Anécdotas
Hípicas Venezolanas presenta | |||||
Eduardo
Azpúrua
Sosa | |||||
Por
Juan Macedo | |||||
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Es
el menor de los hermanos de la dinastía hípica de los Azpúrua. Nació
en la ciudad de Caracas el 17 de marzo del año 1939. Hijo de Don Manuel Azpúrua Alcántara y de
Doña Carlota Sosa de Azpúrua. La familia Azpúrua
poseía un Haras, el Shangri-La,
donde Eduardo vivió su infancia durante trece años e hizo contactos con
los puros de carreras, empezó a conocerlos y a encariñarse con ellos.
Contagiado por los éxitos continuos de sus padres como propietarios y de
sus hermanos Leopoldo y Manuel en el arte del
entrenamiento (el
primero en el Norte y el segundo aquí en Venezuela), decidió
incursionar en esta profesión. |
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Pero antes decidió hacerse Gentleman Rider en el Hipódromo Nacional El Paraíso. En el mundo del hipismo venezolano, el Gentleman Rider fue una figura muy conocida, era el jockey aficionado que no cobraba por montar en carreras de caballos. Su pasión era enorme, a pesar de sus distintas profesiones o actividades académicas siempre tenían tiempo para montar en los entrenamientos matutinos. Y como en otros hipismos alrededor del mundo, los jóvenes Gentlemen Rider luego se dedicaron a entrenar, tal como pasó con Eduardo. | |||||
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Ya
graduado de administrador comercial en la Universidad de Miami, inició el
aprendizaje de rigor obteniendo así su matrícula tras rendir brillante
examen. En el año 1963 se fue a la ciudad de Maracaibo en compañía de su
esposa Beatriz
Aranda de Azpúrua y sus tres hijos, donde pensaba
permanecer hasta sentirse lo suficientemente capaz como para competir en
la plaza de La Rinconada. Con un lote de purasangres que adquirió en La
Rinconada y apoyado con el Sr. Rondón
Bustillos (Stud La Chinita) inició su
carrera como entrenador en el Hipódromo de La
Limpia
logrando
su primer triunfo con Tarará (ese
día ganó 4 de 5 inscritos, con un segundo) y donde
cumplió dos campañas
con relativo buen éxito. En ese ambiente marabino logró adquirir los
conocimientos prácticos necesarios que en poco tiempo lo convirtieron en
un continuo ganador en aquella región, donde hizo muy buenas relaciones
debido a su honestidad y efectividad en su profesión. Incluso fue
presidente de la Unión de
Entrenadores del estado Zulia. | |||||
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Se
regresó a la ciudad de Caracas a finales del año 1964 que es cuando
comenzó su vida como cuidador de caballos logrando su primer triunfo
en el Hipódromo La Rinconada
el sábado 2
de enero de 1965
con su primer presentado, el caballo Litoral. Por su cuadra pasaron
exitosos ejemplares y comenzó con buen pie en esa misma temporada ya que
se ubicó entre los 20 mejores con 16 victorias, presentando siempre
menores efectivos que sus colegas con una efectividad muy alta, en un
debut que predestinó una carrera vertiginosa hacia el
estrellato. | |||||
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Los
años consiguientes siempre se mantuvo entre los 10 primeros, en 1966 logró
su primera victoria clásica, fue el 19 de abril con el argentino No Matter en
los | |||||
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Entre
los buenos ejemplares a los cuales hizo rendir al máximo estuvieron Toronado,
Scottish Dignity,
Canelo (uno de los grandes crack de las
pistas venezolanas, doblecoronado),
Chagrín, Arrecife, Gliss, El Peñón (doblecoronado),
Rainha De Saba, Rodas (ganador del Clásico Internacional
Juvenil del Caribe), Acapulco, Gatopardo, Tocorón,
Soroa, Jeremy, Barreta, Niquero, Fast Sinner,
Doble R, Naviero (ganador del Clásico Simón
Bolívar), Siboney,
pero su gran proeza la consiguió con El Corsario, un ejemplar criado
por el mismo Eduardo, llevándolo a conseguir la Triplecorona Nacional. Aunque reconoce que
Senador es el mejor caballo que ha entrenado “pocos caballos son tanta garra y
clase, capaz de ganar los 1200 metros del Clásico de los Sprinters y a los meses la milla y media del Clásico
Simón Bolívar. De no haberse lesionado prematuramente, habría dejado atrás
a muchos campeones que ha tenido nuestro
hipismo” |
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Luego
de varias campañas exitosas, obtuvo su primera estadística en el año
1976, donde fue capaz de mantener el margen que llevaba (a pesar que se fue de vacaciones
en el mes de diciembre) sobre su más cercano perseguidor, Raúl Payares, quien cayó
destronado luego de haberse adjudicado el campeonato en los dos años
anteriores. Esa estadística la logró haciendo dúo con Juan Vicente Tovar, quien se
estaba convirtiendo en “el jinete
del momento” y juntos fueron una pareja exitosa.
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Muchos
profesionales encontraron en Eduardo el apoyo certero sin mezquindades,
siempre gozó de la estima de muchos de sus compañeros de trabajo. Forjador
de nuevas figuras, a muchos de ellos los ayudó a proyectarse, tales
son los casos de Agustín Bezara
que se convirtió en un astro del entrenamiento. José Luis Vargas contó con su
apoyo para lograr la estadística de 1970. Otro a quien le tendió la mano
fue a Juan Vicente Tovar,
junto a él consiguió su primera diadema como
jinete. | |||||
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Eduardo
siempre estuvo sujeto a una gran responsabilidad a la hora de la buena
presentación de sus ejemplares en pruebas públicas. Si no, prueba de ello
era el número de ejemplares que presentaba que siempre resultó ser menor que los
de los demás, no porque le faltasen caballos para inscribirlos, sino
porque era un hombre muy comedido en su forma de conducirle la campaña a
sus efectivos. Por eso fue un profesional muy rendidor y su efectividad con un promedio
por temporada menor a 7 es realmente impresionante, lo
cual lo colocó entre los jerarcas de cualquier época en el hipismo
venezolano, comparable con la del marabino Guillermo Andrade, otros de los
grandes de la efectividad. Por ello a Eduardo se le conoció como el "Rey de la efectividad". Al igual
que su padre y su hermano Manuel, Don Eduardo experimentó en el campo de
la cría en Venezuela en el Haras
Shangri-La
con éxito, si no para muestra basta un botón: El Corsario, además de los
ganadores clásicos Acapulco y
Soroa. |
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La
última victoria clásica de Eduardo
Azpúrua Sosa fue
en el Clásico 19 de
Abril con el caballo Paik, su
último triunfo en carrera común fue con el caballo Distinguido (lo curioso es que ambos ejemplares
corrieron para los colores del Stud
Yon-Gry). En
agosto de 1978 dejó de cumplir campaña en Venezuela después de quince años
(2 en La Limpia y 13 en
La Rinconada) en el oficio del cuidado de purasangres en la
hípica venezolana, en doce de esas temporadas estuvo entre los diez
mejores, jamás dejando de figurar en el cuadro de honor, demostrando
ser grande entre los grandes, uno de los mejores de todos los tiempos.
Fueron 1024 contabilizadas en el Hipódromo La Rinconada, indicativo de su
calidad como entrenador. Entre ese millar de triunfos cuenta la cantidad
de 38 victorias en clásicos, además de otras 22 victorias de corte
selectivos entre las que cuenta las Pollas de
Criadores y Selección de Fedeharas | |||||
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Eduardo
continuó su vida profesional en los Estados Unidos donde realizó una pero
exitosa carrera como entrenador hasta el año 1994, totalizando 155
triunfos que incluyó el Pan American Handicap (Gr.1) con
Mi
Selecto, pero decidió establecerse en una finca de cría en
el estado de Florida, desde donde todavía está envuelto en el universo de
los pedigríes y la cría de caballos de carrera, aunque tuvo un regreso
inusual en el año 2004, donde ganó 4 veces con 15 presentados, su última
victoria fue el 4 de julio con K's Baby
en Colonial Downs. Eduardo hizo del Shangri-La Farm uno
de los pequeños centros de cría más reconocidos en Ocala. Para añadir
un premio más a toda una trayectoria hípica llena de éxitos, en el año
2007 se le otorgó el Premio Joe O’ Farrel
como “Criador del año
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Fuentes:
Revista Gaceta Hípica, Sr. José Luis D’Angelo
Durán, Libro “La Rinconada, cinco lustros”, www.azpuruastables.com | |||||
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Anécdotas
Hípicas Venezolanas,
jueves 25 de febrero de 2010 | |||||
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