Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Shazam

(Ven, 1965, Gradisco en Rare Gem por Beau Gem)

Por Juan Macedo

 

El nombre Shazam, sinónimo de poder y rapidez en el mundo de los cómics, encontró su perfecto equivalente en el mundo hípico venezolano que no defraudó las expectativas resonando con fuerza en las pistas. Este ejemplar, hijo del legendario triplecoronado Gradisco, se convirtió en una de las estrellas más brillantes de su generación. Nacido en el Haras San Pablo en el año 1965, el alazán Shazam poseía una genética de campeones heredando la nobleza y el talento de su padre que había marcado una época en el turf nacional, su madre, Rare Gem, transmitía una línea de sangre de gran calidad. Adquirido por el Stud Los Caballeros de los Sres. Ramón Eustoquio Jiménez, Robert Thomson y Fred Shaya, tuvo todas las condiciones para desarrollar su potencial.

 

Bajo el entrenamiento del panameño y ex jinete Vicente Alemán, debutó en el Hipódromo La Rinconada el 7 de enero de 1968 con la monta de Hernán Rengifo en recorrido de 1100 metros perdiendo una increíble ante Aguasay. Tres semanas después “rompió el celofán” al desprenderse desde los 300 metros finales y concluir ganando con mucha facilidad, 4 cuerpos sobre Don Tuto, agenciando 67”2 para los 1100 metros.

 

En terminante demostración, el 3 de febrero ganó por segunda vez al hilo, esta vez partió un poco mal, pero a los 400 metros de carrera ya estaba bien colocado y antes de los 600 metros finales dominó para terminar luego con buena ventaja de 1 ¾ cuerpos sobre Tranquilo, parando el teletimer en 74”3 para los seis furlones. Luego figuró cuarto a 4 ½ cuerpos de Alguacil y una semana después fracasó inesperadamente, llegando lejos de Boldisco. El 14 de marzo, con Guillermo Gavidia en su cabalgadura, comenzó a desprenderse a partir de los 400 metros finales y concluyó ganando fácilmente con ventaja de 3 cuerpos sobre Delnú, con lo cual se desquitó de sus dos anteriores derrotas y esta vez dejó constancia de superioridad, recorriendo los 1300 metros en 81”1.

 

Trece días después partió mal y aunque pasó a dominar en los 400 metros finales, le faltó energía en los finales y cedió, quedando tercero a 1 ¼ cuerpos de Granizo. El 14 de abril con la monta de Balsamino Moreira controló al puntero Agadir y en los 600 metros finales se adueñó del comando para derrotar a Don Tuto con 2 cuerpos de ventaja y tiempo de 66”2 para el recorrido de los 1100 metros. Luego de un breve receso de cinco semanas reapareció ganancioso cruzando el disco en ganancia con ventaja de 2 ½ cuerpos sobre Alguacil dejando registro de 79”2 para los 1300 metros. Desde sus primeras presentaciones en las pistas, Shazam demostró un talento innato para la velocidad y un gran corazón. Sus victorias fueron contundentes, dejando claro que estaba destinado a grandes cosas.

 

Shazam tuvo un “slump” de seis derrotas, incluyendo un sexto a 13 cuerpos de Pimentón en la Copa Antonio Cuadrado, hasta que el 4 de agosto con Balsamino Moreira surgió entre los primeros desde la partida y a la altura de los 800 metros ya estaba en pos del veloz Normay, al cual desplazó antes de los 400 metros finales para desprenderse y ganar fácilmente con ventaja de 5 cuerpos sobre Moucasin cronometrando 79” flat para los 1300 metros. Ese fue el inicio de una racha deslumbrante de triunfos que resumiré a continuación.

 

El 17 de agosto Shazam repitió su triunfo anterior ganando con facilidad, superó por 4 ½ cuerpos a Laurel, al cual liquidó desde los 300 metros finales (después que éste enseñó el camino desde la partida) agenciando 79”2 para los 1300 metros. Ocho días después con el entonces aprendiz Luis E. Márquez logró un fácil triunfo de 1 ¾ cuerpos sobre Comisario parando los relojes en 86” exactos para los siete furlones. Corriendo seguido y regresando Balsamino Moreira a su cabalgadura volvió a ganar, esta vez terminó con ventaja de 5 cuerpos sobre Gran Tinto y crono de 99”1. El 22 de septiembre surgió desde la partida en persecución de Haydeé, pasó a ganar a la altura de los 400 metros finales y en adelante no tuvo ningún problema para ganar, traspuso la meta con 7 cuerpos de ventaja sobre Cuyuni Jr. registrando 78”2 para los 1300 metros. Tres semanas después conquistó otra importante victoria, la sexta seguida y la numero once de su campaña, aventajando por ½ cuerpo a Cardinal logrando dejar crono de 101”1 para la clásica milla. Shazam se caracterizó por un estilo de carrera explosivo. Su salida rápida y su poderoso remate lo convirtió en un rival prácticamente invencible en las distancias cortas y medias. Cerró el año con dos figuraciones decorosas.

 

Luego de un breve y merecido descanso, el 1 de febrero de 1969 Shazam reapareció en gran forma, luchó el comando con Boldisco desde la partida hasta los últimos 200 metros y logró desprenderse para imponerse por 4 cuerpos sobre El Tordo, agenciando 72”1 para los seis furlones. Luego de figurar quinto a 5 cuerpos de Pospasó, el 9 de marzo con la monta de Milton Barra confirmó superioridad ganando fácilmente los 1200 metros del Trofeo Día del Médico, a pesar de conceder ventajas a todos sus rivales, ya que corrió con 57 kilos a cuestas, con ventaja de 3 cuerpos sobre El Galeón y crono de 72”1 para el recorrido.

 

Shazam corrió cinco veces ante el máximo lote para criollos sin saborear las mieles del triunfo, corriendo con el top hándicap. Para “evadir” el exceso de plomo, fue inscrito para correr ante el lote de importados de la novena serie con la monta de Balsamino Moreira, logrando retomar la senda del triunfo de forma contundente, 8 largos de ventaja sobre Rejón y registro de 85”4 para los 1400 metros. Regresó al máximo lote común para criollo donde conquisto otra victoria a pesar del alto hándicap, esta vez a expensas de Alguacil que le escoltó a 3 ¾ cuerpos, recorriendo los seis furlones en 72”3.

 

Luego de figurar en el segundo lugar apenas a ½ cuerpo del argentino Segurón, el 19 de octubre con la monta de Nerio Enrique Atencio agenció record de pista para criollos de 76”2 en recorrido de los 1300 metros, quedando a 3 quintos del record para los importados, que en ese momento estaba en poder del inglés Drake’s Shanty. La uruguaya Corali hizo el segundo a 4 cuerpos de diferencia. Corrió cuatro veces más ante los importados de la sexta y séptima serie sin lograr obtener nuevamente el triunfo, pero haciéndolo decorosamente ante corredores de la talla de Fox, Indiscreto, Vithol y Batumi.

 

Lamentablemente una lesión en una de sus manos lo sacó abruptamente del ruedo capitalino. En julio de 1970 intentó la reaparecida ante los importados de la sexta serie, pero el resultado fue decepcionante, siendo esta la última vez que se le vio en pruebas públicas en La Rinconada.

 

 

 

Shazam se destacó principalmente en las distancias cortas y medias, demostrando una aceleración explosiva que lo llevó al máximo lote y luego enfrentar exitosamente a los importados. Su estilo de carrera, caracterizado por una salida rápida y un remate fulminante, lo hizo prácticamente invencible en su especialidad. Con un pedigree de campeones, las expectativas eran altas y no decepcionó. Acumuló un impresionante palmarés, conquistando 16 triunfos en un total de 40 actuaciones, además de 7 segundos, 4 terceros, 2 cuartos y 4 quintos acumulando en premios la cantidad de Bs. 409.785, dejando su huella en la historia del hipismo venezolano a pesar de que su campaña la cumplió prácticamente en el lote común. Shazam, el relámpago de las pistas venezolanas, un ejemplo de velocidad, fuerza y determinación.

 

Fuentes: Apuntes personales, Sr. Juan Luis Orta, Sr. Manuel Corral, Revista Gaceta Hípica.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, sábado 30 de noviembre de 2024

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