Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Carlos Morales Salas

Por Juan Macedo

 

Uno de los entrenadores más carismáticos del hipismo venezolano es Carlos José Morales Salas, nació el 9 de octubre de 1963 en la ciudad de Caracas. Perteneciente a una familia netamente hípica, desde muy pequeño estuvo involucrado con los purasangres y se enamoró de su entorno, su padre Luis Morales Balestrazzi fue una leyenda del hipismo nacional. El deseo de sus padres era que fuera Médico Veterinario, pero sus calificaciones escolares no eran lo suficientemente buenas y no fue aceptado en la Universidad.

 

Así que fue hasta el Hipódromo La Rinconada a la cuadra de Manuel Medina, quien lo acobijó durante dos años mientras se preparaba en la Escuela de Entrenadores, aunque también estuvo con Antonio Bellardi y Reinaldo Hernández Rosal. Se graduó en la Promoción Rufos John en el año 1984 junto a Armando López García, Yanir Hurtado, Rubén Lanz, Gerardo Aguilera, Mauro Bellardi, Paolo Celauro, entre otros.

 

Ya con la matricula en su poder, la condición de las autoridades era que tenían que ejercer la profesión en el Hipódromo Nacional de Valencia. Inició con tres purasangres, pero la cuadra creció con rapidez y ese primer año tuvo un buen desempeño logrando 19 triunfos. En el año 1985 se transformó en el entrenador más joven en ganar una estadística en cualquiera de nuestros principales hipódromos nacionales, a la edad de 22 años ganó el Título de su especialidad en el óvalo de Cabriales.

 

A finales de octubre de 1986 su maestro Manuel Medina cumple sus últimos compromisos en Venezuela y le dejó la cuadra a Carlos Morales Salas, que de inmediato asumió el control de la misma y el sábado 2 de noviembre obtuvo su primer triunfo selectivo con el potro Real Madrid en el Clásico Antonio José de Sucre. Por cierto, a pasar de mudarse a la capital de la república, logró conservar la ventaja y ganar la estadística de 1986 en el Hipódromo Nacional de Valencia con 43 triunfos, superando apenas por uno a Mauro Bellardi.

 

 

En su paso por el óvalo de Coche, “El Niño Jesús” demostró gran habilidad en el entrenamiento de purasangres de carrera, en particular con aquellos que tenían características de velocistas, además tenía unas relaciones publicas excelentes, hizo crecer la cuadra que fue un ejemplo de organización, concebida como una empresa, que fue rápidamente mostrando sus frutos, a partir de 1990 logró una hegemonía total que duró cuatro años, su mejor año fue 1992 con un total de 140 victorias. Grandes corredores pasaron por su cuadra, destacando Ferd D’Fehr (doblecoronada), Sellador (Campeón dosañero), Star Moon (Campeona sprinter), Talita (doblecoronada), Fort Nassau (Campeón dosañero); Mantle (en la última parte de su campaña), Río Chamita, Tal Vez, Lady York, Azócar, Voyardo, McGwire, Miss Marinés y Otro Tío, además de un gran número de excelentes corredores.

 

 

Pero en particular Carlos recuerda mucho al caballo Termidor en el Clásico Fuerza Armada de 1992, lo ajusté en la mañana para correr en la tarde el clásico y le llamaron loco, el caballo ganó la carrera. Muchos aficionados recuerdan que ganaba con ejemplares que llevaban casquillos de hierro, como sucedió con River Minster.

 

 

Para inicios del año 1994 ya tenía planeado “mudarse” a Norteamérica, su último triunfo en el Hipódromo La Rinconada fue el 23 de enero con el ejemplar Acento. Logró un acumulado de 840 triunfos con 5604 presentados, una labor sin dudas admirable.

 

Fue el 8 de marzo de 1995 cuando "El Niño JesúsCarlos Morales Salas debutó como entrenador de purasangres de carrera en los Estados Unidos, fue con Amazing Daughter que no figuró en el marcador, pero el 31 de marzo con su tercer presentado Valid Coup logró su primera victoria, con el mismo purasangre participó en su primera selectiva, el Bahamas Stakes, figurando quinto. Ese año totalizó 23 triunfos.

 

No fue hasta 1997 cuando ganó su primer stakes en la tierra del Tío Sam, fue con el criollo Templado en el Deputy Minister Handicap. En ese año logró ganar la estadística en el meeting de Tropical en el Hipódromo de Calder, de esta manera logró ser el primer entrenador venezolano en lograr ganar una estadística en algún hipódromo norteamericano. Aunque su mejor año fue 1999 cuando logró 53 triunfos y acumuló en premios para sus propietarios la cantidad de US$1,145,323. Triunfó en el Metropolitan Handicap de 2000 (Gr.1) y Westchester Handicap de 2000 (Gr.3) con Yankee Victor en Belmont Park; el Fall Highweight Handicap de 2002 (Gr.3) con True Direction en Aqueduct. Para el año 2004 decide retirarse de la profesión, su última victoria fue el 26 de octubre con Heavy Waters y el 3 de noviembre presentó a Benita, que fue su última presentada. Fueron 265 victorias con un total de 1698 presentados.

 

 

Luego Carlos Morales Salas se diversificó, se transformó en un “todero” del hipismo en Ocala, el segundo lugar más importante después de Kentucky. Ocala es un buen lugar para entrenar en el invierno, ya que las pistas no se congelan. La gente manda casi todos los caballos a domar allá, por lo que resulta un punto estratégico para lo que hace. Allí tiene un haras con su socio y asesor financiero Joseph Appelbaum donde compra potros recién nacidos, los doma sus potros, después puede tomar las diferentes opciones: los vende como yearling, los guarda para venderlo como dosañero o los guardas para correrlo, actividad que se le conoce como Pinhooking, que requiere de planificación, fuerza financiera y arduo trabajo de investigación de pedigree, además de la inspección y examen físico correspondiente (un descuido o error en cualquiera de estas variables podría dar al traste con la intención principal del negocio, el cual es ganar dinero en la reventa). Pero Carlos Morales lo ven recorriendo las caballerizas de Keeneland y Fasig-Tipton en busca del caballo clásico, con bolígrafo en mano tomando nota; como buen horseman no confía sino en sus notas.

 

 

De esa actividad hay una anécdota: En las subastas selectas de Fasig-Tipton del 2006 Carlos y su socio coincidieron en la calidad de la potranca catalogada con el número 375, la hija de Palangana (His Majesty en madre por Northern Dancer), el padrillo era el ganador del Kentucky Derby y del Florida Derby Monarchos (Maria’s Mom). El dúo pagó por la potranca US$150,000, lo cual era un precio alto por una hija de este padrillo que no había mostrado la brillantez que se esperaba. Una vez en la finca de Ocala la potranca, bajo el cuido de Carlos floreció mental y físicamente, constituyéndose en un poderoso atleta de llamativo desarrollo muscular. Fue presentada por Off the Hook en las ventas de mayo del 2007 en Maryland donde briseó 400 metros en 22” exactos, la forma en que lo hizo deslumbraron los ojos de los compradores expertos quienes lucharon por la adjudicación, la cual llegó a US$320,000, el mejor precio de la subasta. La potranca llamada a la postre Informed Decisión llegó a la cuadra de Jonathan Shepard, a los 3 años ya era ganadora clásica. En el 2009 se convirtió en una especialista en pista sintética ganando 7 clásicos, culminando su campaña con un triunfo contundente en la Breeders’ Cup Sprint Yeguas. Así Carlos Morales es el primer venezolano en escoger un yearling, entrenarlo, venderlo y que gane una Breeders Cup.

 

Como propietario tuvo caballos de la clase de Turbo Compressor (ganador del United Nations Stakes (Gr.1) en Monmouth Park) y Pashito The Che. Además, asesora a mucha gente de Venezuela para que tengan caballos en la Florida, es un “Manager” de propietarios de caballos; es decir, la calidad de entrenadores para cada caballo. Cuando hay ejemplares de menor calidad, sugiere ir a otros hipódromos, y cuando hay buenos, busca las cuadras de los mejores como Todd Pletcher y Bob Baffert, por ejemplo. Carlos Morales se ha especializado en muchas cosas, tales como el herraje y cómo desarrollar potros en la doma. Tiene su familia con su esposa y sus tres hijos. Trabaja hasta la una de la tarde con sus caballos. Después lo dedica a sus hijos en todas sus actividades. Siempre queda la interrogante de que si volverá a entrenar y su respuesta es “si me gustaría como hobbie, por ahora, no lo veo como una posibilidad. Pero cada vez que entro a un hipódromo me dan ganas de entrenar, pero creo que por ahora no. Hay que trabajar duro para ser un buen entrenador. Al menos que tengas un hijo o un asistente bueno para suplir tus funciones, como suele pasar en Estados Unidos”.

 

Fuentes: www.equibase.com, Diario Líder, Diario Meridiano, Revista Gaceta Hípica, Sr. Jaime Casas A, Courtney Sloan (foto)

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, sábado 31 de julio de 2021

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