Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta:
Conversando con...
César Cachazo
Por: César Augusto Rivero
Entrevista cedida por Revista Los Clavos, todos los derechos registrados

 

La perseverancia es la palabra que se acopla al talante del entrenador César Cachazo Díaz. Pues, desde 1964 hasta 1980, apenas había ganado 10 carreras, lo que vale decir que una espera de 16 años lo hizo esperar por el éxito, que como él confiesa, llegó casi al culmino de su carrera. Un maestro de la preparación, ya con 72 años a cuestas, 41 años en la profesión de entrenador, ganador de más de 333 carreras.  

-¿Fecha y lugar de nacimiento?

-El 10 de agosto de 1932 en Caracas. Mis padres fueron Oneres  Cachazo y Concepción Díaz de Cachazo, ya lamentablemente fallecidos.

-¿Descendencia?

Tengo 4 hijos, tres varones y una hembra, llamados: César Oneres, Henry Jesús, Douglas Alberto y Ana Cecilia; junto a mi esposa Justa de Cachazo.

Cuenta en la actualidad con 25 ejemplares y vendrán unos seis potros para el 2005. No ve con mucho optimismo a la hípica en la actualidad, pero es un apasionado de su profesión.

“Fue en el año 1950, pues siempre estuve ligado al hipódromo porque trabajé en taquilla, primero fui correo en El paraíso y después taquillero y ya estaba metido en la hípica y de allí empezó todo. Yo estudiaba, trabajaba y laboraba los días de carreras’’.

-¿Quién te ayudó al comienzo?

-El señor Silverio González y después Jesús Saltrón y por último Domingo Noguera Mora, con quién hice casi toda la pasantía, fue en el año 1962.

-¿Año de promoción?

-En la promoción Antonio Cuadrado, nos graduamos José “Yeyo’’ Núñez, Raúl Payares, Santiago González, Ariosto Martín y yo, en el año 1964.

-¿Debut?

-Con un caballo llamado Trasfalgar, estuvo un segundo y después ganó, luego se fracturó. Ese caballo me lo compró el arquitecto Obrich en el año 1965.

-¿Cuándo comienza el nombre de Cachazo a sonar?

-Eso fue casi en la retirada de mi profesión, porque ya yo no tenía caballos y veía que no había futuro aquí, pero seguí porque me gusta mucho mi profesión. Y llegó el general Domingo Lara, tengo que agradecerle todo, pues él se asoció con Fabián Burbano, un señor que nunca había tenido caballos, y compraron un caballo llamado Don Fabián y allí comenzó la racha para poder quedarme en el hipódromo.

“El caballo Don Fabián fue adquirido en una subasta en el haras Tamanaco por unos 900 mil bolívares para la época, allí se vendió también la yegua Stillwater, la íbamos a comprar, pero por lealtad con el entrenador Oscar Carmona, no la compramos y cada uno se quedó con un caballo’’.

-¿Primera carrera?

-Era un caballo que trabajaba malísimo. Lo mejor que hizo 800 en 56’’ una vez. Ya comenzaba a preocuparme, pero la insistencia de Domingo Lara, que es un hombre que busca la suerte, insistió en que vamos a correr al caballo, porque a lo mejor era otro en carrera, y así se hizo. Fue capaz de llegarle segundo a Star Light, que batió récord de Ziadie. Salió en la pista y vino la racha.

-¿Clásicos más importantes de Don Fabián?

-Bueno, todos son importantes. Pero el más importante fue el Simón Bolívar de 1.990, luego el Caribe y la hazaña de Juan Vicente Tovar en Santa Rita de ese mismo año y quedé involucrado allí.

-Cómo fue ese binomio con Tovar, ¿Cómo eran esas instrucciones?

-Fíjate, yo tengo el sistema de que cuando el jockey es bueno, sobresale del lote –con el perdón de los demás- pues te voy a hablar de Tovar y Douglas Valiente, a ellos les das instrucciones el primer día que te montan al caballo, después yo les daba luz verde.

¿Bratislava?

-Fue una gran campeona, es el único ejemplar que ha ganado clásicos en los tres hipódromos venezolanos. Y tuvo la osadía de ganarse a los machos, pesaba 360 kilos. Después tuvimos a Gran Duquesa, muchos buenos ejemplares clásicos.

El Gran Sol fue criado por una yegua Gran Amistad, que era del general Lara y la llevamos a la cría al Tamanaco, Tony Freudman escogió a Barclay Jet, y por cierto, un socio del general Lara dijo que por qué la cruzaban con un caballo viejo como Barclay Jet de 21 años, y Tony le dijo que esa era la sangre que le cruzaba bien, y el tiempo le dio la razón.

-¿Records clásicos de El Gran Sol?

-Es algo para mí extraordinario. Todos los clásicos grado I los ganó en su mayoría y realmente no se le podía exigir más a ese caballo todo lo que hizo. Ya para finalizar su campaña, ganó el Clásico La Chinita y fue capaz de llegar segundo tras High Security.

-¿Cuál fue mejor entre Don Fabián y El Gran Sol?    

-Son épocas distintas, y es bastante odioso compararlos. Para mí fueron extraordinarios los dos.

-¿Otros buenos ejemplares?

-Tuve a Santu Petru, le llegó a quitar el liderazgo a Catire Bello.

-¿Mejor jockey?

-Todos son buenos cuando ganan la carrera y crean la duda cuando la pierden. Pero a mí, siempre me ha gustado montar jinetes de los de abajo, porque ellos necesitan su trabajo y les doy la confianza. Admiro a Douglas Valiente, era un maestro.

-¿Algún colega que admires?

-Bueno yo le tengo respeto a todos. En la actualidad, Agustín Bezara, Julio Ayala, Antonio Bellardi, son personas que yo aprecio mucho. En realidad he aprendido bastante de ellos, porque soy observador.

-¿Qué piensas del hipismo venezolano en la actualidad?

-Eso si está malo. El hipismo desde que lo enredaron con la política, realmente no está bien. Seguirá mal, hasta que no saquen a la política de aquí.

-¿Cómo disfrutas más a un ejemplar, corriendo adelante, intermedio o de atrás?

-Eso depende de la característica del caballo. Cuando un caballo es rápido hay que buscarle que siga su ritmo, los caballos atropelladores emocionan más, pero tienen más riesgo, porque encuentran mucho tráfico en la carrera y todo queda super editado a lo que pueda hacer.

-¿Lo más grato?

-Lo más grato cuando ganó una carrera. Es una profesión que necesita estar pensando día y noche, porque el caballo hay que atenderlo. Lo más desagradable, es cuando un caballo mío pierde, me quedo triste.

-¿Piensas en el retiro?

-Los hijos míos quieren que me retire y disfrute, porque he trabajado mucho desde joven, a los 72 años se dice fácil, pero yo no quisiera retirarme, pues me va a pegar. Pero lo estoy pensando muy bien, porque seguir en el hipismo en la forma que va, no creo que valga la pena seguir dando la vida por esto. Más es lo que uno sufre que lo que gana, y yo creo que no vale la pena.

-¿Personal en los 41 años de labores?

-Mi capataz Justo Meza, está conmigo desde mis inicios. Tengo a toda la familia de él en mi cuadra y me siento muy conforme, pues son muchachos de respeto y honestos y dados al trabajo. Vale nombrar a los veterinarios Carmelo Ortiz y Jesús Lobo que me han ayudado mucho.