Anécdotas
Hípicas Venezolanas presenta | |
Juan
Melero | |
Por
Juan Macedo | |
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Juan Melero
Chamorro nació el 4 de
febrero de 1908 en Concepción, Chile, hijo de Antonio Melero y Gertrudis
Chamorro de Melero. Al ser su terruño un lugar con afición turfística, el joven Juan fue interesándose poco a
poco por el Deporte de los Reyes. Así que se dedicó a cumplir con todos
los requisitos exigidos y Juan obtuvo su licencia como Entrenador de purasangres de
carreras en la ciudad de Concepción allá por el año 1932 y su primer
triunfo como tal, se lo brindó el ejemplar Sidi Brain.
Concentrado por completo al ejercicio de su profesión, triunfó ampliamente
y se consagró, ya que ganó dos estadísticas. Juan Melero hizo famosa la frase
que se le atribuyó: “los caballos
no ganan carreras en la pesebrera”. Estos bajo su mando corrían muy a
menudo, más que otros. |
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Se trasladó en el
año 1945 a Santiago (capital de
Chile) y no desmayó en su afán de superarse más y más, logrando su
objetivo, y acumulando triunfos, se clasificó entre los mejores, como
Líder de la estadística del año 1950, con un total de 55 victorias. En una
ocasión llegó a ganar cinco carreras de las seis carreras que participaron
sus pensionistas. Siempre consideró a Liberty como el mejor que
ha tenido bajo su cuidado, con ese caballo ganó el Clásico El Ensayo, uno de los más
importantes de Chile, además lo demostró en el Perú, cuando ganó el Clásico Presidente del Perú.
Cuando le distanciaron al caballo Quemador en el Clásico 18 de septiembre, ese día
casi se retira como preparador. | |
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Un buen día le
tentó un contrato para ir a ejercer su profesión en Caracas, Juan Melero vino contratado a
Venezuela el 2 de junio de 1951 para hacerse cargo del Stud La Sierra de los Hermanos Paris
que les entregó sus efectivos bajo sus reconocidos conocimientos y en
breve tiempo pasó a ocupar el cuarto puesto en la estadística de los
preparadores en el Hipódromo
Nacional El Paraíso. | |
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En 1952, cuando
terminó el contrato, contó primordialmente con el apoyo del Sr. Henrique Otero Vizcarrondo y
pasó a ser líder absoluto de la estadística, logrando 99 victorias que fue
record en su momento. Durante ese año, en un día de carreras ganó 4
carreras (tres de ellas
seguidas) en un día, los triunfos fueron con Soldado, Exotic, Fariseo y Tarzán II.
Este último purasangre le dio una gran satisfacción. Cuando le entregaron
a Tarzán II, que iba a ser inscrito en la
próxima eliminatoria, Juan
Melero lo descansó e hizo de él todo un caballo de carreras. En su
corta experiencia en nuestro medio, solo ganó par de selectivas: el Clásico Día de la Armada con
Exotic y la Polla Alfredo Abilahoud con Clair de Lune. También fue intermediario en la compra de
purasangre, entre los que cuenta Polo Sur, Olimpiada, Exotic, Rosalinda y
Tronador | |
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Sus grandes
triunfos y las atenciones con que siempre lo distinguió la afición y las
autoridades del turf, como también todo ese mundo hípico cuyo entusiasmo
por el deporte de los reyes traspasa las fronteras y es admirado por su
neto espíritu turfista, hizo que Juan Melero añorará esa tierra
tan generosa. “Tantos y tantos
recuerdos de esa tierra, en que todos supieron reconocer mi modesta labor,
distinguiéndome con creces inmerecidas, pues yo tenía la consigna de
cumplir profesionalmente, y lo hice, más la recompensa dispensada han
grabado en mi corazón una gratitud inmensa, como también en mi mujer y mis
hijos” | |
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Tenía pensado
regresar a Chile, retirarse de la profesión e invertir en un criadero.
Pero de vuelta a su patria en el año 1953 continuó con su profesión y
siguió logrando nuevos lauros durante muchos años. Entrenó a brillantes
corredores como Abrantes, Pandillero, Reynald, Pimentero, Burnakoff, Piduco,
Coi Coi
(de su propiedad), Master, Estaca, entre otros. Notorio el
triunfo en El Derby de 1971
con Baquiano, un purasangre
sin aparente oportunidad que ganó dramáticamente ante Huraña y
Tirolesa. | |
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Su deporte
favorito es el boxeo. Fue iniciador de una productiva senda por los
caminos del turf, estuvo casado con Sra. Militina Bécar de
Melero, con quien tuvo tres hijos que siguieron la ruta trazada, José,
Pedro y Juan Luis Melero Bécar, con mucho tino.
¡Hijo de gato caza ratón!.
Aunque gran parte de su vida profesional la cumplió en su natal Chile, Juan Melero dejó una huella
importante en la historia hípica venezolana. Falleció el 3 de marzo de
1993. | |
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Fuentes:
Revista Gaceta Hípica, Libro “La hípica en Chile” de Manuel Somarriva Lira, Diario El
Mercurio. | |
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Anécdotas Hípicas
Venezolanas, sábado
19 de diciembre de 2020 | |
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