Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Jib Dancer

(Ven, 1994, Classical Dancer en Marimoni por Bold Noordeen)

Por Juan Macedo

 

Ser un propietario de un pura sangre para muchos es simplemente una diversión, hobby o inversión. Pero para José Francisco Blanco, esto significa un sueño y una gran satisfacción. Todo comenzó en las subastas de 1986 del Haras Monumental, donde entusiasmó a su amigo Luis Eduardo Hernández a comprar a una hija de Bold Noordeen, que costó Bs. 240.000, asesorados por el M.V. José Miguel Yllesca. Registrada como Marimoni fue una yegua muy adolorida de las rodillas, y por eso tuvo una corta campaña de 12 actuaciones, ganó una carrera en La Rinconada y dos en Valencia. El médico veterinario Julio Rodríguez le recomendó que Marimoni fuese llevada a la cría.

 

Doña María Esperanza Miglietti aceptó tener a la yegua alojada en su Haras Monumental, a pesar de que su estado físico era deplorable. Doña María hizo un gran trabajo al recuperarla. Primero fue cruzada con Sure Turn y tuvo morochos; My Turn, el que corrió, tuvo pocas figuraciones, pues el otro murió. Luego vino un hijo por Soy Roberto y cuando weanling se murió. A la tercera va la vencida: el 14 de febrero de 1994 nació un hermoso castaño por Classical Dancer que decidieron llamar Jib Dancer. Con las iniciales del nieto de José Francisco, José Ignacio Blanco, viene el Jib. El Dancer es por el padre del caballo.

 

 

Debutó como dosañero el 23 de noviembre bajo el cuidado de Francisco D'Angelo sin llegar a figurar, sexto a 8 cuerpos de Mister Byron. Fue mudado a la cuadra del entrenador Julio Ayala Coronil, este castaño fue cuidado por el peón Rafael Manzanilla, domado y trabajado por el traqueador Alfredo Russo, además de tener los servicios del herrero Pedro Fuentes y los capataces Harrison Medina y Eval Dasta. A su cargo también estaba la médico veterinario Andreína Basso, quien describió a Jib Dancer como un caballo con un genio loco, mordelón y muy indócil. Tuvo una dieta en base de vitamina B-1 para que no se agotara, pues al ser nervioso sudaba mucho y se cansaba. Esto iba en detrimento de un mejor desempeño en carrera. Además mañoso para comer, pues tenía que hacerlo con la puerta del puesto abierta y el peón Manzanilla vigilar que se alimente completo. Pues, si se le cierra la puerta no come casi nada.

 

Su primera actuación a los tres años fue el 16 de febrero de 1997 y logró su primera victoria con la monta de J. J. Castellano a expensas de Saberhagen que quedó segundo a 3 cuerpos, agenciando 98"4 para la milla. A partir de allí comenzó a destacar, a medida que su entrenador Julio Ayala lo va llevando a correr carreras de mayor metraje, incluso anexándose el 20 de abril de 1997 la Copa Millard Ziadie con la monta de Carlos Andrés Olivero, aventajando a Mister Byron con 4 cuerpos y medio y dejando crono de 113"4 para los nueve furlones.

 

 

Ya en plena triple corona, el 18 de mayo participó en la milla del Clásico José Antonio Páez, donde logró un meritorio tercer lugar a cuatro cuerpos de Alighieri y Scott Gordon. El 8 de junio de 1997 en el Clásico Ministerio de Agricultura y Cría figuró nuevamente tercero, pero en carrera nada convincente, a once cuerpos de Scott Gordon y Alighieri. En decepcionante actuación, el hijo de Classical Dancer llegó sexto y último a quince cuerpos de Scott Gordon en el Clásico República de Venezuela. Pero el 10 de agosto, el díscolo Jib Dancer se recuperó de manera impresionante y con la monta de Luis E. Chacón implantó nuevo récord de pista para los 1900 metros en 116”4, destronando así la marca impuesta por Panforte de 117”1 con casi 15 años de antigüedad. Luego logró un triunfo contundente a expensas de Jorge D. Fue inscrito en los 2400 metros de la Copa de Oro y a pesar de un fuerte tropiezo en los 900 metros finales, Jib Dancer logró figurar cuarto de El Gran Sol.

 

 

El 5 de octubre, todo parecía indicar que Alighieri con Rafael Torrealba resultaría el vencedor del Clásico Cría Nacional por la sólida ventaja de tres cuerpos que traía en plena recta final, pero comenzó a dar muestras de indocilidad y se cargó violentamente hacia afuera faltando 100 metros para la raya, lo que aprovechó Ángel Alciro Castillo sobre Jib Dancer, para mandar y pegar, logrando liquidar en plena sentencia por margen de medio cuerpo a su favor, con estupendo registro de 123''1 para los dos kilómetros.

 

 

El 26 de octubre Jib Dancer se impuso claramente en el Clásico Simón Bolívar.  Con casi 7 cuerpos de ventaja llegó a la meta escoltado por el caballo Pedernal, y de esta forma su entrenador Julio Ayala logró el uno-dos en la carrera más importante del país. La prueba se disputó sobre una pista fangosa, pero Jib Dancer marcó un tiempo final de 153”3 con la monta de Ángel A. Castillo. Su co-propietario José Francisco Blanco exclamó emocionado “Pasé casi una década para ganar el Simón Bolívar, y con el tercer producto de Marimoni me saqué la lotería, ganamos el Simón Bolívar con el mejor caballo, el mejor entrenador y el mejor jinete”.

 

 

 

Reapareció el 29 de noviembre en el Clásico Jockey Club de Venezuela corrido en distancia de 1.800 metros, pero apenas pudo culminar sexto detrás de Pedernal, básicamente debido a que se fue de manos en la partida. De todas maneras fue inscrito en el Clásico Internacional del Caribe donde originalmente cruzó la meta en el tercer lugar detrás de Alighieri y Lomaxti, este último descalificado pasando el nieto de Bold Noordeen al segundo lugar. Todos estos méritos fueron suficientes para obtener los títulos de Campeón Tresañero y Caballo del Año 1997.

 

Ya para enero de 1998, los señores José Francisco Blanco y Luis Hernández recibieron una oferta del Sr. Carlos Morales para correrlo en los Estados Unidos, pero que fue rechazada, una decisión muy acertada ya que ese mismo año se anotaría en el libro de los récords.

 

El castaño reapareció en terminante demostración el 8 de febrero para adjudicarse la Copa Rafael Rodríguez Navarro al vencer por cinco cuerpos de ventaja a Astur y El Gran Sol con la silla de Ángel Alciro Castillo, registró crono de 117''3 para el recorrido de 1900 metros con 54,5 kg de handicap. Pero cayó tercero a tres cuerpos de El Gran Sol en los 2 kilómetros del Clásico José María Vargas. En el Clásico Presidente de la República confrontó algunos tropiezos y en la que resultó ligeramente golpeado, logró figurar cuarto detrás de El Gran Sol.

 

 

Tras regresar de corto paro con Irwin Rosendo, el 21 de junio Jib Dancer obtiene un segundo lugar a siete cuerpos de Scott Gordon en el Clásico Día del Ejército, donde el ganador batió la marca anterior al dejar crono de 121”2 para los dos kilómetros. El 9 de agosto nuevamente Scott Gordon es su verdugo en el Clásico Socopó, apenas Jib Dancer ocupa el cuarto. En la Copa de Oro-Asoprorin, sobre recorrido de 2400 metros, logró figurar quinto de  El Gran Sol, mientras que en el Clásico Cría Nacional llegó sexto del irreverente Raen y El Gran Sol.

 

A la semana Douglas Valiente fue a la cuadra de Julio Ayala a solicitar la monta del hijo de Classical Dancer, porque observó en carrera al montar a El Gran Sol en el Cría Nacional, que a su juicio Jib Dancer era su enemigo. Pues, en la última curva, se fijó que venía muy lejos. En plena recta final, Jib Dancer, ya estaba a cuatro cuerpos de su conducido y al pasar la raya tras Raen, volteó y vio que Jib Dancer pasaba fogoso por fuera y se dijo: "ese es el caballo del Simón Bolívar".

 

No se equivocó, el 25 de octubre volvió a salir airoso en otra edición del Gran Premio Clásico Simón Bolívar, al marcar 154”2 para la milla y media sobre un fangal, superando por 2 cuerpos a Holda y Huracán David. Así Douglas Valiente colocó a Jib Dancer en el camino de la historia del hipismo, justamente en la senda de Senegal y El Gran Sol, únicos animales en ganar en par de ocasiones el Gran Premio Clásico Simón Bolívar. Por algo llaman a Julio Ayala "El rey de la Larga". Los propietarios, por supuesto, embargados de la emoción, al tomarse la foto del Simón Bolívar por segundo año consecutivo. José Francisco Blanco exclamó "Volvimos a conquistar el evento y el caballo fue el mismo. Después de un bajón en el año, Jib Dancer demostró su clase pistera y cogió su forma. Estoy feliz".

 

 

 

El 29 de noviembre participó en el Clásico Jockey Club de Venezuela donde la distancia le quedó corta y figuró quinto cerca del veloz Raen. Sus propietarios, hípicos de corazón, pensaron en la posibilidad de llevar a su pupilo a participar el 21 de marzo de 1999 en el Clásico Latinoamericano de Jockey Clubes sobre ruta de dos kilómetros en el Hipódromo de Monterrico, situado en Lima a nivel del mar. Lamentablemente se descartó su participación debido a que Asoprorin no recibió comunicación del Jockey Club de Venezuela, solicitando el dinero para el traslado del caballo, con cargo a la partida especial para clásicos internacionales, pero aunque se hubiese cumplido el trámite, no se iba a otorgar el dinero, pues en la entidad se alegó que si el INH no tiene flujo de caja para ponerse al día con 8 semanas de atraso en el pago de premios, menos iba a ceder unos millones para el viaje. Nuevamente quedamos fuera del evento.

 

Mientras tanto Jib Dancer reapareció el 16 de enero en el máximo lote común, figurando segundo a seis cuerpos del alazán Raen. A las dos semanas cayó nuevamente detrás de Raen, esta vez quinto a 14 cuerpos, en la Copa Rafael Rodríguez Navarro. Raen continuó su hegemonía, esta vez en el Clásico José María Vargas donde el nieto de Northern Dancer no logró figurar.

 

El 19 de abril mejoró una barbaridad con Richard Bracho al figurar segundo a cuatro cuerpos de Auyán Tepuy en el Clásico Presidente de la República, pero decayó al llegar séptimo a 24 cuerpos de Raen en la Copa Hypocrite. Sus propietarios y Julio Ayala consideraron que Jib Dancer era capaz de lucirse en la carrera más larga del turf venezolano, el Clásico Fuerzas Armadas. Montaron a Emisael Jaramillo para esta ocasión, pero aflojó después de accionar a la expectativa y no justificó la inscripción figurando sexto a 16 cuerpos, en carrera ganada sensacionalmente por Stereo sobre Auyán Tepuy.

 

La última carrera de Jib Dancer fue el 30 de enero del 2000, en la Copa Rafael Rodríguez Navarro que se escenificó sobre 1900 metros y que se adjudicó en final dramático Rommerpaz. El castaño Jib Dancer llegó séptimo a ocho cuerpos con José Javier Zerpa, así despidiéndose de las pistas venezolanas con un total de 35 actuaciones para nueve triunfos, siete segundos, cuatro terceros, tres cuartos y cinco quintos, acumulando Bs. 100.411.275 en premios. Fue retirado inicialmente al Haras N.P. donde fue pensionado y dejó tres hijos, incluyendo la ganadora Lady Isis; para después ir pensionado al Haras Oropal, donde lamentablemente murió un 10 de octubre de 2003 víctima de un fulminante infarto. Al final, esta historia simplemente refresca la afirmación “lo que se quiere y se desea con el corazón se logra”.

 

Fuentes: www.anecdotashipicas.com, Ing. Juan Macedo (apuntes personales), Lic. Cesar Augusto Rivero, Sr. Jaime Casas A., Sr. José Francisco Blanco, Sr. Peter Alzuro B.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, jueves 20 de abril de 2006

Copyright 2000, Anécdotas Hípicas Venezolanas C.A. Todos los derechos reservados