Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Yves St. Martin en La Rinconada

Editado por Juan Macedo

 

El jinete francés Yves St. Martin, que se constituyó en la gran atracción del programa de carreras del domingo 11 de enero, cerró sus compromisos con una actuación triunfal al imponer al gran favorito Pav-Ne, en final lleno de gran emoción.

 

Yves St. Martin, considerado uno de los mejores jinetes de Europa y el número uno en Francia, llegó a Venezuela invitado por el Directorio del Instituto Nacional de Hipódromos, para cumplir varias exhibiciones.

 

Desde su arribo a nuestro país St. Martin despertó una serie de polémicas entre los aficionados hípicos. Para algunos el francés no era un jinete capaz de amoldarse a este medio; para otros, debía responder a la esperanza de los promotores del espectáculo y a la confianza que en definitiva depositaron en sus montas el público aficionado.

 

Al comienzo St. Martín estuvo desafortunado. Condujo a Kwai en distancia de 1700 metros y arribó en el penúltimo lugar. Pero el público lo miró con cierta tolerancia, pues en realidad le había sido confiado un ejemplar que venía de entrar a 18 cuerpos en su presentación de estreno y no había nada que pudiera garantizar progresos capaces de convertirlo de paso en ganador. Con todo St. Martin logró, por lo menos, que Kwai no diera ventaja en la partida, aunque terminó dándola en la llegada.

 

Posteriormente el jinete francés condujo a Pitorreo, partiendo por dentro en distancia otra vez de 1700 metros y no pudo conseguir que su conducido rindiera lo esperado; entró en los codos con poco entusiasmo y finalmente quedó en el último lugar, con un comportamiento totalmente incoloro.

 

Pero lo mejor de St. Martin estaba en el 5y6. Sus dos montas en este programa debían permitir al público calibrar su estilo; su escuela y su capacidad de jinete profesional; sin embargo, hubo algo de decepción cuando con Senador clasificó en el segundo lugar, y St. Martin se mostró como un jinete que encontró dificultades para correr por dentro principalmente en los codos, donde Senador se ve menos rendidor. De todas maneras, el potrillo se comportó bien y aunque no pudo someter a Agüeros quedó el consuelo de verlo perder con un ejemplar que estaba mejor agrupado y al cual le cedía cuatro kilos en la escala del hándicap.

 

Yves St. Martin, sin embargo, no iba a pasar totalmente desapercibido para los más exigentes aficionados y con el criollo Pav-Ne, tras haber largado con cierta desventaja, derrochó coraje y habilidad al obligarlo a un rendimiento extraordinario que le permitió conquistar la victoria.

 

Pero no fue un triunfo fácil. El francés debió emplearse a fondo y de los 300 a la raya se vio mover y pegar en medio de un gran equilibrio, hasta quebrar la resistencia de Tinapuy, que se había hecho fuerte en la delantera. Al alcanzar la raya Pav-Ne en plan de ganancia, una inmensa muchedumbre que había asistido al Hipódromo La Rinconada para ver ganar a St. Martin, irrumpió en un ensordecedor grito de emoción que se transformó luego en delirantes aplausos: el invitado había cumplido, ganó una gran carrera.

 

 

Al margen de la mucha o poca suerte que haya tenido Yves St, Martin en su visita a Caracas, cabe un comentario sobre su reacción humana, su sentimiento al verse rodeado por gente del ambiente. Pues bien, a Yves St. Martin le cayeron preguntas sobre esas cuestiones y dijo “Sinceramente nunca me han tratado tan bien en ninguna parte, como me han tratado en Caracas. Yo no esperaba estas atenciones. Pensé que me traían para exhibirme y convine en tal exhibición a cambio de un viaje de placer y curiosidad que a cualquiera le costaría mucho dinero. Aquí he recibido atenciones que ni en Francia ni en ninguna parte me han prodigado. Yo estoy muy agradecido. Jamás olvidaré a Venezuela, a Caracas, porque aquí me han tenido como sólo me tendrían mis padres en su casa”.

 

Latino y emotivo, Yves St. Martin hablaba y dejaba traslucir la emoción. Es un muchacho sencillo y todo cuanto tuvo, para confirmar sus palabras, fue unas contenidas lágrimas. Cuando dijo que jamás olvidaría a Venezuela, los ojos se le hicieron agua. Es un gran jinete, aparte de la buena o mala suerte que tenga en Caracas y el mundo. Y es un muchacho sencillo, sentimental y sincero. Sobre todo, un hombre emotivo.

 

Fuentes: Revista Gaceta Hípica enero 1970

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, lunes 22 de diciembre de 2025

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