Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Río Chamita

(Ven, 1988, Sawbones en Nautimoza por Senador)

Por Juan Macedo

 

El hipismo está lleno de historias muy particulares; esperadas o predecibles algunas, con tintes dramáticos o simpáticos otras, increíbles o insospe­chadas las restantes. Y ésta historia que nos vamos a referir en esta ocasión está dedicada al mejor caballo que haya salido de Ciudad Bolívar, siempre considerada en el mundo del turf venezolano como la "cenicienta", que en la década de los noventa enarboló en lo más alto del mástil de la “Meca" del hipismo en Venezuela la bandera de la supremacía y la calidad, por intermedio de su hijo, el valiente alazán Río Chamita, campeón guayanés a los dos años, campeón de la velocidad en el país.

 

Al Haras Chaparral, arribó un buen día, una yegua llamada Nautimoza. Esta corredora venía proce­dente del Haras La Pradera, hasta donde llegó el asesor Jorge Camejo, para comprarla con el fin de incorporarla como vientre... lejos estaban de imagi­nar estos actores en la obra que iban a estar involucrados. Nautimoza llegó preñada y al tiempo parió una potranca muy frágil, pero igual de veloz que se llamó The Black Queen, potranca que a los dos años resultó campeona en Ciudad Bolívar y posteriormente fue llevada a Valencia, donde se fracturó en segunda salida al óvalo del Cabriales.

 

Contentos con el resultado que había dado como vientre Nautimoza, los Nuccio deciden cruzarla con el padrillo Sawbones, un ejemplar que no fue ningún crack, pero que tenía velocidad. Ese patrón reunió entonces a dos grandes abuelos como White Face, un campeón probado y al ganador del Simón Bolívar Senador, lo que constituía un notable pedigree de fondo. De ese apareamiento nació Despressian Coll, que por cierto fue también campeón a los dos años en Ciudad Bolivar, aunque lamentablemente murió un año después, pero dejándole a su criador, la certeza de tener los padres adecuados para un gran caballo.... y al final tuvo toda la razón.

 

Una vez más Sawbones y Nautimoza se aparearon y el resultado fue un potrillo alazán que nació el 21 de enero de 1988, de estupenda conforma­ción física, que poco a poco se fue convirtiendo en el centro de atención del Haras y por consiguiente, en el líder de la juvenil potrillada del establecimiento, cuando estos galo­paban juntos por los potreros. El Sr. Nuccio, orgulloso, le llamaba "El Ministro", porque se veía majestuo­so al lado de los demás. Tenía porte de caballo bueno, por eso le tenía una fe ciega.

 

El alazán, que se alimentó en base a un producto muy balanceado llamado Fanagram, comenzó a recibir elogios. Desde Caracas se aparecieron algunos hipicos reconocidos, incluso Do­mingo Noguera Mora, para ver la potrillada y todos coincidieron en que el potrillo denominado "El Ministro" era el más atractivo, pero ninguno se arriesgó a poner dinero en ese caballo nacido en un lugar que nunca había dado nada.

 

El potrillo fue tomando alzada y kilos, tornándose muy parecido a un caballo que estaba haciendo "caída y mesa limpia" en el Municipal de Ciudad Bolívar llamado Río Chama, casualmente co-propiedad de Saro Nuccio y el extrovertido Teodoro Zissimos, y creyendo que era una señal más de que iba a ser un campeón. A partir de ese instante lo llamaron Río Chamita.

 

Río Chamita entró a los boxes del hipódromo de Ciudad Bolívar en el año 90, a la cuadra de Víctor García. Una vez allí, entre el peón "Pantera", el aprendiz Harvey Figueredo y Saro Nuccio procedieron a amansarlo y posteriormente a traquearlo con miras al debut, que se produjo el primero de mayo en 800 metros, con la monta de Gonzalo Sánchez, ese día, bajo un torrencial aguacero, el potro, un poco pesado, entró quinto de Grey Mati entre ocho animales. Su siguiente salida se produjo el 6 de mayo en la misma distancia y con la misma monta entre siete potrillos, para un modesto quinto lugar, detrás de Gobern Mati.

 

Ese par de fracasos hicieron pensar a Saro Nuccio, y por ello fue a la cuadra a revisarlo minuciosamente, descubriéndole que tenía cañeras. De inmediato se le puso tratamiento y un descanso forzado por un mes. El 24 de junio reapareció con la monta de Figueredo en un kilómetro y luego de un violento cabeceo en los primeros metros con Miss Kiss, se desprendió para ganar su primera prueba. Su siguiente actuación ocurre el 15 de julio en 1100 metros y liquidó de nuevo a Miss Kiss, con Harvey Figueredo en sus lomos, para después caer derrotado por Salguerina a nariz con 54 kilos en 1100 metros y Figueredo encima, el 29 de julio.

 

El 12 de agosto acudió a su prueba de fuego, en el primer peldaño de la Triple Corona Guayanesa, Clásico Han-Bri, donde se perdió desde el segundo con Grey Mati en 1200 metros, con 55 kilos y su jinete habitual; no obstante, el potro encuentró la ruta ganadora y no se apartó de ella desde su siguiente compromiso el 26 de agosto hasta el 25 de noviembre, período en el cual sale victorioso en siete ocasiones seguidas, incluyendo el Clásico Rancho Lin­do, segundo de la Triple Corona Guayanesa en 1400 metros y con 56 kilos, con la monta de Figueredo, quien estuvo seis veces en su silla en ese lapso. Río Chamita se despidió de Ciudad Bolívar que lo vio nacer con un segundo a nariz de Matasanos, corriendo ya contra los caballos maduros, en tiro de una milla, el 2 de diciembre.

 

La segunda quincena de diciembre del mismo año, Río Chamita ingresó a la cuadra de Carlos Morales Salas en el Hipódromo La Rinconada, con su título de Campeón Dosañero en Ciudad Bolívar, que fue ignorado por el propio trainer y sus allega­dos. Y llegó el día del debut en el óvalo de Coche. El potro salió mal por el puesto de pista uno en 1200 metros, pero al final se recuperó y ocupó el tercer lugar detrás de Hidal­go, con la monta de Ramón Eduardo Ibarra el 12 de enero del 91, lo que fue considerado como un buen augurio por todos los de la cuadra.

 

La siguiente salida es en 1200 metros en una tercera válida en enero, pero el alazán no pudo con Subversivo que lo derrotó, pese a los esfuerzos de Ramón Eduardo Ibarra. Llegó la primera victoria y es de la mano de Juan Vicente Tovar el 10 de febrero en 1200 metros, derrotando a Don Intenso con buen margen, para después pasar por algunos problemas de valores sanguíneos que lo tienen 10 carreras sin poder tomarse la foto a colores. No obstante y más allá de las preocupaciones que empiezan a surgir alrededor del animal, a quien incluso llegó a extirpársele un testículo, el 15 de junio con Ramón Filgueira para lograr su segunda victoria con ventaja de 9 cuerpos sobre Trooper agenciando 70"4 para los 1200 metros. 

 

A partir de ese momento, Río Chamita pareció transfor­marse, tomó la estampa de campeón a la cual hacía referencia su criador. Luego de entrar segundo de Warlike, salió dos veces a la cancha en julio para batir a D'Sancho en 1400 metros con Ramón Eduardo Ibarra y luego a Germán Jr con el mismo jockey, pero en 1200 metros, dando la impresión de que alcanzaría en breve los mejores lotes. Justamente pensando en eso, el animal fue inscrito en una milla primero y en largo después para entrar segundo en los 1600 m y de paso hacerse millonario, aunque fracasó en la larga.

 

De nuevo en su distancia, en el mes de septiembre, el hijo de Sawbones respondió ganando el 7 de ese mes la Copa Agustín Avellaneda 4 ¼ cuerpos sobre Triny Tron con Rafael Bravo Gómez en la silla y agenciando 72”2 para los 1200 metros, competencia que lo dejó listo para intentar la hazaña de ganar el Clásico de los Sprinters la semana siguiente, hecho que concretó en gran forma 2 ¾ cuerpos sobre Montuno, agenciando 72” para los 1200 metros y consagrándose como el gran caballo que siempre creyó su criador.

 

 

A partir de allí y corriendo con alto handicap, el noble nieto de White Face y Senador ganó por tercera vez seguida el 28 de septiembre, luego cayó desde el segundo a 3 ¼ cuerpos ante Black Force en la Copa Germán Rodríguez Roye con atenuantes, se desquitó del mismo zaino ganando el 10 de noviembre en gran forma el Clásico Burlesco en 1400 metros con 57 kilos de handicap y agenciando 84”2. Fue inscrito -por insistencia de su propietario- en los 1800 metros del Clásico Jockey Club de Venezuela, pues Carlos Morales pensaba que sin Bravo Gómez en la silla y en esa distancia, no iba a poder hacer una buena carrera. ¿El resultado con Argenis Rosillo?, no pudo ser mejor; segundo a 2 cuerpos de Tal Vez, carrera que le permitió un cupo como representante de Venezuela en el Clásico del Caribe.

 

 

 

La delegación de Venezuela no despertaba ese año grandes expectativas. Río Chamita y Landrea acudían a la magna cita caribeña sin muchas pretensiones. Los panameños estaban seguros de llevarse el premio con un ejemplar que venía de adjudicarse la Triple Corona en su país, Charlie. Por su parte, Puerto Rico mantenía gran optimismo con Vuelve Candy B, el más clasificado de los tresañeros en esa temporada, y para muchos aficionados el mejor caballo boricua de los últimos años.

 

Ante estas credenciales, Venezuela sólo esperaba pescar en río revuelto. Tal vez, una mala partida de los favoritos, un pillón en algún tramo de la carrera, o algo parecido que pudiera dejar, sin efecto, el chance teórico de los mencionados rivales. A medida que se acercaba la carrera, el ambiente de emotividad en el hipódromo de Canóvanas crecía aceleradamente. Pero el destino tenía algo reservado para aquel potro nacido en un haras cercano a Ciudad Bolívar, se disponía a cumplir la gran carrera de su vida.

 

El guayanés con gran velocidad se apoderó de la punta conducido por Rafael Bravo Gómez, neutralizó al panameño Charlie en los 800 finales, el cual fue incapaz de seguir el tren arrollador impuesto por el pupilo de Carlos Morales y cuando se aproximaban a la última curva, ya traía una considerable ventaja, superior a los seis cuerpos. Desde el fondo comenzaban a movilizarse el local Vuelve Candy B y Landrea con la monta del internacional José Leonardo Verenzuela, pero la recta final, Río Chamita consolidaba su victoria de manera holgada sobre la rendidora Landrea, dándole a Venezuela un significativo One-Two que muy poca gente esperaba. Vuelve Candy B, el ídolo de Puerto Rico, lograba un aceptable tercer lugar, conducido por J. A. García. Dejó registro de 112"3 para la distancia de 1800 mts.

 

Apenas Río Chamita cruzó la raya en ganancia, varios miembros de la delegación guayanesa se abrazaron fuertemente en señal de júbilo e recibieron al flamante vencedor. Todo fue alegría, abrazos y felicitaciones. La cría guayanesa recibía el mejor premio de su historia: el título de Campeón del Caribe. "Aly Khan" Virgilio Decán, en su impecable narración, coronaba al final de su transmisión con esta frase “Río Chamita, el potro nacido en Ciudad Bolívar, en el haras Chaparral, es el ganador del Clásico Internacional del Caribe”

 

 

Pero a mediados de semana ya la noticia se difundía por todo el país: “Descalificados Río Chamita y Landrea por presunto uso de substáncias prohibidas”. El premio para los ejemplares venezolanos quedó congelado mientras se realizaban las averiguaciones pertinentes. El caso se ventiló ante los tribunales de la isla y tardó varios meses hasta que el veredicto final les fue adverso. Se trató de explicar ante las autoridades boricuas que las trazas de lásix y butazolidina aparecidas en las muestras toxicológicas eran producto del tratamiento que los representantes criollos llevaban en La Rinconada, jamás para modificar su comportamiento en la carrera como tal. No obstante, la decisión terminó de “echar por tierra” nuestras ilusiones. Lo que al principio pareció un sueño de hadas”, terminó convirtiéndose en una horrible pesadilla. Sin embargo, lo que nadie nos podrá arrebatar fueron los inolvidables momentos vividos al ver a este aventurero guayanés que tuvo la osadía de enfrentarse a los mejores caballos del área del Caribe, a los cuales derrotó en gallarda lid. Y aunque su título de Campeón del Caribe no aparece registrado en el historial de este clásico, Río Chamita demostró en la pista de El Nuevo Comandante que fue el monarca absoluto en esa temporada de 1991. En Venezuela logró coronarse como Campeón Sprinter.

 

Río Chamita, luego de un merecido descanso, continuó campaña en el óvalo caraqueño destacando con excelentes figuraciones selectivas, como los terceros lugar logrados, primero el 25 de julio de 1992 con Douglas Valiente a pescuezo de Black Force y Raquetón en los 1400 metros de la Copa Agustín Avellaneda, y luego el 2 de agosto con Roger Rengifo a un cuerpo de Stillwater y Termidor en la milla del Clásico Fuerzas Armadas de Cooperación.

 

Y reverdeció laureles el 23 de agosto cuando logró triunfar por segunda vez consecutiva en el Clásico de los Sprinters, esta vez con Douglas Valiente y por medio cuerpo a Star Sham y Black Force, agenciando 72” para los seis furlones, en una corta pero sensacional atropellada. A la semana participó en la milla de la Copa Estudio Hípico donde figuró segundo a 4 cuerpos de Tal Vez y luego el 12 de septiembre perdió dramáticamente a cabeza de Steve en los 1600 metros de la Copa Cañonero, siempre con la monta de Douglas Valiente.

 

 

Saro Nuccio decidió traerlo a la tierra que lo vio nacer para complacer a los fanáticos guayaneses que querían ver correr a su campeón en la carrera que se hacia en homenaje a un gran guayanés como lo es Virgilio Decán, y el 12 de octubre les dio un revolcón a sus adversarios con Douglas Valiente inmenso sobre sus lomos, dejando en el segundo a Collar Mati que perdió su invicto de 12 actuaciones con la conducción de un  aprendiz llamado Rigo Sarmiento y el tercero Mr. Yiyo con la monta de José Leonardo Verenzuela. Se calculó que más de 18 mil aficionados presenciaron esa carrera. El público invadió, aparte de las tribunas, el óvalo interno, los estacionamientos y el área de las caballerizas.

 

Ya con cinco años, Río Chamita regresó a La Rinconada y se mantiene bregando en el lote máximo, enfrentando a los mejores sin deslucir en ningún momento. Aunque durante ese año 1993 no logró ningún triunfo selectivo, destacó con algunas buenas figuraciones como aquel segundo logrado el 30 de abril con Douglas Valiente a 5 ½ cuerpos de Islandic en la Copa Gaceta Hípica, el 7 de agosto con Rafael Bravo Gómez figuró segundo a 2 ½ cuerpos de Vayola en los 1300 metros de la Copa Estudio Hípico, intentó por tercera vez hacerse suyo el Clásico de los Sprinters pero simplemente no pudo al quedar cuarto muy cerca de Racrif; y el 3 de octubre con Roger Rengifo obtuvo un meritorio tercer lugar a 2 ¾ cuerpos de Trampolín y Celebration en el Clásico Burlesco.

 

Inició Río Chamita el año 1994 demostrando su calidad corredora, ya que el 15 de enero se anexó la Copa Leopoldo Márquez por medio cuerpo agenciando 71”1 para los 1200 metros con la monta de Douglas Valiente. Pero inició una seguidillas de derrotas, sin deslucir, y Carlos Morales (desde USA) sugirió a su propietario participar en la milla y media del Clásico Batalla de Carabobo en el Hipódromo de Valencia ya bajo el entrenamiento de Juan Carlos Ávila (quien se hizo cargo de la cuadra de “El Niño Jesús”), donde con la monta de Richard Ibarra realizó una gran carrera para caer dignamente tercero a 1 ¾ cuerpos de Extranjero y Bet On Lucy (este último ganador oficial). 

 

Cuenta el Sr. Saro Nuccio que Carlos Morales lo convenció para seguir campaña en Valencia (idea que no agradó mucho por que lo quería traer para la reproducción en su Haras Chaparral) y le recomendó que buscara los servicios de Alessandro Di Sante, con quien logró su último triunfo, el 10 de noviembre, en el Clásico Ciudad de Valencia con ventaja de pescuezo a Pabellón y Apretao, con la monta de Franklin González, agenciando 71”4 para los 1200 metros. Un mes después, en diciembre de 1994 el Sr. Saro Nuccio se enteró por medio de terceros que Río Chamita sufrió un severo cólico que ocasionó su muerte, algo que nunca le disculpará a Di Sante por no informarle personalmente acerca de su caballo.

 

 

De esa manera llegó el triste final de un gran campeón, capaz de batallas titánicas, un noble ejemplar que corría donde lo pusieran: fue capaz de ganar corriendo de atrás, colocado y en la punta. Completó una campaña en los hipódromos adscritos al INH de 70 salidas a la pista en los cuales 14 veces logró el triunfo, además de 14 segundos, 10 terceros, 10 cuartos y 10 quintos, acumulando en premios Bs. 9.555.595. Para los hípicos guayaneses, el hijo de Sawbones representa el ejemplar que ha puesto en el sitial más elevado el prestigio de la cría en la región bolivarense.

 

Fuentes: www.anecdotashipicas.com, Ing. Juan Macedo (apuntes personales), Diario El Bolivarense, Sr. Roque Cividanes, Sr. Trino Pulido B., Ing. José Tollinchi, Sr. Saro Nuccio P., Sr. Jaime Casas A., Sr. Jorge Roa P., Sr. Ramón E. Filgueira.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 31 de enero de 2008

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