista, el tiempo no estaba bueno para ir a la playa, mejor se viene a La Rinconada y a lo mejor no la han retirado” y le contestó “Si voy para la carrera y esa yegua no gana, no sé qué va a pasar...” Total ganó la yegua y no pasó nada.

Don Matteo siempre decía “el secreto es uno solo, un poquito de sentido común y trabajar. Y ponerles cariño, buena comida, buena cama, una atención y dedicarles tiempo. Pues, los caballos son como los libros, hay leerlos, volverlos a leer, y aprenderlos de memoria, encontrarles su fallita y con estricta lógica y sentido común”. Kiss Me le regaló sus dos primeras selectivas en 1987, las Copas Ségula C y Lavandera.

Hasta que llegó Isamar y no fue obra de la casualidad. Matteo Camarda se inició en la cría en el año 1985 con el caballo Sir, en su búsqueda de yeguas madres le hizo seguimiento a Dumyat (propiedad de Enio López) pero no pudo negociarla, pero siguió a sus hijos. Los dos primeros no le gustaron, la tercera era la hija de Flag Admiral, igual a su madre, que por cierto la llevaron a la subasta como relleno, por cumplir una cuota y no gustaba porque era muy pequeña.

En realidad, la había comprado para él, pero se la dejó al Sr. Ramón Silva (Stud Rasa), él quería comprar a una hija de Mr. T and Me en esa subasta (Burla), pero el precio subió y no fue posible, se molestó porque no pudo adquirirla, pero al mes se quedó con Isamar. Al principio, Silva ni la veía, pero al ganar su tercera carrera se dio cuenta que la potranca corría de verdad. Asi como Isamar le brindó las mayores alegrías, también le dejó una gran tristeza, ya que murió en una mañana de traqueos, debido a una serie de gritos de varios chiquillos de un jardín de infancia que llevaron a jugar a la tribuna A, la yegua se asustó en el ejercicio y chocó contra la baranda, quedando en la pista.

Hizo diligencias en el segundo semestre del año 1992 para irse a Italia, con la intención de probar en otro medio. Estuvo en el Hipódromo Le Capannelle de Roma, pero nadie quería que le trabajara por una temporada corta, así que finalmente abortó la idea.

Matteo Camarda se mantuvo activo hasta el año 2008, cuando decidió retirarse de la profesión. Fue un efectivo entrenador de caballos purasangres de carrera, logró un total de 140 victorias, meritorias tomando en cuenta las pocas oportunidades que tuvo. Se regresó a su pueblo de nacimiento y el 5 de enero de 2021 llegó la noticia que había fallecido. Fue una persona honesta, responsable, muy trabajador y excelente persona, amable y gentil con todos. Ahora debe estar preparando a Isamar para buscar la revancha con Catire Bello en el Hipismo Celestial.

Fuentes: Ing. Juan Macedo, Lic, César Augusto Rivero, Diario Líder en Deportes.

Anécdotas Hípicas Venezolanas, lunes 31 de enero de 2022

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