Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

José Armando Contreras

Por Juan Macedo

 

José Armando Contreras Jaimes fue un hombre de la hípica que vivió para ella. Nació el 7 de noviembre de 1942 en Capacho, estado Táchira. Curso sus estudios de primaria en San Cristóbal y decidió probar suerte a Caracas con mucho entusiasmo. Comenzó su carrera en el Hipódromo Nacional El Paraíso a los 14 años con el entrenador Raúl Salazar. Por muchos años fue caballerizo, después su capataz y aprendiz de entrenador, para pasar al entrenamiento.

 

 

Desde sus comienzos, en el año 1972 -ya como profesional del entrenamiento de purasangres- tuvo pocos efectivos y fueron muy difíciles. En una ocasión contó jocosamente "antes de recibir la matrícula tenía 60 a 70 caballos ofrecidos, pero cuando me gradué no me dieron ninguno". El principal apoyo lo recibió de Juan Carlos Alzáibar, quien en un momento le recomendó que se estableciera en el Hipódromo Nacional de Valencia, donde se alojó para participar en las carreras especiales en La Rinconada.

 

Su primer triunfo fue con Barricada (yegua que pensaban eliminar y junto con Raúl Salazar la compraron en Bs. 5.000) en diciembre de 1972 con la monta de Adone Bellardi. Pudo más su tesón hasta que logró triunfar en La Rinconada. El 24 de septiembre de 1988 logró su primera prueba selectiva gracias a Princesa que triunfó en el Clásico Edgar Ganteaume. Tambien fue su primera campeona.

 

 

Fue otro purasangre nacido y criado en el Haras El Guamito, fundado por el Dr. Alzáibar, Ta’Fino, el que le brindó mayores triunfos a José Armando, el trabajo que hizo con este caballo cargado de problemas siempre recibió los mejores elogios; con este purasangre (que siempre mencionó como uno de sus hijos) obtuvo el Clásico Simón Bolívar del año 1993, el Clásico Presidente de la República (tres veces, en una de ellas fue distanciado) y el galardón de Caballo del Año. Además destacó en el medio con ejemplares de la talla de Fast Macau, Sun Lighting, Sun Magic, La Hornera, Irish King, Bronceada, Mr. Custodio, además de buenos corredores como Sun Star, Barricada, Carita Pintada, Naguache, Ta'Bravo, La Rookie, Ta’Bueno, Sun Lady, North Sea, etc.

 

 

Siempre metido en la candela, luchó por los mejores puestos de la estadística en La Rinconada durante su carrera. José Armando se dedicó simultáneamente a la labor gremialista en la Unión de Entrenadores e incluso integró junto a Ulises Capella y Daniel Pérez dicha directiva. Enseñó como docente de su profesión a los nuevos valores que incursionan en el entrenamiento. Además, prestó sus conocimientos como asesor de pedigree y cruces en diferentes haras, entre ellos los establecimientos de cría El Guamito y La Colmena. Fue conocido popular y cariñosamente como "El Cochino", incluso diversos propietarios le dieron un purasangre con ese nombre, pero en otro idioma, como es el caso de Cochon D’Or en francés, en forma jocosa.

 

 

De carácter alegre, jovial, de buen humor, fue un hombre íntegro y respetado en el medio. Como anécdota, es harto conocido que Don Raúl Salazar, maestro y cuñado de Don José, nunca pudo ganar el Gran Premio Clásico Simón Bolívar teniendo grandes caballos, razón por la cual José Armando se había propuesto ganarlo antes de terminar su carrera profesional y así fue, la ganó con Ta’Fino en 1993 y se la dedicó a su gran maestro, del cual expresó "todo lo que he aprendido, se lo debo a este señor, fue como mi padre, lo estimo y aprecio demasiado".

 

Hay dos anécdotas con respecto a Ta'Fino, la primera fue cuando le tocó enfrentarse al norteamericano Yankee Axe en la Copa de Oro, cuatro días antes Richard Bracho lo sintió mal de los cascos e inmediatamente "El Cochino" con la ayuda del herrero Rafael Ramírez lucharon con el insigne ejemplar, quitaron el "apoyo" y lo trabajaron con Alfredo Russo (traqueador de confianza de la cuadra). Al día siguiente, luego de ejercitarlo, Richard comentó "este caballo anda como un diablo, no puede perder". La otra fue en el Simón Bolívar, José Armando veía a Sir Flier inalcanzable en la recta final, avanzó Ta'Fino con fuerzas y lo liquidó en plena sentencia, al bajar a la pista el jinete de Sir Flier, Douglas Valiente, le expresó "sentí que ganaba la carrera, pero en los últimos metros escuché el pito de Ta'Fino (era roncador) y pensé, allí viene, me desesperé y de todas formas me ganó".

 

 

El domingo 9 de junio de 2002 en la mañana llegó un poco tarde a los traqueos en La Rinconada. "No me encuentro bien" le dijo a su amigo y traqueador, Isidro Socorro. Luego regresó a su casa, se vistió de gala y se fue a su trajín de los fines de semana al Hipódromo La Rinconada a ver sus presentados del día. Justamente durante esa tarde de competencias, logró su último triunfo con la yegua Princess Avalon (una hija del crack Ta’Fino) conducida por Emisael Jaramillo, en la sexta carrera. Ensilló a su último caballo, Petreusse en la cuarta válida y después se fue a su residencia, donde lamentablemente falleció de un infarto fulminante. Fue velado y cremado en el Cementerio del Este. Así culminó un capítulo más de la historia de un personaje hípico, siempre diligente y atento no solo con sus purasangres sino para el consejo de cualquiera de los que en algún momento necesitamos de su experiencia y conocimiento. Pocos de su calidad humana y entrega total a nuestro hipismo.

 

Fuentes: Sr. Germán Mota, Lic. César Augusto Rivero, Lic. Jesús Alirio Seijas, Revista Gaceta Hípica, Sr. Jesús Lozada.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 6 de abril de 2006

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