Anécdotas Hípicas Venezolanas presenta

Hamburg

Campeón de finales del siglo XIX

Por Pedro Elías Aristeguieta

 

Nuestro biografiado es un caballo que, desde todo punto de vista, es noticia. Toda su trayectoria pistera y luego en la reproducción, esta lleva de interesantes anécdotas de las que es, junto con él, principal protagonista, su primer duelo John Madden. Todo eso le da un interés especial a lo que podríamos llamar la pequeña historia hípica.

 

Hamburg al nacer y luego por su extraordinaria campaña en los diversos hipódromos norteamericanos, sacó del anónimato a su padre Hanover, que fue un extraordinario corredor, pero que, como reproductor, antes de Hamburg había sido un completo fracaso. Es decir, Hamburg le dio a su padre una merecida reputación como padrillo. Desafortunadamente Hanover no tuvo otros hijos que emularan a Hamburg. Es decir, fue padrillo de un solo caballo bueno.

 

Por su parte, la madre Lady Redd, era una excelente corredora, ganadora de importantes premios y stakes. En síntesis, había clase; Hamburg tenía buen pedigree.

 

Nació en 1895 en la granja de Cornelius J. Enright. Su comprador: un veterano hípico que había tenido buenos caballos en su cuadra: John E. Madden. Pero aparte de todo eso, Madden era lo que nosotros llamamos “un zorro viejo”, un experto conocedor no solo de la raza equina, sino también de la humana; era un hábil descubridor de la flaqueza y debilidad de los hombres; eso le sirvió, lo explicaremos más adelante, para que vendiera su caballo en una exorbitante suma para aquel entonces.

 

Hamburg, siendo potrillo, era muy débil de su mano izquierda, aparte de ser muy poco dado a comer. Esto preocupo al veterano propietario, quien, como es lógico, lo había adquirido con la idea de sacarle el mayor provecho económico posible. Con un tratamiento terapéutico para sus manos (Madden era a la vez su entrenador) y con mucha paciencia y dedicación para el mal estomago del potro, logró nivelarle la salud y al fin el 7 de junio de 1897, Hamburg hacía su estreno. La manera fácil y cómoda como ganó el potro, le devolvió las esperanzas que por él tenía su dueño. La campaña de este caballo a los dos años no pudo ser mejor. Gano 12 de 16. Por esa gran cantidad de carreras a tan corta edad, nos daremos cuenta que aparte de propietario y criador, Madden era comerciante.

 

A las dos semanas de su primer triunfo venció nuevamente, esta vez a potros que estaban mejor clasificados que él. Dos de ellos, Browling Brook y Lauderer, fueron sus rivales en más de una ocasión.

 

A los cinco días, cargando 56 kilos, los venció nuevamente. En esta ocasión en el Great Trial Stakes. Inmediatamente Madden lo inscribió en el Flash Stakes y con 58 kilos el potro volvió a ganar.

 

Asi fue logrando una ininterrumpida cadena de victorias hasta que le tocó correr con 60 kilos, pero nunca antes soportado por un potro ¡y ganó cómodamente! Parece ser que es gran esfuerzo le volvió a lesionar la ya dañada mano izquierda. Lo cierto es que perdió cuatro carreras seguidas.

 

Madden muy hábilmente pensó que el futuro del caballo había terminado, o estaba a punto de terminar. Así que resolvió asegurarlo por US$100.000, y más aún, pensó que era conveniente venderlo ¿Y quién mejor para comprárselo que el millonario Marcus Daly? Ese era el hombre que estaba en posibilidades de pagar una suma por el caballo.

 

Ya Hamburg había cumplido tres años. Su campaña a los dos años fue excepcional. Se suponía que a los tres debía hacerlo mucho mejor. Lo cierto es que Madden se trasladó a la granja de Daly y le preguntó si deseaba adquirir el mejor caballo que poseía ¿Su precio? “La insignificancia de US$40.000”. Estamos hablando de finales del siglo pasado; era una considerable suma, pero ¿Quién otro que Daly para dar esa cantidad? El precio record lo tenía el caballo Kentucky, cuando en 1866 se pagó por él la suma de US$39.000. Daly, que era completamente distinto a Madden, no lo pensó dos veces y pagó la suma. Daly era criador más que negociante. De allí la gran diferencia.

 

Con su nuevo dueño, Hamburg corrió en cinco ocasiones, de las cuales ganó cuatro. Sus triunfos más importantes: el Brooklyn Handicap y el Futurity Stakes. Volvió el caballo a sufrir su antigua lesión y además a perder peso. Daly creyó acertadamente que lo mejor era retirarlo a la reproducción.

 

Afortunadamente para Daly, que había obrado de buena fe adquiriendo el caballo, ignorando que tenía una lesión congénita, Hamburg resultó un suceso como padrillo. Desgraciadamente no pudo disfrutar de las glorias que como padrillo obtendría su caballo, pues por motivos de negocios tenía que trasladarse a otro estado de la Unión, así que resolvió venderlo al acreditado criador W. C. Whitney, quien se lo compró en US$70.000.

 

Con Whitney produjo toda una pléyade de campeones. Veintisiete en total. La trayectoria pistera de sus hijos sirvió para que en dos oportunidades fuera nominado Padrillo del Año. De ellos podemos mencionar a Hamburg Bell y Artful, ganadores del Futurity Stakes, mención aparte a la inolvidable Frizette. Finalmente, en octubre de 1915 Hamburg murió en la granja de su último dueño.

 

Fuentes: Extraído de la revista Gaceta Hípica 1970, actualizado por Ing. Juan Macedo.

 

Anécdotas Hípicas Venezolanas, lunes 30 de septiembre de 2024

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